Consultamos con la Licenciada en Psicología, Andrea Herrera Escartín, acerca de las inquietudes que surgen cuando ya no estás cómoda en una relación
Las relaciones afectivas son necesarias en el ser humano para practicar la donación de uno mismo frente al otro. Es por ello que estos vínculos pueden ser buenos para nuestro crecimiento personal. Sin embargo, podemos estar sospechando que la persona con la que compartimos nuestro tiempo no es la ideal para nosotros.
Sabemos que cada relación es un universo distinto, en donde cada individuo tiene distintos rasgos, pero la experta Andrea Herrera Escartín, nos señala que en el estudio de Los 4 jinetes del apocalipsis de las relaciones, que se encuentra en el libro Siete reglas de oro para vivir en pareja (escrito por Gottman, J.M. y Silver, EN.) encontramos ciertas actitudes detectables en un noviazgo que ya no está funcionando.
1Actuar a la defensiva
Cuando buscas comunicar a tu pareja sobre tu sentir cuando algo que te molesta aflige y en vez de sentirte en un ambiente de aceptación y confianza, percibes todo lo contrario. Aquí comienzan los comentarios hirientes porque la otra persona siente la necesidad de “defenderse”.
2Evitar el conflicto
Tu pareja, no buscar iniciar una solución ante una problemática, sino que tiende a evadir conversaciones incómodas. Esto puede deberse a que no quieren conectar con sus verdaderas emociones, y como dice la psicóloga, “para que una relación funcione y sea profunda es necesario que ambas personas estén dispuestas a ser vulnerables”. Si tu pareja no busca solucionar los conflictos, no habrá espacio para una conexión profunda y significativa.
3Criticar a la persona
Ya no se critica la acción sino a la persona que lo cometió. El foco está en ti, lo cual es dañino porque los juicios pueden conllevar etiquetas hirientes. El mensaje cambia de “oye, hiciste esto que está mal” a “oye, eres tú la que está mal”.
4Desprecio al otro
Cuando sientes que tu pareja te humilla y te agrede con la intención de hacerlo estamos hablando de tratos de desprecio hacia ti. Ya no te sientes como una prioridad, por el contrario, sientes la necesidad de agradarle, de demostrarle que eres valiosa como persona.
Estas señales nos pueden dar indicio de que nuestra relación está en riesgo de terminar o que es el momento de cortar. Incluso, la experta mencionó que las “banderas rojas” más comunes son: manipulación, mentiras, infidelidad, falta de interés en la pareja y nulo sacrificio.
¿Qué pasa si aun así quiero seguir esta relación?
El mayor riesgo que corres, es quedarte en un lugar donde te hacen daño constantemente. Aferrarse a alguien que nos cuesta la salud mental, física y, sobre todo, espiritual nos va volviendo dependendientes a esa persona. Esto se convierte en una relación adictiva de la cual será cada vez más difícil encontrar salida.
“Cuando nosotros estamos en una relación, y queremos que funcione, tendemos a idealizar a la persona; empiezo a ver el potencial de la relación, de la persona. Como me gustaría que fuera, pero no es”.
Seguir en una relación donde ves estas claras señales va a causar frustración porque notarás que las expectativas que tienes no son y no serán cumplidas. Continuarla también significa sacar una versión insana de nosotros mismos donde perdemos nuestra autonomía.
¿Cómo terminar una relación así?
Lo primero es quitarse esa venda de los ojos para darse cuenta de que esa relación ya no está funcionando.
Un ejercicio que recomendó Andrea Herrera, que puedes aplicar en lo personal, es hacer una lista de las razones que tienes para quedarte en esa relación, y del otro lado las razones por las que no. Eso puede ayudarte a ver con claridad si lo que te está guiando a seguir esa relación es solo el afecto y no la razón. «Tantas razones para que yo me vaya, y pocas para que me quede”.
Asimismo, recomienda ir a terapia para fortalecer tu autoestima y reconocer el gran valor que tienes como hijo de Dios. Poder ver que es tu responsabilidad y decisión salir de esa relación.
Lo siguiente es mentalizarse, saber que es necesario romper la relación. Puede que surja el temor, pero es mejor tener un dolor emocional del golpe (el duelo), que estar sufriendo golpes constantemente.
Va a doler la ruptura, pero recuerda que no estás sola. Dios te acompaña en ese proceso de duelo, en dónde pasarás por un periodo de abstinencia y ansiedad. Ofrece ese sentir a Cristo y pide por un futuro mejor. Porque definitivamente, salirte de una relación en donde sientes inquietudes en el corazón, es la mejor manera de demostrarte amor a ti misma.
“Tu pareja no te debe costar tu eternidad”.
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