¿Cómo reconocer y combatir la depresión postparto?

¿Cuáles son los síntomas de la depresión postparto? ¿Cómo se combate una patología que puede desencadenarse tanto en el embarazo como después?

Duración diversa

El profesor Lucio Rinaldi, profesor de psiquiatría en la Universidad Católica del Sagrado Corazón y responsable del área de psicopatología perinatal en el policlínico “Agostino Gemelli” de Roma, contó a Aleteia que la depresión postparto se introduce en un cuadro psicopatológico vago. Se registran formas que duran meses o años, caracterizadas por trastornos del sueño, psicomotoras, así como pensamientos suicidas, hasta la llamada “maternity blues”, una patología más frecuente con síntomas que duran como máximo un par de semanas, atribuibles al llanto, al humor inestable, la ansiedad.

Las causas

Los factores que determinan la depresión postparto están representados por indicadores que provienen del desarrollo del embarazo: por ejemplo cuando en un embarazo existe ansiedad por parte de la parturienta, existe una elevada probabilidad de que desarrolle depresión. Pueden subintrar también factores hormonales: modificaciones en los estrógenos que actúan sobre la serotonina; y también otros factores vinculados a situaciones existenciales de la mujer, de tipo psicosocial, vinculados con su red familiar y social, a enfermedades simultáneas, a la dificultad de la relación con la pareja.

Enfoques específicos

Un enfoque diferente, explica Rinaldi, ocurre entre la depresión más intensa, con sentimientos de culpa que pueden desencadenar incluso la psicosis, respecto a la “maternity blues”. En el primer caso es necesario un tratamiento farmacológico específico, mientras en el segundo a menudo puede ser suficiente un apoyo psicológico directo a la madre.

Evaluar el peligro

En el caso de fuerte depresión será necesario evaluar la gravedad de los síntomas, entender si existen elementos de peligro para la mujer y su relación con el bebé, intervenir correctamente con los fármacos que, vuelven incompatible la lactancia.

Además es necesario un monitoreo de la relación madre-hijo, y si es necesario la no presencia continua de la madre junto al niño.

Apoyo psicológico

En el “Gemelli”, explica el psiquiatra, se está trabajando en sinergia con “Save the Children” sobre los aspectos preventivos de la depresión, acogiendo a las madres que se preparan al embarazo para explicar y apoyar sus capacidades maternas frente a esta nueva experiencia evolutiva en sus vidas.

Volverse madre significa cambiar, antes que nada, la propia identidad.

Prevención y sentimiento de culpa

Todo esto para prevenir sentimientos de culpa que pueden darse “durante el camino”, evitar que se desencadenen en relación con el niño, generando fantasías agresivas. El sentimiento de culpa de hecho nace del temor de ser incapaz de ser madre. En este recorrido de prevención es fundamental, subraya Rinaldi, que el marido y la familia colaboren para facilitar el camino hacia el parto.

Telefono Rosso

El ginecólogo Marco De Santis, responsable de Telefono Rosso – el servicio especial telefónico gratuito, dedicado a las futuras y neo mamás, activo en el Instituto de Ginecología y Obstetricia del policlínico “Agostino Gemelli” – nos explica, en cambio, los temores de las mujeres embarazadas y las consecuencias que este estado puede crear en su salud durante el embarazo.

Los temores durante el embarazo

Según De Santis la comadrona y el puericultor son dos figuras fundamentales que deben seguir con atención todo el recorrido del embarazo ofreciendo primero que nada un apoyo psicológico a la mujer. En este camino, la mujer tiene una preocupación: el temor que los fármacos que ha tomado durante el embarazo puedan condicionar la salud del bebé que lleva dentro. Un temor que sufren sobretodo las mujeres afligidas por patologías crónicas, por lo tanto, obligadas a tomar medicamentos.

Medicamentos y tranquilidad

En cambio la paciente, explica el ginecólogo, debe continuar tomando esos medicamentos si es necesario y se le deben explicar las consecuencias negativas de interrumpir el tratamiento. Los fármacos más temidos son paradójicamente los antidepresivos. Por lo tanto, este es un primer aspecto que deben enfrentar los ginecólogos: trabajar la “tranquilidad”.

Los miedos del postparto

El segundo aspecto se refiere al postparto. Es necesario estar presentes y mostrar sentir cercanía a la mujer si en ella se desarrolla una patología depresiva. La mujer puede no estar preparada para atender al niño, algo que podría traer problemas con la lactancia. No existen riesgos directos para la salud de la mujer o el niño, sino riesgos indirectos.

En este contexto es decisivo el papel de la estructura familiar para hacer que tanto la futura mamá como el pequeño superen con éxito esta fase crítica.

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