He sabido de una noticia que me ha dejado perplejo y que, sin saber por qué razón, se ha mantenido en un discreto segundo plano hasta hace poco. El día 16 de diciembre por la tarde un individuo de 24 años incendió una nave industrial del barrio de Sant Martí de Barcelona donde vivían una veintena de subsaharianos. En ese momento, había 14 personas dentro. Las llamas se esparcieron rápidamente. Ocho personas pudieron escaparse, pero seis quedaron atrapadas e intentaron salvarse huyendo por el tejado del edificio. Por suerte, los trabajadores de naves vecinas consiguieron tranquilizar a los que se habían quedado atrapados en el interior de la nave y los ayudaron a huir a través de la azotea de una nave vecina.
El atacante, vecino de la zona, exigía cada mes a los inmigrantes un alquiler de 40 euros cada uno, aunque la nave no era de su propiedad. Pero el mes de diciembre los inmigrantes se negaron a pagar porque no tenían suficiente dinero porque no "era final de mes". La respuesta del agresor fue volver con cinco personas de su familia para apalearlos, encerrarlos dentro de la nave y prenderle fuego. Hasta aquí el hecho. Mi sorpresa ha sido saber que los mossos d’esquadra (policía catalana) acusan al agresor de los delitos de incendio, amenazas, coacciones, resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad y daños.
Estoy perplejo de que entre las acusaciones no haya el riesgo de homicidio por la actuación. Si se pudiera, y no sé si es posible, también los acusaría de daños morales, porque estos subsaharianos, la mayoría de ellos chicos jóvenes, perdieron todas sus pocas pertenencias. Aquellas pocas cosas que habían podido reunir para su uso quedaron destruidas por el incendio. Esta circunstancia hace que el incendio tenga un elevado coste moral para estos subsaharianos que han venido a nuestra casa a malvivir, pero a vivir en definitiva, de las sobras de nuestro consumo. Me cuesta entender las razones por las que no se puede acusar de intento de homicidio a este individuo y sus colaboradores.
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