REDACCIÓN CENTRAL, 30 Sep. 18 (ACI Prensa).- Un reciente estudio de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) reveló que los miembros de la generación nacida después de 1980, los llamados millennials, se divorcian menos que los demás.
Philip Cohen, profesor de sociología de la Universidad de Maryland, publicó un estudio al respecto el 15 de septiembre que muestra que la tasa de divorcios en Estados Unidos ha caído un 18% entre los años 2008 y 2016. El descenso se debe, esencialmente, a los millennials que se mantienen unidos en matrimonio.
Para el Dr. John Grabowski, profesor asociado de Teología Moral de la Catholic University of America, el informe tiene al mismo tiempo “buenas y malas noticias”.
En declaraciones a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– el especialista dijo que “la buena noticia es que la tasa de divorcio está bajando, particularmente entre los millennials. La mala noticia es que cada vez menos gente se casa, especialmente los más pobres. La mayoría opta simplemente por convivir”.
El estudio mostró que la tasa de personas entre 18 y 34 años que se ha divorciado es pequeño: poco más del 10%, un porcentaje que se ha mantenido relativamente estable desde 1980. En contraste, más del 25% de personas por encima de 44 años se ha divorciado ya, un porcentaje que ha crecido en 10% desde 1980.
Otro estudio del Centro Nacional Bowling Green para la investigación del Matrimonio y la Familia señala que la tasa de divorcio de las personas entre 55 y 64 años se duplicó entre 1990 y 2015.
Para Grabowski la baja tasa de divorcios entre los millennials podría explicarse, en parte, con el hecho de que el matrimonio ya no es considerado una expectativa social en su generación.
Eso quiere decir que quienes se casan tienen “mucho más intención” en el proceso. “De alguna forma están nadando contra la corriente cultural al hacer eso”, indicó.
Tras la revolución sexual de las décadas de 1960 y 1970, continuó Grabowski, “la gente ahora es más consciente de los recursos y prácticas que necesitan implementar para tener un matrimonio saludable, en otras palabras, para que funcione”.
Sobre aquellos que deciden convivir, el profesor de Teología Moral explicó que no tienen tan buenos resultados como quienes se casan. “Tenemos décadas de investigación científica social que demuestra que los que se casan están mejor económicamente, más saludables y están emocionalmente mejor que quienes no se casan o que conviven con distintas personas”, dijo.
Además, lamentó, “las personas que permanecen solteras pero tienen hijos están en gran desventaja en comparación con sus contrapartes casadas”.
Es posible también, indicó Grabowski, que los millennials que no se casan decidan eso al ver el divorcio de sus padres. Sin embargo, si aquellos que se casan logran “acabar con el divorcio, o con la tasa de divorcios, entonces tendremos alguno bueno”.
“Si pudiésemos convencerlos, tal vez más se casarían, y si logramos eso entonces sí que estaríamos haciendo algo bueno”, concluyó.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA.
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