“No sólo necesitamos descanso, recreación, alimento, variedad de estímulos, sino también ubicación en la vida, paz en la conciencia, rectificación de hábitos de conducta que no dominamos y complican nuestras relaciones”, indicó el Prelado en su mensaje de bienvenida.
Mons. Marino recordó que para los cristianos Dios es “el centro de nuestra vida” y por ello los principales centros turísticos de la Diócesis reciben durante los meses de verano un refuerzo importante en el número de sacerdotes que colaboran en la tarea pastoral.
De esta manera se brinda “un mejor servicio sacramental adaptado al aumento de los fieles que acuden a nuestros templos”, indicó. Además, añadió, “se asegura mejor la atención de confesiones y se multiplican en forma notable las posibilidades de asistir a la celebración de las Misas”.
Mons. Marino afirmó que el objetivo es ofrecer alivio espiritual y renovación humana a las personas de todas las edades, “por el reencuentro con Jesucristo que ofrece los tesoros de su gracia en los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía y en la escucha de su Palabra”.
Durante la vida “enfrentamos pruebas y oscuridades” y esta “un día culminará en el encuentro con Dios”, recordó.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 4 de julio de 2016
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