(InfoCatólica) En 2006, durante la tramitación de la LOE de Zapatero, hubo un movimiento de respuesta en defensa de la asignatura de Religión que cristalizó en la constitución de multitud de plataformas sociales.
Ahora, con la LOMCE de Rajoy, que reduce de un modo cualitativamente superior la oferta y el horario de la asignatura, ERELGUNE pide que se haga lo mismo.
A continuación, el manifiesto:
A LAS PERSONAS QUE DEFIENDEN UN CONCEPTO DE EDUCACIÓN INTEGRAL DONDE LA DIMENSIÓN RELIGIOSA ESTÉ PRESENTE:
Las últimas normativas estatales en relación a la asignatura de Religión nos llenan de preocupación por las consecuencias que acarrearán: disminución del 50% del crédito horario de la asignatura en Primaria (con la LOE eran dos sesiones semanales con un total de 1,5 horas y con la LOMCE queda reducido a una sesión semanal de 45 minutos). Y es previsible que en Secundaria ocurra otro tanto.
A esto se añade la no obligación de la oferta de la asignatura en Bachillerato (pues queda a expensas de la voluntad de las Comunidades Autónomas o de los propios centros ofertar o no la asignatura de Religión), ignorando la sentencia del Tribunal Supremo sobre Bachillerato, que tanto costó ganar en el País Vasco y en Balerares.
Esta situación coloca la presencia de la asignatura de Religión contra las cuerdas y en una situación muy difícil, pues si estos cambios normativos han sido producidos por un gobierno que se considera «sensible» a esta cuestión, qué se puede esperar de los que se muestran claramente hostiles.
Que en el Estado se justifique la presencia de la asignatura de Religión por estricto cumplimiento de los acuerdos internacionales con la Santa Sede y no a la necesidad de la propia escuela de ofertar una educación integral en la que todas las dimensiones de la persona (incluida la religiosa, transcendente o espiritual) estén presentes, nos aboca a esta triste situación.
Desde estas claves se hace imprescindible un pacto educativo que aborde seriamente la presencia del hecho religioso en la escuela y el tratamiento de la dimensión religiosa y transcendente de la persona desde claves pedagógicas y escolares en un modelo de educación integral. Desde el ámbito de las competencias y de las inteligencias múltiples, la dimensión espiritual, transcendente o religiosa es una realidad que ha de ser abordada en su especificidad.
Lamentablemente el contexto actual no es propicio, pero habrá que hacer esfuerzos para avanzar en esa dirección.
Cierto que la opinión pública está mayoritariamente en contra como consecuencia de la propaganda continuada en contra de los últimos años. Y los que están a favor de la presencia normalizada de la asignatura de Religión en la escuela no son tan activos como los que están en contra, en general.
Por otro lado, los que defendemos la presencia de la asignatura de Religión en la escuela seguimos sin estar organizados de una manera eficaz.
Si la LOMCE empeora sustancialmente las condiciones de la asignatura de Religión, la acción por parte de los obispos y otras autoridades religiosas no será suficiente, ni siquiera una hipotética vía judicial. Hemos de recordar que en el País Vasco y Baleares se estuvo sufriendo la situación del Bachillerato sin alternativa a la asignatura de Religión (el alumnado de la alternativa se iba a casa, con lo que los niveles de matriculación de Religión se quedaron bajo mínimos). Tras cinco años de espera a la decisión final de los tribunales, éstos fallaron a favor de los Obispados y se tuvo que reponer la alternativa cinco años después, justo cuando sale la LOMCE que deja la oferta de la asignatura en Bachillerato a libre elección de los centros o Comunidades Autónomas.
Necesitamos proyectos y acciones que puedan revertir esta situación a medio/largo plazo. Por ello, necesitamos crear, unir y coordinar fuerzas para defender una educación integral en la que todas las dimensiones de la persona estén contempladas, incluida la dimensión religiosa, transcendente o espiritual desde claves escolares, como sucede en la inmensa mayoría de los países de Europa.
Os animamos a reconstituir el movimiento de las plataformas de apoyo a la asignatura de Religión en cada pueblo, ciudad, provincia, comunidad autónoma que sea posible.
Los que creemos que la asignatura de Religión aporta un bagaje y unos valores importantes para las futuras generaciones debemos poner esfuerzos, y medios para plantear a la opinión pública que el consenso no es imposición de mayorías sobre minorías, sino que ambas encuentren un proyecto común consensuado de modelo educativo en el que todas las personas encuentren cabida sin excluir a nadie.
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