“Para luchar con eficacia, y reducir los flujos financieros ilícitos de África, se requiere un compromiso político y un fuerte liderazgo tanto en África como en el resto del mundo”, dice el informe, elaborado por un grupo de trabajo presidido por el ex Jefe de Estado Estado de Sudáfrica, Thabo Mbeki.
Además del tráfico de drogas, armas y seres humanos y el contrabando, la mayoría de los flujos financieros ilícitos está representada por la corrupción de los administradores públicos y la evasión fiscal.
“Los flujos financieros ilícitos tienen una consecuencia seria para el desarrollo de África, la más importante es la pérdida de recursos que podrían ser utilizados para financiar los servicios públicos, incluidas las infraestructuras, la educación y la atención sanitaria”, se lee en el informe.
En varias ocasiones, los obispos africanos han denunciado las consecuencias perjudiciales de la corrupción y los delitos financieros en distintos países africanos. “La corrupción es un robo a los pobres” han acusado recientemente los obispos de Sudafrica, Swaziland y Botswana.
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