EL CARDENAL JEAN-LOUIS TAURAN, PRESIDENTE DEL PONTIFICIO CONSEJO para el Diálogo Interreligioso participa en el IX Coloquio entre el Centro para el Diálogo Interreligioso (CID) de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas (ICRO) que tiene lugar en Teherán (Irán) del 25 al 26 de noviembre y está dedicado al tema "Cristianos y musulmanes en un diálogo constructivo para el bien de la sociedad". El purpurado habló de que el término construcción se refiere normalmente a la edificación de una casa sobre cimientos sólidos y reiteró que esas bases, ya sentadas por muchos otros musulmanes y cristianos, deben ser fuertes para lograr los resultados esperados en el presente y el futuro. Otros temas tratados fueron la espiritualidad y los valores religiosos como respuesta al extremismo y la violencia y el papel de los medios de comunicación en la promoción de una cultura de diálogo. El cardenal dijo que ninguno de los participantes pensaba que la cuestión del extremismo y la violencia se volvería tan acuciante como lo es hoy. ''No podemos permanecer en silencio o indiferentes ante la violencia extrema, inhumana y difusa a la que se han visto sometidos los cristianos y los yazidíes. Muchos de ellos, como sabemos, han preferido la muerte a renunciar a su fe. Son verdaderos mártires... Nada puede justificar estos actos atroces. La invocación de la religión para justificar estos crímenes sería un crimen contra la religión misma''.
EL ARZOBISPO DOMINIQUE MAMBERTI, SECRETARIO PARA LAS RELACIONES CON los Estados pronunció ayer martes ante la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Australiana en Sydney, un discurso dedicado a la diplomacia pontificia, con especial referencia a la situación de los cristianos en Oriente Medio. ''La diplomacia de la Santa Sede -dijo- tiene diversos objetivos que brotan principalmente de su misión espiritual. Entre ellos, la defensa de los derechos y de las libertades de la Iglesia y de la libertad religiosa en general, la promoción de una visión ética en las diferentes cuestiones relativas a la vida humana, la sociedad y el desarrollo, la defensa de la dignidad y de los derechos humanos, la promoción de la reconciliación y la paz, del desarrollo humano integral, la protección del ambiente y allí donde se requiere la mediación en las disputas.'' ''La Santa Sede -añadió- está muy preocupada por la trágica situación actual de Oriente Medio. No propone soluciones técnicas, pero está incansablemente comprometida en suscitar la concienciazión internacional y en pedir a la Comunidad internacional que intervenga con urgencia para detener al agresor, dar ayuda humanitaria y afrontar las causas profundas de la crisis actual''.
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