
Ayer me senté junto a una de las cantoras, sor Ana, y le susurré con cariño:
-Pobrecilla, a ver si te vas recuperando...
Y de seguido me surgió decirle que no pensara que se lo decía para que volviera a cantar. Deseaba que supiera que nosotras las queremos por ser quienes son, porque Cristo las ama, y no por el servicio que hacen a la comunidad.
Cristo te ama personalmente, de hecho, su Amor es tan tuyo, tan personalísimo, que parece como si fuera exclusivamente para ti. Cuando Él te regala experimentar eso, ya no tienes que hacer nada o ser nadie para que Él te quiera, o para que los demás te necesiten.
Y mejor aún, cuando tienes esto, no quieres a los demás por lo que te aportan, sino que se transforman para ti en un regalo. Les quieres porque sí, porque son ellos. Si eres consciente de que a ti el Señor te quiere con este amor incondicional, sabes que a ellos también.
No te dejes enredar en las redes de actividad que puedas aportar y, si alguien no te quiere por ser tú, ése es su problema.
Si quieres ser feliz, ora para saberte totalmente amado de Cristo, y ama con ese desborde de Amor.
Hoy el reto del Amor es descubrir que ya eres amado únicamente por ser tú. Verás cómo poco a poco podrás ser libre y liberar a los demás de cualquier otro tipo de amor interesado.
Sólo el Señor te mostrará tu identidad, Él sabe quién eres. Y tú, ¿lo sabes?
VIVE DE CRISTO

Publicar un comentario