BUENOS AIRES, 28 Sep. 18 (ACI Prensa).- El Arzobispo de Rosario (Argentina), Mons. Eduardo Martín, presidió una “Misa por la paz” en la parroquia María Reina, que hace cinco días fue atacada a balazos por narcotraficantes para amenazar al párroco que denunció la actividad de estos grupos en la zona.
En la Misa del 27 de septiembre, el Prelado hizo un llamado a las autoridades civiles a tomar medidas urgentes para que “no se siga traficando, no se siga repartiendo armas, no se siga matando gente” en los barrios populares.
Mons. Martín expresó su apoyo al P. Juan Pablo Núñez, párroco de María Reina, y a todos los sacerdotes que trabajan en barrios populares, “porque ciertamente la Iglesia necesita ser una presencia en los lugares más postergados olvidados o necesitados”.
Alertó que entre los necesitados “hoy también son tantos jóvenes nuestros que sufren la esclavitud de la droga que destruye y desarma humanamente”.
“Ahí entonces que esté la mano de la Iglesia para mostrar su amor, para recuperar su amor por la vida, para devolver la dignidad que les quiere llevar lo más precioso que tiene: Jesucristo que es la raíz de toda recuperación, de toda dignidad humana”, señaló.
El Arzobispo de Rosario advirtió que en esta ciudad “día por medio tenemos un muerto por la violencia, armas desparramadas por todos lados y dinero negro que corre a raudales. Y nadie se puede hacer el distraído en este momento. Nadie puede mirar para otro lado”.
Explicó que “lo que necesitan nuestros barrios es paz y tranquilidad”, lo que se traduce en “trabajar, estudiar, poder salir a la calle, tomar mates, poder salir a visitar a los vecinos, ir a comprar el pan… la vida sencilla de cada día”.
En ese sentido, recalcó que “la seguridad no está en manos ni del obispo, ni del cura, ni de nosotros, sino de las autoridades. Por eso reclamamos con humildad pero con firmeza que asuman el compromiso, su deber que es mantener y resguardar la seguridad de las personas”, subrayó.
“Sigamos caminando, queridos hermanos, con esperanza. Quien nos sostiene es el Señor. Seamos nosotros, con nuestras actitudes, sembradores de paz, con nuestros gestos testigos e instrumentos de la paz que solo nos trae el Señor”, concluyó Mons. Martín.
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