Manila – Poniendo la mirada en el Señor crucificado, el pobre por excelencia, “despojado incluso de la dignidad”, la Iglesia de Filipinas invita “a celebrar el año 2015 como el Año de los pobres”. Cristo, con su sufrimiento “se hace oprimido, despreciado, impotente y miserable”, señalan los Obispos en un mensaje publicado el 30 de noviembre por Su Exc. Mons. Sócrates B. Villegas, Arzobispo de Lingayen Dagupan y Presidente de la Conferencia Episcopal, enviado también a la Agencia Fides.
El mensaje está dirigido a todos los pobres: “En la cruz, Él está contigo, Cristo es el Dios con vosotros. Ha tomado tu desnudez, tu vulnerabilidad, tu hambre, tu enfermedad, tu vergüenza”, invitando a “clamar hacia Él, mirando a los ojos del Señor crucificado” ¿Qué mensaje proviene de la cruz? peguntan los obispos. Un mensaje de resurrección: “Yo he venido para dar vida en abundancia. Bienaventurados vosotros los pobres, Bienaventurados los que tienen hambre, Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien”. “En el Año de los pobres, os decimos: venid a Jesús, y hallaréis descanso” exhortando a orar y pedir ayuda a Cristo en todas las circunstancias.
El Año de los pobres es una llamada a los ricos también, para que no vivamos “una vida de egoístas”, sino orientada al bien común y a la solidaridad. Los ricos también están invitados a “fijar los ojos en Jesús” y escuchar su voz: “Cualquier cosa que hagas a uno de ellos, al más pequeño de mis hermanos y hermanas, a mi me lo hiciste”.
“En Filipinas – escriben los Obispos - esto significa detener urgentemente la corrupción”. “Es urgente interrumpir el mal uso de los fondos del pueblo, detener la destrucción desenfrenada del medio ambiente. La lucha contra la pobreza, la redistribución de la riqueza equitativamente, construir una economía que cumpla con los criterios de justicia, proporcionar una educación que respete todas nuestras personas, como seres humanos e hijos de Dios”. El último llamamiento está dirigido a los párrocos y sacerdotes, llamados a dejar las comodidades y abrazar una vida sencilla, cerca de los pobres.
El mensaje está dirigido a todos los pobres: “En la cruz, Él está contigo, Cristo es el Dios con vosotros. Ha tomado tu desnudez, tu vulnerabilidad, tu hambre, tu enfermedad, tu vergüenza”, invitando a “clamar hacia Él, mirando a los ojos del Señor crucificado” ¿Qué mensaje proviene de la cruz? peguntan los obispos. Un mensaje de resurrección: “Yo he venido para dar vida en abundancia. Bienaventurados vosotros los pobres, Bienaventurados los que tienen hambre, Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien”. “En el Año de los pobres, os decimos: venid a Jesús, y hallaréis descanso” exhortando a orar y pedir ayuda a Cristo en todas las circunstancias.
El Año de los pobres es una llamada a los ricos también, para que no vivamos “una vida de egoístas”, sino orientada al bien común y a la solidaridad. Los ricos también están invitados a “fijar los ojos en Jesús” y escuchar su voz: “Cualquier cosa que hagas a uno de ellos, al más pequeño de mis hermanos y hermanas, a mi me lo hiciste”.
“En Filipinas – escriben los Obispos - esto significa detener urgentemente la corrupción”. “Es urgente interrumpir el mal uso de los fondos del pueblo, detener la destrucción desenfrenada del medio ambiente. La lucha contra la pobreza, la redistribución de la riqueza equitativamente, construir una economía que cumpla con los criterios de justicia, proporcionar una educación que respete todas nuestras personas, como seres humanos e hijos de Dios”. El último llamamiento está dirigido a los párrocos y sacerdotes, llamados a dejar las comodidades y abrazar una vida sencilla, cerca de los pobres.
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