(AA/InfoCatólica) Como la primera de las sospechosas ya había sido detenida por el mismo delito en 2007, «tomaban muchas precauciones para no ser descubiertos», dijo una fuente. Por ejemplo, en los diálogos telefónicos se referían a «consultas» y «operaciones» por las que cobraban entre 4.000 y 5.000 pesos, según se detectó por escuchas.
Los detectives llevaron a cabo seguimientos encubiertos, ya que los acusados «trasladaban a las clientas desde la casa de la obstetra platense hasta una vivienda en la localidad de Gerli (partido de Lanús)», completó el vocero.
Siempre de acuerdo a los pesquisas, en el lugar permanecían unas dos horas, para luego «regresar a La Plata, haciendo una parada en comercios del rubro farmacia, donde adquirían por lo general antibióticos y analgésicos». A los investigadores también los sorprendió que para realizar estos traslados, los imputados «cambiaban de vehículos». Con todos estos elementos, la justicia ordenó tres allanamientos: uno en la casa de la obstetra platense, otra en la del médico (que ejercía en una clínica Privada de Florencio Varela) y en el domicilio de Gerli en el que se había montado una clínica clandestina.
Ganaban mucho dinero
Según trascendió, la banda realizaba entre tres y cuatro abortos por día tres veces a la semana. Se calcula que en los últimos meses los integrantes de la organización delictiva habrían recaudado sumas millonarias.
En el momento de la operación policial había dos jóvenes: una ya se había practicado el aborto y la otra estaba por subirse a la camilla. Una de las jóvenes halladas en la clínica clandestina tiene 24 años y es oriunda de la localidad de Brandsen. Tras el allanamiento y detenciones fue derivada de urgencia a un hospital de Lanús.
La investigación
La investigación nace cuando una oficial de la Policía recibe información sobre el posible accionar ilegal de la galena platense. Fue entonces cuando los detectives intervinieron el teléfono de la médica jubilada pero con antecedentes en prácticas abortivas ilegales y advirtieron que se hacía llamar «Betty» y que el «servicio» tenía un valor de unos 5.000 pesos.
Además de las escuchas, se realizaron tareas de vigilancia encubierta y seguimientos y se pudo establecer que en La Plata se hacían los contactos y que se trasladaban a las «pacientes» en auto hasta Gerli.
«Para despistar a la Policía, la banda llevaba en un vehículo a las embarazadas hasta la calle Yrigoyen y ruta 36 de Florencio Varela, y ahí se hacía un trasbordo a otro rodado para finalizar en una casa de la calle Blanco Escalada de Gerli», precisó uno de investigadores.
Asimismo se pudo establecer que los integrantes de la banda devolvían a su domicilio a las mujeres sometidas a los abortos, previa parada en una farmacia para comprar antibióticos y analgésicos.
El médico peruano de 72 años trabajaba en la clínica San Martín de Florencio Varela y la obstetra de 60, dueña de la «casa del horror», se desempeñaba profesionalmente en un hospital de Remedios de Escalada.
En la clínica clandestina se incautaron instrumentales médicos, medicamentos y dinero. «Una de las habitaciones era una sala de operaciones», detalló uno de los detectives. Los policías allanaron los domicilios de la médica platense y del hombre de nacionalidad peruana e incautaron elementos de sumo interés para la investigación.
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