Ángelus Dominical
AL
FINALIZAR ESTA columna diré de qué lado tiene la oreja una taza, pues desde
hace dos domingos puse el acertijo sobre la mesa y nadie me ha dado respuesta
adecuada (me dicen que depende del lado en que la mire, que si la pongo al
derecho o si soy zurdo, que si está de cabeza, que debe ser taza cuadrada, que
si no sé qué)... MIENTRAS TANTO VAMOS al interior de la Catedral en un viaje
sumario para lograr la mejor perspectiva de este tamaño monumento, que si bien
no está corriendo la suerte de "El Caballito", si ha estado en riesgo
por la negligencia -y hasta la petulancia- de algunos personajillos de la
historia (que nadie investigue a Juan José Baz, por favor, que siendo 4,
cuatro, 4 veces gobernador del Distrito Federal -¡uf!- deshizo lo que a otros
les costó años y años en construir)... DESDE EL INTERIOR de muchas
construcciones, cosas y personas, se disfruta de un horizonte del todo
peculiar: estuve en el interior de las pirámides de Egipto y la perspectiva es
impresionante; me metí a las grutas de Juxtlahuaca y el horizonte más que
reducirse se amplía; un médico haciendo una endoscopía nos dirá que ahí las
cosas se ven distintas; y un difunto no nos dirá qué ve allá adentro porque ya
no ve ni dice nada... IR AL INTERIOR de la Catedral no sólo es cruzar una
puerta (por cierto, ¿ya fuiste a cruzar la Puerta Santa?, ¡aprovecha para vivir
una singular experiencia de fe y renovación espiritual!); ir al interior de la
Catedral es meterse en su historia y su arte, en el culto ordinario y
extraordinario, en su situación actual y en sus expectativas; llegar al
interior más íntimo (¡guau!) de la Catedral es asumir su traza, su magnitud, su
estilo, su necesidad, su belleza, su leyenda y tradición, en su música y
pintura, sus problemas, sus éxitos, su trascendencia y hasta en sus riesgos...
MÉTETE A LA CATEDRAL, de lleno, y no hablo sólo de la "parte
interna", como si de un lugar se tratara, sino del interior al que sólo
puede ingresar la voluntad humana, la inteligencia respetuosa, el libre gusto
de quien aprecia y valora tanto -¡tanto!- lo propio y lo ajeno... HAZ EL
EXPERIMENTO y colócate en cualquier rincón de la Catedral (no esperes a
treparte al Altar de los Reyes, o al candil de la cúpula) y desde ahí ponte en
comunión de oración y fe, en sintonía histórica y cultural, en vinculación
musical y litúrgica, en "amarre" emocional y patriota, como si de una
mutua transfusión sanguínea (entre la Catedral y tú) se tratara y entonces...
((Aquí hago un paréntesis doble para invitarte a diversos eventos catedralicios:
visita guida a las torres en horario cotidiano, curso histórico-cultural todos
los viernes -llama al cel. 5534145806 para ver horarios-, integración a un
movimiento laical y/o de servicio como el de campaneros, participación en la
Misa dominical a las 12 hrs., diversos conciertos y espectáculos que puedes
consultar en la página electrónica de la Catedral, etc.))... ENTONCES -decía-
AFINA tus sentidos y percibe todo lo que te rodea: olores a incienso, flores y
velas (o a turistas y feligreses), sonidos de plegarias y cánticos (también de
explicaciones de guías y hasta los ecos exteriores de atabales y conchas de
danzantes), colores nuevos de flores frescas y añejos de piedras, maderas y
herrerías, siente en tus pies y en tus manos las distancias, las alturas, frialdades
y calideces, propias de un recinto sacro... TAL VEZ EL ÚNICO sentido que no ha
sentido nada sea el gusto, y para suplirlo saborea el pasado y futuro de la
Catedral en el fugaz momento de tu presente, de tu presencia ahí, en el cruce
de siglos y pueblos, de culturas y corazones que han construido, embellecido,
conservado, proyectado tan único edificio... DESDE FUERA SE PUEDE decir lo que
se ve (a eso me dediqué en entregas anteriores), pero desde el interior sólo
quien se ha metido es capaz de experimentar lo que aquí no se ha dicho, ni se
ha descrito, ni se ha fotografiado; así que métete, métete, métete... ¿Y DE QUÉ
LADO tiene la oreja una taza?; muy sencillo porque está a la vista: la tiene
del lado exterior, porque adentro le pondrás un cafecito capuchino, un
chocolate batido, un atolito espeso o lo que más apetezcas...
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.512921915448055.1073742
AL
FINALIZAR ESTA columna diré de qué lado tiene la oreja una taza, pues desde
hace dos domingos puse el acertijo sobre la mesa y nadie me ha dado respuesta
adecuada (me dicen que depende del lado en que la mire, que si la pongo al
derecho o si soy zurdo, que si está de cabeza, que debe ser taza cuadrada, que
si no sé qué)... MIENTRAS TANTO VAMOS al interior de la Catedral en un viaje
sumario para lograr la mejor perspectiva de este tamaño monumento, que si bien
no está corriendo la suerte de "El Caballito", si ha estado en riesgo
por la negligencia -y hasta la petulancia- de algunos personajillos de la
historia (que nadie investigue a Juan José Baz, por favor, que siendo 4,
cuatro, 4 veces gobernador del Distrito Federal -¡uf!- deshizo lo que a otros
les costó años y años en construir)... DESDE EL INTERIOR de muchas
construcciones, cosas y personas, se disfruta de un horizonte del todo
peculiar: estuve en el interior de las pirámides de Egipto y la perspectiva es
impresionante; me metí a las grutas de Juxtlahuaca y el horizonte más que
reducirse se amplía; un médico haciendo una endoscopía nos dirá que ahí las
cosas se ven distintas; y un difunto no nos dirá qué ve allá adentro porque ya
no ve ni dice nada... IR AL INTERIOR de la Catedral no sólo es cruzar una
puerta (por cierto, ¿ya fuiste a cruzar la Puerta Santa?, ¡aprovecha para vivir
una singular experiencia de fe y renovación espiritual!); ir al interior de la
Catedral es meterse en su historia y su arte, en el culto ordinario y
extraordinario, en su situación actual y en sus expectativas; llegar al
interior más íntimo (¡guau!) de la Catedral es asumir su traza, su magnitud, su
estilo, su necesidad, su belleza, su leyenda y tradición, en su música y
pintura, sus problemas, sus éxitos, su trascendencia y hasta en sus riesgos...
MÉTETE A LA CATEDRAL, de lleno, y no hablo sólo de la "parte
interna", como si de un lugar se tratara, sino del interior al que sólo
puede ingresar la voluntad humana, la inteligencia respetuosa, el libre gusto
de quien aprecia y valora tanto -¡tanto!- lo propio y lo ajeno... HAZ EL
EXPERIMENTO y colócate en cualquier rincón de la Catedral (no esperes a
treparte al Altar de los Reyes, o al candil de la cúpula) y desde ahí ponte en
comunión de oración y fe, en sintonía histórica y cultural, en vinculación
musical y litúrgica, en "amarre" emocional y patriota, como si de una
mutua transfusión sanguínea (entre la Catedral y tú) se tratara y entonces...
((Aquí hago un paréntesis doble para invitarte a diversos eventos catedralicios:
visita guida a las torres en horario cotidiano, curso histórico-cultural todos
los viernes -llama al cel. 5534145806 para ver horarios-, integración a un
movimiento laical y/o de servicio como el de campaneros, participación en la
Misa dominical a las 12 hrs., diversos conciertos y espectáculos que puedes
consultar en la página electrónica de la Catedral, etc.))... ENTONCES -decía-
AFINA tus sentidos y percibe todo lo que te rodea: olores a incienso, flores y
velas (o a turistas y feligreses), sonidos de plegarias y cánticos (también de
explicaciones de guías y hasta los ecos exteriores de atabales y conchas de
danzantes), colores nuevos de flores frescas y añejos de piedras, maderas y
herrerías, siente en tus pies y en tus manos las distancias, las alturas, frialdades
y calideces, propias de un recinto sacro... TAL VEZ EL ÚNICO sentido que no ha
sentido nada sea el gusto, y para suplirlo saborea el pasado y futuro de la
Catedral en el fugaz momento de tu presente, de tu presencia ahí, en el cruce
de siglos y pueblos, de culturas y corazones que han construido, embellecido,
conservado, proyectado tan único edificio... DESDE FUERA SE PUEDE decir lo que
se ve (a eso me dediqué en entregas anteriores), pero desde el interior sólo
quien se ha metido es capaz de experimentar lo que aquí no se ha dicho, ni se
ha descrito, ni se ha fotografiado; así que métete, métete, métete... ¿Y DE QUÉ
LADO tiene la oreja una taza?; muy sencillo porque está a la vista: la tiene
del lado exterior, porque adentro le pondrás un cafecito capuchino, un
chocolate batido, un atolito espeso o lo que más apetezcas...
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.512921915448055.1073742
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