El Santo Padre a la FOCSIV agradece la labor del voluntariado y recuerda que la solidaridad debe evitar las presuntas obras altruistas que reducen al otro a la pasividad
Ciudad del Vaticano, 04 de diciembre de 2014 (Zenit.org) Rocío Lancho García | 0 hits
Los pobres no pueden convertirse en una ocasión de ganancias, es necesario testimoniar la gratuidad. Lo ha dicho el Santo Padre en la audiencia con los miembros de la Federación de Organismos Cristianos del Servicio Internacional de Voluntariado (FOCSIV), con ocasión de la Jornada Internacional del Voluntariado. Un organismo, según ha asegurado Francisco, "que desarrolla una preciosa acción en el mundo". Además, "es imagen de una Iglesia que se ciñe el delantal y se inclina para servir a los hermanos en dificultad".
Tal y como ha explicado el Pontífice en su discurso, las distintas realidades que forman la FOCSIV buscan conjugar el bagaje de la experiencia de sus miembros con la dimensión del servicio voluntario a los pobres en el estilo del buen samaritano y en coherencia con los valores evangélicos.
Asimismo, el Santo Padre ha asegurado a los presentes que a partir de su identidad cristiana se presentan como "voluntarios en el mundo" con numerosos proyectos de desarrollo, para dar respuestas concretas "a los escándalos del hambre y de la guerra". Por esa razón, Francisco les ha dado las gracias por lo que hacen y por cómo lo hacen.
Al respecto, el Pontífice ha asegurado que "hay mucha necesidad de testimoniar el valor de la gratuidad: ¡los pobres no pueden convertirse en una ocasión de ganancias!"
Por otro lado, les ha confirmado que son llamados a "recoger estos signos de los tiempos y a convertirse en un instrumento al servicio del protagonismo de los pobres". Solidaridad con los pobres --ha precisado-- es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de bienes por parte de algunos. Y ha añadido que también es "luchar contra las causas estructurales de la pobreza: la desigualdad, la falta de un trabajo y de una casa, la negociación de los derechos sociales y laborales".
El Pontífice ha recordado que la solidaridad es un forma de hacer la historia con los pobres, "evitando presuntas obras altruistas que reducen al otro a la pasividad". De este modo ha advertido que entre las causas principales de la pobreza está un sistema económico que saquea la naturaleza, y ha citado en particular "la deforestación, pero también las catástrofes ambientales y la pérdida de la biodiversidad".
Así, Francisco ha asegurado que la creación no es una propiedad de la que podemos disponer a nuestro gusto, y aún menos es una propiedad de unos pocos. "La creación es un don maravilloso que Dios nos ha dado para que lo cuidemos y lo utilicemos en beneficio de todos, con respeto", ha observado.
Por esta razón, ha animado a los presentes para que continúen su compromiso para que la creación permanezca patrimonio de todos, "para entregarla en toda su belleza a las generaciones futuras".
Por otro lado, el Papa ha recordado que muchos de los países en los que trabajan los voluntarios conocen el escándalo de la guerra. Así, les ha indicado que "trabajando por el desarrollo de los pueblos, cooperáis también para construir la paz, buscando con perseverante tenacidad desarmar las mentes, acercar a las personas, construir puentes entre las culturas y las religiones".
También ha hablado Francisco de la labor en los campos de refugiados, donde son testigos de "vidas rotas", "sufrimiento", "destrucción". Frente a esto --ha observado el Papa-- el discípulo de Cristo no se echa para atrás, no gira la cara hacia otra partes, sino que "busca hacerse cargo de esta humanidad doliente, con proximidad y acogida evangélica".
Además, el Pontífice ha precisado que los "movimientos migratorios buscan mecanismos de recepción adecuados que no dejen a los inmigrantes a merced del mar y de las bandas de traficantes sin escrúpulos". Al mismo tiempo, "es necesaria una colaboración activa entre los Estados, para regular y gestionar efectivamente tales fenómenos".
Al finalizar el discurso, el Santo Padre les ha animado a seguir en este camino de fidelidad al hombre y a Dios con alegría, "poniendo siempre en el centro la persona de Jesús". Y les ha dejado un último consejo: encontrar cada día tiempo para el encuentro personal con Dios en la oración, "esta será vuestra fuerza en los momentos más difíciles, de desilusión, de soledad, de incomprensión".
(04 de diciembre de 2014) © Innovative Media Inc.
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