Ayer 30 de octubre un sismo de 6,5 golpeó las regiones de Umbría y Marche –se sintió también en Roma–, dejando miles de refugiados y varios heridos. Sin embargo, hasta el momento no se han reportado fallecidos.
“La leyenda dice que Nursia fue destruida siete veces. (Esta) es la octava. Hasta hoy era solo historia, ahora comprendemos lo que ha significado en el pasado, pero en esta situación que definimos ‘desastrosa’, nos queda la idea de que debemos reconocer que el hecho de que estemos todos vivos tiene algo de milagroso”, afirmó el sacerdote, que se encuentra actualmente entre los refugiados.
En declaraciones a TV2000, el P. Rufini señaló que es difícil trasladarse a las zonas afectadas, como Catelluccio di Norcia.
“Según las redes sociales como Facebook y otros medios, prácticamente el pueblo no existe más. A Castelluccio di Norcia es difícil entrar. De acá son 32 kilómetros. La entrada ya estaba cerrada desde el (terremoto del) 24 de agosto”, indicó.
El sacerdote dijo que en estos momentos lo que se busca es estar cerca de la gente, pues para ellos “incluso la presencia es importante”.
Según el Servicio Nacional de Protección Civil, hasta el momento se está asistiendo a unos 15.000 damnificados. “No será fácil levantarse –expresó el P. Rufini–, sabiendo que lo que tenemos adelante es un camino largo. La situación el 24 de agosto era seria. Después de las sacudidas de la semana pasada era grave. Ahora es verdaderamente difícil”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 30 de octubre de 2016
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