(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “Dolor y preocupación” expresó el santo padre Francisco, por la masacre sucedida entre bandas rivales en el penitenciario brasileño de Manaos, en donde murieron al menos 56 reclusos. Y pidió condiciones dignas para los detenidos y programas para su rehabilitación. Lo dijo este miércoles durante la audiencia en el Vaticano, y rezó los difuntos y sus familiares.
“Expreso dolor y preocupación por lo sucedido. Invito a rezar por los difuntos, por sus familiares, por todos los detenidos de esa cárcel y por los que allí trabajan” dijo, y renovó el llamado “para que los institutos penitenciarios sean lugares de reeducación y de reinserción social, y las condiciones de vida de los detenidos sean dignas de personas humanas”.
El Papa invitó así a “rezar por estos detenidos muertos y los vivos y también por todos los detenidos del mundo”, y junto a los fieles reunidos en el Aula Pablo VI recitó un Ave María.
“Ayer llegaron de Brasil –dijo Francisco– las noticias dramáticas de la masacre ocurrida en la cárcel de Manaos, donde un violentísimo enfrentamiento entre bandas rivales causó decenas de muertos” y pidió que las cárceles e institutos penitenciarios “no sean superpobladas y que sean lugares para la reinserción” social.
El la guerra de bandas de cometieron atrocidades, mutilaciones, decapitaciones y vejaciones que terminaron con nos 70 muertos y cuyas imágenes no se pueden proponer. En la cárcel con capacidad para 592 presos había más de 1200 detenidos.

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