AMERICA/BRASILE - Juvencio Piratapuia: “la scuola è il posto dove seminare il senso della collettività nelle comunità amazzoniche”
São Gabriel da Cachoeira - La educación es uno de los grandes desafíos para las comunidades indígenas de la región amazónica. Juvencio Piratapuia es profesor en la comunidad de Tabocal dos Pereira, en el municipio de São Gabriel da Cachoeira en la Amazonía brasileña. Como relata a Fides, la vida en estas comunidades siempre ha estado marcada por la experiencia colectiva, que se expresa en el trabajo comunitario, llamado ayurí, días en los que las actividades comunes, incluidas las comidas, son la tónica general.
Poco a poco se está perdiendo esta dinámica, de forma que este docente explica a Fides que “últimamente vemos un crecimiento del individualismo, menos actividades colectivas, falta de colaboración, todo el mundo hace las cosas solo para sí mismo”. El fenómeno también tiene repercusiones en la religiosidad y es un aspecto que está siendo tratado en el Sínodo de la Amazonía, que ya se está llevando a cabo en la región.
Piratapuia subraya la importancia de la familia en la experiencia religiosa, porque “cada familia podría asumir la responsabilidad de llevar la religión al hogar, entre sus propios hijos”. Además, continúa el profesor, “la escuela es un lugar donde la idea de la comunidad debe ser sembrada desde la infancia, la escuela es un punto de referencia en las comunidades, es donde nos relacionamos más”.
Una de las realidades más preocupantes es la marcha de los jóvenes de las comunidades debido a la “falta de iniciativas de los poderes públicos”, lo que se traduce en una falta de apoyo a las necesidades básicas, como la salud y la educación. En esta perspectiva aparecen una serie de amenazas, como “el alcoholismo, a menudo presente en las fiestas tradicionales en las que participan muchos jóvenes durante varios días”, asegura Juvencio a la Agencia Fides.
Es sorprendente si se tiene en cuenta que, en teoría, está prohibido el acceso a bebidas alcohólicas en las zonas indígenas. Pero la realidad es muy diferente, porque los jóvenes “no quieren saber nada de esa ley”. Lo más preocupante, según el profesor, es que “a menudo las fuerzas públicas favorecen la entrada de bebidas alcohólicas”.
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