La sabiduría de un pueblo, 'un cuento'


01/12/2014 - Cartas de los lectores


La sabiduría de un pueblo, 'un cuento'




José Ramon Talero Islán

La sabiduría de un pueblo. “Un cuento” Había una vez, hace mucho tiempo, un país donde siempre se instalaban en sus tierras, otros pueblos que venían de naciones lejanas. Los primeros en llegar fueron unas gentes provenientes del norte de África. Estos pobladores, eran artesanos, comerciantes y bastante cultos, pues tenían alfabeto propio. Al contemplar que sus habitantes se dejaban enseñar y eran hospitalarios, se acomodaron y se mezclaron con ellos. Más tarde llegaron pueblos de Grecia, Italia, tribus del norte de Europa y de Asia y por último de Arabia; aportando todos ellos, conocimientos y progreso. Construyeron puentes, acueductos, calzadas, palacios, teatros, castillos etc. Introdujeron sus cultivos, sus técnicas, su arte, sus leyes, sus costumbres, sus lenguas etc. De esta manera apareció una amalgama de tradiciones y avances, unificándose todo en un solo ente territorial y en cuatro lenguas en general. Pero un día después de muchos años de unión y convivencia de estas buenas gentes bajo reinados, algunos de esplendor universal, llegó el decaimiento. Surgió una guerra civil. Las consecuencias fueron desastrosas. En ese país que siempre resplandecía el sol, quedó oscuro durante muchos años. Sus mismos ciudadanos (padres, hijos, hermanos…) se dividieron y no se respetaron en sus ideas ni en sus opiniones. Pasaron varias décadas y al cabo del tiempo, apareció un tenue rayo de luz que irradiaba una energía compartida, era un rey que supo unir a su pueblo y que durante muchos años hizo que este país viviera en prosperidad, convivencia y alegría. Pero como no podía ser de otra manera, un día uno de los príncipes de su mismo reino, se presentó ante él para exigidle la división del mismo y conseguir así un reino para él. El rey le dijo: - ¿Es que el reino no va bien? –Dime ¿Viven mal mis súbditos? –Él contestó que no, que nunca se había vivido mejor en la historia de este país.-Entonces ¿porqué me reclamas algo que pertenece a todos mis súbditos? El príncipe y sus nobles siguieron su lucha y empecinamiento por adquirir ese poder. Mientras en sus territorios, la corrupción, el abuso y el engaño, abundaban por doquier. Todo esto, propició que llegara el momento en que el sentido común, y la sabiduría del pueblo, hicieran que el país siguiera unido y que el príncipe desistiera para siempre de ese gran disparate. Así de esta manera el rey siguió reinando muchos años y tanto él como todos sus súbditos fueron felices, comieron perdices y colorín colorado este cuento se ha acabado. Moraleja.- Cuando está complaciente la mayoría, viene una minoría a interrumpir la buena armonía.



6:42:00 a.m.

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