Esta máxima se encuentra habitualmente en la entrada de los monasterios benedictinos, pero ¿cuál es su origen y su significado?
El origen del ora et labora
Aunque muchos podrían pensar que el ora et labora se remonta a san Benito de Nursia, el fundador de la orden benedictina en el siglo VI, lo cierto es que esta expresión es de origen reciente. Según el investigador francés Marie-Benoit D. Meeuws, el autor de esta frase fue Mauro Wolter, el primer abad de la nueva abadía de Beuronese (Alemania), que la escribió en un libro sobre la vida benedictina en el siglo XIX.
Sin embargo, esto no significa que el ora et labora no refleje la espiritualidad de san Benito y de su regla. Al contrario, esta expresión sintetiza la esencia de la vida monástica, que se encuentra en la Regla de San Benito, aunque con otras palabras: la lectio divina (estudio meditativo de las Sagradas Escrituras) y el opus Dei (obra de Dios) o liturgia de las horas.
¿Qué significa ora et labora?
El ora et labora expresa el equilibrio entre la oración y el trabajo que caracteriza a los monjes benedictinos. La oración es el centro y el fin de su vida, ya que los monjes buscan a Dios en el silencio, la meditación de su palabra y la alabanza comunitaria. El trabajo es una forma de colaborar con la creación, de mantenerse activos y de practicar la humildad y la caridad.
La oración y el trabajo se complementan y se enriquecen mutuamente, pues la oración da sentido y valor al trabajo, que se convierte en una ofrenda a Dios y al prójimo. El trabajo ayuda a la oración, ya que evita la ociosidad, que es enemiga del alma, según san Benito. Además, el trabajo permite a los monjes vivir del fruto de sus manos, como hicieron los apóstoles.
En la vida cotidiana de los monjes benedictinos se aplica de la siguiente manera:
1
Maitines
Los monjes se levantan muy temprano, antes del amanecer, para rezar los Maitines, la primera hora del Oficio Divino, que consiste en salmos, himnos y lecturas bíblicas.
2
santa Misa
Después de los Maitines, los monjes asisten a la celebración de la Santa Misa, que es el núcleo espiritual de su día. Allí reciben la comunión y renuevan su consagración a Dios.
3
Lectio divina
A continuación, los monjes desayunan en silencio y se dedican a la lectio divina, que es la lectura meditativa y orante de las Sagradas Escrituras. Esto les ayuda a profundizar en su relación con Dios y a prepararse para la oración litúrgica.
4
Laudes
A media mañana, los monjes rezan las Laudes, la segunda hora del Oficio Divino, que consiste en salmos e himnos de alabanza a Dios por la creación y por el nuevo día.
5
Trabajo
Luego, los monjes se entregan al trabajo manual o intelectual, según sus capacidades y necesidades. El trabajo puede ser muy variado: desde el cuidado del huerto o de los animales, hasta la elaboración de dulces o de artesanías, pasando por el estudio o la enseñanza. El trabajo se realiza con espíritu de servicio y de ofrenda a Dios y al prójimo.
6
sexta
A mediodía, los monjes rezan la Sexta, la tercera hora del Oficio Divino, que consiste en salmos e himnos que recuerdan la pasión de Cristo y piden su ayuda. Después, los monjes almuerzan en silencio y escuchan una lectura espiritual.
7
Trabajo y estudio
Por la tarde, los monjes continúan con el trabajo o con el estudio, según el caso. También pueden dedicar un tiempo a la oración personal o a la recreación fraterna.
8
vísperas
Al caer el sol, los monjes rezan las Vísperas, la cuarta hora del Oficio Divino, que consiste en salmos e himnos que dan gracias a Dios por el día vivido y le piden su protección para la noche.
9
Completas
Antes de acostarse, los monjes rezan las Completas, la quinta hora del Oficio Divino, que consiste en salmos e himnos que confían en Dios y le piden perdón por las faltas cometidas. Después, los monjes guardan silencio absoluto hasta el día siguiente.
Vivir con armonía y coherencia
El ora et labora es una invitación a todos los cristianos a vivir con armonía y coherencia su vocación bautismal, integrando la dimensión espiritual y la dimensión humana. También es un recordatorio de que toda nuestra vida debe estar orientada a Dios y a su gloria.
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