(ZENIT – 28 Dic. 2017).- La Agencia Fides, órgano de información de las Obras Misionales Pontificias desde 1927, ha publicado un informe especial sobre los misioneros asesinados en el año 2017.
El reportaje comienza con la frase: “La Iglesia es iglesia si es iglesia de mártires”, pronunciada por el Papa Francisco el 22 de abril de 2017.
A continuación, ofrecemos el informe íntegro publicado por la Agencia Fides.
LOS MISIONEROS ASESINADOS EN EL AÑO 2017
Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – En el año 2017 han sido asesinados en todo el mundo 23 misioneros: 13 sacerdotes, 1 religioso, 1 religiosa, 8 laicos. Según la división continental, por octavo año consecutivo, el número más alto se ha registrado en América, donde han sido asesinados 11 misioneros (8 sacerdotes, 1 religioso, 2 laicos); junto al que se sitúa también África, donde han sido asesinados 10 misioneros (4 sacerdotes, 1 religiosa, 5 laicos); en Asia han sido asesinados 2 misioneros (1 sacerdote, 1 laico). Desde el 2000 al 2016, según los datos recogidos por la Agencia Fides, han sido asesinados en el mundo 424 misioneros, de los cuales 5 obispos.
La lista anual de Fides desde hace tiempo, no se refiere sólo a los misioneros ‘ad gentes’ en sentido estricto, sino que trata de registrar a todos los agentes pastorales fallecidos de forma violenta, sin que se trata expresamente por “odio a la fe”. Por ello preferimos no utilizar el término “mártires”, si no sólo en su sentido etimológico de “testigos” para no entrar en el juicio que la Iglesia podrá dar sobre algunos de ellos de forma eventual, y que de igual modo tratamos de documentar en este mismo contexto anual.
Muchos misioneros han sido asesinados durante intentos de secuestro o robo, realizados con gran ferocidad, en contextos de pobreza económica y cultural, de degrado moral y ambiental, donde la violencia y el desprecio por la vida misma son casi las normas de comportamiento, en la falta total de respeto por la vida y por cada uno de los derechos humanos. En todas las latitudes del mundo, los sacerdotes, las religiosas y los laicos comparten la misma vida cotidiana con la gente común, llevando consigo el valor específico de su testimonio evangélico como un signo de esperanza. Los asesinados son solo la punta del iceberg, ya que es larga la lista de trabajadores pastorales, o de simples católicos, agredidos, golpeados, robados, amenazados, como también lo es la de las estructuras católicas al servicio de toda la población, atacadas, vandalizadas o saqueadas. A la lista provisional realizada anualmente por la Agencia Fides, siempre hay que añadir la larga lista de aquellos muchos, de los cuales tal vez nunca se tendrá noticia o de los que ni siquiera se sabrá el nombre, que en todos los rincones del planeta sufren y pagan con sus vidas, su fe en Jesucristo.
Los asesinos de sacerdotes o religiosas raramente son identificados o condenados. Pero es ejemplar la condena del instigador del asesinato del misionero español Vicente Cañas, asesinado en Brasil en 1987. En el primer juicio, celebrado en 2006, los acusados fueron absueltos por falta de pruebas; pero el nuevo juicio del 29 y 30 de noviembre condujo a la condena del mandante principal, el único sobreviviente de los acusados.
“La violencia contra el clero ha aumentado en los últimos años, sin que se vean acciones concretas para detenerla”, ha afirmado el padre Omar Sotelo, director del Centro multimedia de México, que anualmente presenta un informe sobre la violencia y los asesinatos de sacerdotes y religiosos en la nación latinoamericana. “La población está permanentemente expuesta al crimen, lo conocemos bien, pero ahora, sobre todo el sacerdocio, se ha convertido en un ministerio peligroso; en los últimos nueve años, México es el país con el mayor número de sacerdotes asesinados”.
“Hemos denunciado los ataques contra la Iglesia y especialmente el secuestro de los siervos de Dios”, ha afirmado Mons. Marcel Utembi Tapa, Arzobispo de Kisangani y Presidente de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO), durante una conferencia de prensa en Bruselas. “Los sacerdotes no están comprometidos con la política. Si ha habido llamamientos de algunos agentes pastorales, se ha tratado de situaciones con un contexto del compromiso civil, del respeto de los valores como la justicia, la paz y la reconciliación”. La Iglesia no hace otra cosa que “predicar la justicia, la paz, el respeto por el buen gobierno, en el marco de su doctrina social”.
Durante la Liturgia de la Palabra en memoria de los “Nuevos Mártires” del siglo XX y XXI, que el Papa presidió el 22 de abril de 2017 en la Basílica de San Bartolomé en la Isla Tiberina, en Roma, Francisco afirmó: “El recuerdo de estos testigos heroicos antiguos y recientes nos confirma en la conciencia de que la Iglesia es Iglesia si es Iglesia de mártires. Y los mártires son aquellos que… han tenido la gracia de confesar a Jesús hasta el final, hasta la muerte. Ellos sufren, ellos dan la vida, y nosotros recibimos la bendición de Dios por su testimonio”. El Papa también reiteró que la causa de toda persecución se encuentra en el odio, “el odio del príncipe de este mundo hacia los que han sido salvados y redimidos por Jesús con su muerte y con su resurrección”, y subrayó que “la herencia viva de los mártires nos dona hoy a nosotros paz y unidad. Estos nos enseñan que, con la fuerza del amor, con la mansedumbre, se puede luchar contra la prepotencia, la violencia, la guerra y se puede realizar con paciencia la paz”.
En la lista de los agentes pastorales asesinados en el año 2017, no figura el obispo de Bafia, en Camerún, Su Exc. Mons. Jean-Marie Benoit Bala, cuyo cuerpo fue encontrado en las aguas del río Sanaga, el 2 de junio. En el coche se encontró un “mensaje extraño (…) junto a su tarjeta de identidad y a otros efectos personales”, como informó en su momento un comunicado de la Conferencia Episcopal de Camerún, subrayando: “Nosotros los obispos de Camerún afirmamos que Mons. Jean Marie Benoît no se suicidio, sino que fue brutalmente asesinado”. El comunicado añadía “la triste memoria de varios prelados, sacerdotes y personas consagradas que fueron asesinadas en circunstancias poco claras hasta la fecha”. El Procurador general ante la Corte de Apelación tras concluir las investigaciones informó que “el ahogamiento era la causa más probable de la muerte del obispo”, por lo que no se trataría de homicidio sino de suicidio. Pocos días después, el Presidente de la Conferencia Episcopal reiteró la posición de los obispos (véase Fides 10/7/2017).
En la lista tampoco aparece el nombre del sacerdote venezolano José Luis Arismendi, de 35 años, fallecido en la mañana del Sábado santo, 15 de abril, por falta de medicamentos. El sacerdote paso dos días esperando recibir los antibióticos necesarios para tratar una meningitis, pero a pesar de la afanosa búsqueda de los mismos por parte de familiares y más personas, y de la intervención del Card. Baltazar Porras, no llegaron a tiempo. A pesar de no haber sido asesinado a manos de nadie en concreto, este sacerdote puede representar a los muchos venezolanos fallecidos por falta de medicinas, de comida y de asistencia como consecuencia de la grave crisis política y social atravesada por el país (véase Fides 19/04/2017).
También hay que señalar a los dos agentes de la Cruz Roja Internacional (CICR), Lukudu Kennedy Laki Emmanuel, asesinados el 8 de septiembre en Sudán del Sur durante una emboscada a un convoy que transportaba ayudas humanitarias y la fisioterapeuta española Lorena Enebral Perez, asesinada el 11 de septiembre en el centro de rehabilitación en el que trabajaba, en Mazar-e-Sharif, como una representante de todos los que desde los diferentes continentes, se prodigan con sacrificio para aliviar los sufrimientos de la población.
LA PLAGA DE LOS SECUESTROS
Genera gran preocupación el ver como se está extendiendo por diferentes latitudes, la plaga de los secuestros de sacerdotes y religiosas, algunos terminados de manera trágica, otros con la liberación de los rehenes, otros con el silencio.
La misionera colombiana la hermana Gloria Cecilia Narvaez Argoty fue secuestrada el 8 de febrero en la aldea de Karangasso, en Mali. El grupo Al Qaeda de Mali, a través de las redes sociales, publicó un vídeo en el mes de julio donde se veía a la religiosa con otras cinco personas también rehenes extranjeros, secuestrados por la red yihadista. A pesar de la movilización de la iglesia y de los gobiernos, no se tienen noticias concretas.
En Nigeria otras seis Religiosas del Corazón Eucarístico de Cristo, (tres religiosas profesas: la hermana Roseline Isiocha, la hermana Aloysius Ajayi y la hermana Frances Udi, y tres aspirantes) fueron secuestradas el 13 de noviembre en su convento de Iguoriakhi por unos hombres armados que entraron de noche en la casa de formación. El Papa ha lanzado un llamamiento por su liberación y la Conferencia Episcopal ha declarado que está explorando varias vías para obtener su liberación.
Por otro lado han terminado felizmente con la liberación de los rehenes, los secuestros del padre Tom Uzhunnalil, el salesiano secuestrado el 4 de marzo de 2016 en Aden, en Yemen, durante el ataque de unos yihadistas a la casa para ancianos de las religiosas de la Madre Teresa en la que fueron asesinadas cuatro religiosas y otras 12 personas más. También ha sido liberado después de 18 meses de cautividad, el p. Teresito Soganub (llamado “p. Chito”), Vicario de la prelatura apostólica de Marawi, en las Filipinas, secuestrado el 23 de mayo y liberado tras 117 días de cautiverio por los terroristas del grupo “Maute”, vinculado al Estado Islámico, que habían ocupado la ciudad de Marawi, en la isla de Mindanao, secuestrando además de al sacerdote también a un grupo de fieles, dos de los cuales perdieron la vida durante un bombardeo. Mientras que el secuestro de don Maurizio Pallù, sacerdote italiano de la diócesis de Roma, secuestrado en Nigeria, cerca de Benin city, donde era misionero como catequista del Camino neocatecumenal duró del 12 al 17 de octubre. El p. William Walter Rozario, sacerdote de Bangladesh, de la diócesis de Rajshahi, del que se perdió la pista el 27 de noviembre, fue encontrado por la policía en Syleth, al Noreste del país, el 2 de diciembre. Su caso todavía está por aclarar porque la policía sostiene que el sacerdote se alejó por su propia cuenta y no sufrido ningún tipo de violencia, mientras que la iglesia local está convencida de que se trató de un secuestro.
Sobre el paradero del jesuita italiano p. Paolo Dall’Oglio, secuestrado el 29 de julio de 2013 en Raqqa, Siria, en los últimos años se han sucedido todo tipo de voces, sin ninguna confirmación. Su secuestro nunca ha sido reivindicado.
En los últimos años en Nigeria, especialmente en los estados del sur, los secuestros con fines de extorsión de sacerdotes y religiosos han aumentado. La mayoría de ellos son liberados después de unos días. La Conferencia Episcopal de Nigeria ha prohibido el pago de cualquier rescate en caso de secuestro de sacerdotes y religiosos. Según la información recabada por la Agencia Fides, al menos cinco sacerdotes han sido secuestrados este año en el sur de Nigeria. El p. Samuel Okwuidegbe, jesuita, fue secuestrado por unos desconocidos el 18 de abril en la carretera que une Benin City a Onitsha luego liberado el 22 de abril (véase Fides 25/4/2017). El 18 de junio la policía liberó al P. Charles Nwachukwu, de la diócesis de Okigwe, en el Estado de Imo, que había sido secuestrado por 5 bandidos armados el 16 de junio (véase Fides 28/6/2017). El episodio más dramático ocurrió el 1 de septiembre con el secuestro y el asesinato del p. Cyriacus Onunkwo en el Estado de Imo, cuyo cuerpo fue hallado el 2 de septiembre (véase 12/9/2017). Don Lawrence Adorolo, párroco de la iglesia de San Benedicto de Okpella, en el Estado de Edo, mientras viajaba de regreso de Auchi a su parroquia, fue secuestrado el 27 de septiembre y puesto en libertad el 30 del mismo mes. Desde hace dos años no se tienen noticias del p. Gabriel Oyaka, religioso nigeriano espiritano (Congregación del Espíritu Santo), secuestrado el 7 de septiembre de 2015 en el Estado de Kogi (véase Fides 10/9/2015).
En la República Democrática del Congo don Pierre Akilimali y don Charles Kipasa fueron secuestrados por unos desconocidos en la parroquia de Notre-Dame des Anges de Bunyuka, en la diócesis de Beni-Butembo, provincia de Kivu del Norte, en el noreste de la República Democrática del Congo, en la noche entre el domingo 16 y el lunes 17 de julio. La Conferencia Episcopal nacional del Congo (CENCO) ha denunciado el clima de inseguridad en la zona, además de remarcar a las autoridades congoleñas su deber de “garantizar la seguridad de las personas y de sus bienies” y ha recordado que desde octubre de 2012 no se sabe nada de la suerte de tres padres Asuncionistas, Jean- Pierre Ndulani, Anselme Wasikundi y Edmond Bamutute, secuestrados en su parroquia de Notre-Dame des Pauvres de Mbau (véase Fides 22/10/2012). A pesar de las iniciativas, los llamamientos y los eventos públicos, no se tienen noticias del P. Pierre Akilimali ni del P. Charles Kipasa. En la misma provincia de Kivu del Norte, dos miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Muhindo y Joseph, fueron secuestrados en la mañana del 7 de junio, en la carretera entre Kirumba y Kaseghe, y liberados el 15 de junio (véase Fides 8/6/2017). El CICR anunció que el equipo estaba llevando a cabo actividades humanitarias, supervisando la distribución de alimentos y otros bienes esenciales.
En México también son frecuentes los secuestros, muchos de los cuales no son denunciados, y por tanto no vienen comunicados por los medios, por temor a poner en peligro la vida de los secuestrados y para poder acelerar su liberación. El 28 de marzo fue secuestrado el sacerdote Óscar López Navarro, que llevaba a cabo su ministerio en la parroquia San José Obrero de Altamira. Mons. Dibildox, obispo de Tampico, ha denunciado que en Tamaulipas “desafortunadamente el crimen está creciendo mucho. Hasta ahora habían respetado a la Iglesia, pero como podemos ver, incluso los sacerdotes no son respetados, son ellos quienes están dando sus vidas por el bien, por la gente”. El sacerdote fue liberado el 30 de marzo (véase Fides 30 e 31/03/2017)
LA MEMORIA, FUERZA PARA EL FUTURO
En algunos casos, la memoria del sacrificio de los agentes pastorales se renueva con el tiempo, convirtiéndose así en apoyo y aliento para que las comunidades continúen siguiendo sus pasos.
Las Familias de agricultores de Anapu, en el sur de Pará (Brasil), se reunieron el 12 de febrero para conmemorar la muerte de la Hermana Dorothy Stang, asesinada por su lucha por los pobres de la región (véase Fides 15/02/2005). Las comunidades donde trabajó la Hermana Dorothy exigían una reforma agraria justa y que se frenase la creciente deforestación de la zona (véase Fides 16/02/2015). La hermana Dorothy Stang, de 73 años, nacida en los Estados Unidos, naturalizada en Brasil, fue asesinada la mañana del 12 de febrero de 2005 con seis disparos a quemarropa.
Día de “Ciudad muerta” en Butembo en el primer aniversario del asesinato del p. Vincent Machozi, un sacerdote asuncionista, que denunciaba la explotación ilegal del coltán en la región (véase Fides
22/3/2016). Toda la población de Butembo detuvo sus actividades para participar en la conmemoración del valiente sacerdote, animada por el club “Amigos del p. Vincent” que presentó un video sobre las gestas del padre asesinado. También se celebró una misa de sufragio en la parroquia Lyambo de Kalemire (véase Fides 21/3/2017).
Durante el XIV Encuentro de la Juventud Misionera española, celebrada en El Escorial (Madrid) del 21 al 23 de abril, se recordó a la hermana Isa Solà, misionera española, religiosa de Jesús y María, agredida y asesinada en una calle de la capital de Haití el 2 de septiembre de 2016, en un intento de robo (véase Fides 3/09/2016). Llevaba años comprometida en tratar de aliviar el sufrimiento de la población, agravado por el terremoto. María Ángeles Aliño, superiora provincial de las religiosas de Jesús y María en España, explicó que, en estos meses, “el recuerdo de Isa Solá es una constante en nuestra comunidad”, y destacó que tiene una influencia muy fuerte entre las hermanas más jóvenes (véase Fides 21/04/2017)
El de 21 julio de 1987 el obispo español Mons. Alejandro Labaca Ugarte, O.F.M. Cap., obispo del Vicariato apostólico de Aguarico (Ecuador), y la religiosa colombiana la hermana Inés Arango, terciaria capuchina, que trataban de salvar a las poblaciones indígenas Tagaeri de la amenaza de una incursión en sus tierras por parte de las compañías petrolíferas, fueron asesinados de forma barbara. En el 30 aniversario de su martirio, la REPAM (Red Eclesial Pan-amazónica) ha producido un documental titulado “La vida por la Amazonía” (véase Fides 24/07/2017).
El 5 de octubre de 2016 el padre Juan Heraldo Viroche fue encontrado muerto en su casa, en Tucumán, a unos 70 km de la capital de Argentina. Era bien conocido por su lucha contra el narcotráfico. “El padre Juan se enfrentó valientemente a las mafias que gestionan el narcotráfico y que lo amenazaron a él y a otros en su comunidad. Las autoridades aún deben aclarar las circunstancias de su trágica muerte”, se leía en el texto de la Comisión Episcopal, un mes después su muerte violenta (véase Fides 4/11/2016). A día de hoy no se ha producido ninguna aclaración por parte de las autoridades que se inclinan a pensar que se trató de suicidio. La Misa en sufragio del padre Viroche, en el primer aniversario de su muerte, fue presidida por Mons. Fernando Maletti, Obispo de Merlo-Moreno y referente de la Comisión Nacional de Toxico-dependencia de la Conferencia Episcopal Argentina, concelebrada por muchos sacerdotes que trabajan en este sector, y contó con una enorme presencia de jóvenes. (véase Fides 06/10/2017).
La historia del obispo lazarista holandés Mons. Frans Schraven y de los ocho misioneros europeos, asesinados por soldados japoneses hace 80 años, por tratar de proteger a las más de 200 niñas chinas que los soldados del ejército invasor querían reducir a esclavas sexuales, fue recordada por los académicos y profesores del simposio “The Conference on the 80th anniversary of Zhengding Church massacre at the start of the anti-Japanese War” (La Conferencia en el 80 aniversario de la masacre de la Iglesia de Zhengding al comienzo de la Guerra anti-japonesa), organizado el 25 de octubre en Pekín por el Instituto de Estudios Cristianos de la Academia China de Ciencias Sociales y por el Instituto cultural de Faith de la Iglesia Católica. Los académicos, eclesiásticos, historiadores y representantes políticos presentes en la conferencia mostraron su acuerdo en reconocer la contribución objetiva que la Iglesia Católica en China ofreció a la nación y al pueblo chino durante la guerra con los invasores japoneses. Diversas intervenciones, tomando como ejemplo ese sangriento episodio, también exaltaron en términos más generales la contribución de los misioneros católicos al desarrollo de la sociedad china, especialmente en el campo educativo, cultural y de salud, y también a través de obras de caridad a favor de de los más necesitados (véase Fides Fides 9/11/2017).
EL RECONOCIMIENTO DE LA IGLESIA
El día de Jueves Santo, el 13 de abril, el Arzobispo de Rouen (Francia), Su Exc. Mons. Dominique Lebrun, anunció la fase diocesana del proceso de beatificación de Don Jacques Hamel, que fue asesinado la mañana del 26 de julio de 2016 mientras celebraba misa en la iglesia de Saint Etienne du Rouvray, en Normandía, por dos hombre militantes del Estado Islámico, que lo degollaron en el altar. El Papa Francisco concedió una dispensa pocos mese después de su muerte para abrir el proceso de Beatificación. En el primer aniversario del trágico suceso, en la misma iglesia y a la misma hora en la que estaba celebrando el p. Hamel, el arzobispo de Rouen celebró la misa que fue transmitida en vivo por diferentes emisoras. Además se realizaron también otras iniciativas en recuerdo del p. Hamel y por la paz en varias comunidades (véase Fides 25/7/2017).
El sábado 25 de marzo, concluyó la fase diocesana de la causa de beatificación del Siervo de Dios Padre Ezechiele Ramin, misionero comboniano (mccj), asesinado en Brasil el 24 de julio de 1985. Un año antes, el 20 de enero de 1984 llegó a Brasil y sucesivamente fue destinado a Cacoal en Rondonia, donde hizo suyo el problema indígena de la repartición de las tierras. El 24 de julio de 1985 fue asesinado en una emboscada, mientras regresaba de un encuentro con algunos campesinos que habían ocupado las tierras, a quienes les había pedido que se retirasen. Pocos días más tarde, el Papa Juan Pablo II habló de él como de un “mártir de la caridad”. En Brasil la memoria del padre Ezechiele todavía sigue viva, sobre todo entre las poblaciones indígenas, los agricultores y las personas más sencillas (véase Fides 27/3/2017).
El Santo Padre Francisco ha autorizado este año la promulgación de varios decretos, que tenían que ver con el martirio.
El martirio de Mons. Jesús Emilio Jaramillo Monsalve,, del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, primer obispo de Arauca, asesinado por odio a la fe en 1989, cerca de Fortul (Colombia). Mons. Jaramillo fue secuestrado por delincuentes armados el 2 de octubre de 1989 junto a 3 sacerdotes y un seminarista mientras visitaba la localidad de Fortul, a 800 kilómetros al este de Bogotá. Fue hallado muerto al día siguiente con cuatro disparos en la cabeza. (véase Fides 7/7/2017).
El martirio de la hermana Leonella Sgorbati, misionera de la Consolación italiana, fue asesinada el 17 de septiembre de 2006 en Mogadishu (Somalia), por algunos de los oficiales de seguridad mientras atendía el hospital donde servía. También fue asesinado junto con ella Mohamed Mahamud, el guardia que había tratado de salvarla.
Desde 1970 era misionera en Kenya y el 18 de abril de 2002, comenzó los primeros cursos de la escuela profesional de enfermeros en Mogadiscio (véase Fides10/11/2017).
El martirio del misionero italiano padre Tullio Maruzzo, de los Frailes Menores. Que partió como misionero para Guatemala en 1960, inició la obra de evangelización de los indígenas dedicándose a su instrucción, de modo que supiesen defenderse de los latifundistas que se apoderaban de sus tierras. La tarde del 1 de julio de 1981 fue asesinado a lo largo de la carretera por algunos malhechores junto a su catequista, el Terciario franciscano Luis Obdulio Arroyo Navarro.
El 4 de noviembre en Indore, India, ha sido beatificada la hermana Regina Maria Vattalil (María), de la Congregación de las Hermanas Clarisas Franciscanas, asesinada en la India, por odio a la fe, el 25 de febrero de 1995. La hermana María, de 41 años, era oriunda de Kerala, y desde hacía dos años y medio trabajaba en Udaynagar, en la diócesis de Indore, en el estado indio de Madhya Pradesh Ella fue asesinada mientras viajaba en autobús desde Udaynagar a Indore. Dos hombres la obligaron a bajar del autobús y delante de los pasajeros, le dieron más de 50 puñaladas. la religiosa trabajaba sobre todo en favor de los campesinos y de las mujeres de las aldeas. Llevaba a cabo actividades de asistencia social, enseñando los derechos civiles a las poblaciones tribales de Udaynagar, en una zona dominada por grandes terratenientes y usureros (véase Fides 24/3/2017). Su asesino estando en la cárcel se arrepintió y abrazó la fe cristiana, y estaba presente en la liturgia de beatificación.
El 23 de septiembre el misionero don Stanley Francis Rother, se convirtió en el primer mártir estadounidense oficialmente reconocido. Nacido en Okarche, Oklahoma, EE.UU, después de varios años de compromiso pastoral como vicario parroquial, solicitó ser asignado a la misión que la diócesis de Oklahoma City y Tulsa tenía en Santiago Atitlán, Guatemala. Aprendió español y el idioma de la población local, el tz’utujil, para celebrar los sacramentos. Visitó familias, catequizó a los pequeños, celebró miles de bautismos, cientos de matrimonios y primeras comuniones, tuvo gran caridad para los necesitados. Al estallar la guerra civil en Guatemala, el padre Rother resultó estar en la lista de las personas a eliminar. Regresó a casa, pero solo por un corto periodo de tiempo, ya que no quería dejar a su rebaño por un largo tiempo sin un pastor. El 28 de julio de 1981, unos meses después de su regreso a Guatemala, fue asesinado por tres hombres que entraron en su casa en mitad de la noche.
Entre los beatos canonizados el 15 de octubre por el Papa Francisco, también hay dos sacerdotes portugueses y un grupo de laicos que fueron martirizados en 1645 en el estado brasileño de Rio Grande do Norte, medio siglo después del comienzo de la evangelización de esas tierras y que son considerados los “protomártires de Brasil”. Dos comunidades, la de Cunhau, dirigida por el padre André de Soveral y la de Natal, cuyo párroco fue el padre Ambrosio Francisco Ferro, fueron masacradas junto con sus pastores a distancia de pocos meses. San Juan Pablo II, en la beatificación de estos mártires, en San Pedro el 5 de marzo del 2000, dijo en su homilía: “En aquel inmenso país, no fueron pocas las dificultades para la implantación del Evangelio. La presencia de la Iglesia se fue consolidando lentamente mediante la acción misionera de varias órdenes y congregaciones religiosas y de sacerdotes del clero diocesano. Los mártires de hoy … pertenecen a esa generación de mártires que regó el suelo patrio, fecundándolo para la generación de los nuevos cristianos. Son las primicias del trabajo misionero, los protomártires de Brasil” (véase Fides 14/10/2017).
En la misma celebración fueron canonizados también los Beatos Cristóbal, Antonio y Juan, adolescentes, mártires, asesinados por odio a la fe en México en 1529. “Los niños Mártires de Tlaxcala, son mártires de toda América Latina, porque fueron los primeros en dar testimonio de la fe” dijo Su Exc. Mons. Francisco Moreno Barron, obispo di Tlaxcala. Fueron de entre los primeros nativos de etnia americana convertidos a la fe católica y también protomártires de América, los primero sen derramar su sangre por Cristo en este continente (véase Fides 30/06/2016; 24/03/2017)
PANORAMA DE LOS CONTINENTES
AMÉRICA
En América han sido asesinados 8 sacerdotes, 1 religioso, 2 laicos.
En México han sido asesinados el sacerdote Joaquin Hernandez Sifuentes, desaparecido el 3 de enero y encontrado unos días después; don Felipe Carrillo Altamirano, asesinado el 26 de marzo aparentemente víctima de una agresión por robo; don Luis Lopez Villa, asesinado el 5 de julio por unos criminales que irrumpieron en su parroquia; el 3 de agosto falleció en el hospital don José Miguel Machorro, que fue apuñalado el 15 de mayo al finalizar la misa que estaba celebrando.
En Bolivia Helena Agnieszka Kmiec, voluntaria polaca del Voluntariado Misionero Salvatoriano, fue asesinada el 24 de enero en un intento de robo.
En Venezuela el religioso franciscano Diego Bedoya fue encontrado muerto en la madrugada del 10 de abril, asesinado durante un secuestro.
En Colombia don Diomer Eliver Chavarría Pérez, fue asesinado la tarde del 27 de julio, en su parroquia; el 3 de octubre, durante un intento de robo, fue asesinado don Abelardo Antonio Muñoz Sánchez.
En Brasil don Pedro Gomes Bezerra, fue encontrado asesinado en la casa canónica la mañana del 24 de agosto.
En Argentina Ricardo Luna, laico, guardián de la parroquia, fue asesinado el 23 de agosto. En Haití el 21 de diciembre fue asesinado en un intento de robo don Joseph Simoly.
ÁFRICA
En África han sido asesinados 4 sacerdotes, 1 religiosa, 5 laicos.
En Sudán del Sur un catequista de Kajo-Keji, llamado Lino, fue asesinado el 22 de enero en una capilla junto con otras cinco personas.
En Madagascar el p. Lucien Njiva, capuchino, fue asesinado por unos ladrones a la una de la noche del domingo 23 de abril, en el convento de Ambendrana Antsohihy, en Madagascar.
En Burundi don Adolphe Ntahondereye, falleció el 11 de mayo, dos semanas después de su liberación, debido al estrés acumulado durante el secuestro.
En Nigeria don Cyriacus Onunkwo fue secuestrado y asesinado en el estado de Imo, el 1 de septiembre; George Omondi fue asesinado el 18 de marzo mientras trataba de detener a los ladrones que habían entrado en la iglesia que él custodiaba; tres catequistas laicos, Joseph, John y Patrick, fueron asesinados en un atentado de Boko Haram en Pulka.
En Kenia el p. Evans Juma Oduor fue encontrado en estado de inconsciencia la tarde del domingo 22 de octubre, fue trasladado de urgencia al hospital donde falleció; la hermana Ruvadiki Plaxedes Kamundiya, religiosa, fue violentada y asesinada el 22 de octubre.
ASIA
En Asia han sido asesinados 1 sacerdote y 1 laico.
En las Filipinas el 4 de diciembre don Marcelito Paez fue asesinado por cuatro hombres que le tendieron una emboscada mientras estaba conduciendo su vehículo; el 20 de agosto, mientras iba a dirigir una liturgia de la Palabra, fue asesinado el catequista laico Domingo Edo.
APUNTES BIOGRÁFICOS Y CIRCUNSTANCIAS DE LA MUERTE
La Agencia Fides agradece a todos aquellos que quieran señalar actualizaciones o correcciones a esta lista o a la de los años anteriores.
El cuerpo del sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes, de la diócesis de Saltillo, Coahuila (México), que había desaparecido el 3 de enero, fue hallado algunos días después por las autoridades mexicanas, junto con otros dos cadáveres. El Obispo de la Diócesis de Saltillo, Su Exc. Mons. José Raúl Vera López, O.P. dio las gracias a las autoridades e invitado a los ciudadanos a darse cuenta de que incluso los miembros de la iglesia pueden ser víctimas de cualquier delito, como toda la sociedad: “Vivimos en un ambiente destrozado, en una sociedad destrozada, y los sacerdotes no viven bajo una campana de cristal”.
Helena Agnieszka Kmiec, voluntaria polaca, de 26 años, miembro del Voluntariado Misionero Salvatoriano, que asesinada la madrugada del martes 24 de enero de 2017 en la localidad de Pacata, vecina a la capital de Bolivia, Cochabamba. Había llegado unos días antes junto con otra voluntaria polaca para trabajar en la escuela “Edmundo Bojanowski” de las religiosas Siervas de la Madre de Dios, dirigida por la asociación religiosa “Lucyna Teresa Jdolowska”, donde se iba a quedar por seis meses. Helena fue apuñalada hasta la muerte por dos malhechores, arrestados más tarde, durante un intento de robo en la estructura donde estaba alojada. Helena formaba parte del voluntariado misionero desde 2012.
Según los testimonios de quienes la conocían, desde el principio se entrego en actividades a nivel nacional y regional, siempre dispuesta a asumir la responsabilidad de las iniciativas misioneras, sirviéndose a menudo también de su talento musical. Prestó servicio en Rumanía, Hungría y Zambia.
Un catequista de la parroquia del Sagrado Corazón de Kajo-Keji (Sudán del Sur), de nombre Lino, fue asesinado el domingo 22 de enero en la capilla de la localidad de Lomin, junto a otras cinco personas, por un grupo armado. La situación en la zona es dramática por la inseguridad y los ataques a las aldeas de la zona por parte del ejercito de Sudán del Sur contra las que son consideradas poblaciones hostiles al gobiernos central de Juba. (véase Fides 25/1/2017)
George Omondi, laico, de 47 años, fue asesinado en la noche entre el 18 y el 19 de marzo en un intento de detener a los ladrones que habían atacado la parroquia de Nyalenda, en el barrio pobre de Kisumu, Nigeria, y el hogar del sacerdote, el misionero de Mill Hill p . George Kraakman. El hombre, que desde
2008 era el guardián de la iglesia, fue herido repetidamente en la cabeza y el cuello mientras trataba de evitar que los ladrones llegaran a la casa del misionero, pero fue abrumado por los criminales. Transportado al hospital, murió nada más llegar. Deja a su esposa y sus cinco hijos. La policía ha intensificado los controles en el área debido al aumento en los delitos violentos, especialmente por la noche.
Don Felipe Carrillo Altamirano ha sido asesinado el domingo 26 de marzo en la localidad de El Nayar, Prelatura de Jesús María del Nayar, estado del Nayarit, aparentemente víctima de una agresión para robarle. El comunicado de los obispos comenta así la triste noticia: “Cristo Resucitado, nos confiere la fuerza para luchar por la construcción de un mundo reconciliado y en paz, justo y fraterno. La muerte no es el final del mensaje de amor que nos trajo nuestro Salvador, sino la vida en plenitud. Con su sacerdocio, el Padre Felipe encarnó estas certezas que nos da la fe”. La Prelatura territorial El Nayar se encuentra en el estado mexicano de Nayarit, y es uno de los 20 comunes de este estado. (véase Fides 28/03/2017)
El religioso franciscano Diego Bedoya, de los “Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca”, responsable de la “Casa Hogar” en La Victoria, en el estado de Aragua, Venezuela, fue encontrado sin vida la madrugada del lunes 10 de abril, en su oficina, probablemente asesinado durante un robo, ya que tenía una herida de arma blanca en el cuello y señales por el cuerpo de agresión. Diego, de 35 años, de nacionalidad colombiana, estaba en Venezuela desde hacía más de 15 años, y llevaba a cabo su ministerio pastoral en la Casa dedicada al cuidado y asistencia de los ancianos de los niños discapacitados. Los ladrones se llevaron además de ordenador algunos objetos de valor, y los víveres destinados a los huéspedes del centro.
Un capuchino malgache de 46 años, el p. Lucien Njiva, ha sido asesinado durante la noche entre el sábado 22 y el domingo 23 de abril, en el convento de Ambendrana Antsohihy. alrededor de la una de la mañana, unos cinco hombres armados atacaron el monasterio, agrediendo y hiriendo a un joven diácono de 26 años, Jérémy. Al oír los gritos del diácono, el p. Lucien se apresuró para ayudarle blandiendo una escopeta de caza, pero los hombres armados lo mataron disparándolo con un rifle Kalashnikov Los bandidos querían apoderarse de la campana del monasterio para extraer los metales preciosos. Los capuchinos habían logrado frustrar un primer intento de robo. El asalto al monasterio de Ambendrana Antsohihy es sólo el último de una serie de ataques contra iglesias y conventos católicos con violencia y saqueos.
Don Adolphe Ntahondereye, Vicario de la parroquia San Francisco Javier en Gatumba (al oeste de Burundi en la frontera con la RDC), falleció el 11 de mayo, dos semanas después de su liberación, a causa del estrés acumulado durante su cautiverio. El 9 de abril don Ntahondereye, fue secuestrado junto a otras tres personas después de caer en una emboscada de carretera por un grupo de hombres armados contra un autobús, en el puente Concorde sobre el río Ruzizi, que separa Gatumba del barrio de Kajaga. Los tres hombres fueron liberados tras 17 días de cautiverio. Según el arzobispo de Bujumbura, Mons. Ngoyagoye Evariste: “El párroco que seguía en la cama del hospital donde fue ingresado tras su liberación, ha fallecido debido a los malos tratos que ha recibido y que han agravado su precario estado de salud”. (véase Fides 12/5/2017)
El sacerdote diocesano Luis Lopez Villa, de 71 años de edad, fue asesinado por unos delincuentes que se metieron a la Parroquia San Isidro Labrador, en el municipio mexicano de los Reyes. El obispo de la diócesis de Netzahualcóyotl, Monseñor Héctor Luis Morales Sánchez, ha explicado que el padre López Villa fue brutalmente asesinado en su habitación la noche del 5 de julio. Un primer informe de la policía informa de que el presbítero estaba atado e inmovilizado de manos y piernas con cinta adhesiva y presentaba dos heridas profundas, una en el cuello y otra en el lateral izquierdo del tórax provocadas por un objeto punzante. (véase Fides 07/07/2017)
El sacerdote Diomer Eliver Chavarría Pérez, fue asesinado el día de su 31 cumpleaños, durante la tarde del 27 de julio, en la parroquia de Raudal, en la aldea de Puerto Valdivia, en el departamento de Antioquía (Colombia). Mons. Jorge Alberto Ossa Soto, obispo de la diócesis de Santa Rosa de Osos en la que estaba incardinado don Chavarría Pérez, al dar la noticia del trágico suceso, ha invocado la conversión de los asesinos ¡y reiterado el rechazo de toda forma de violencia contra la vida y la dignidad de las personas. El obispo dio las gracias a Dios por el don de la vida sacerdotal “de este hijo y hermano, al servicio de la evangelización”, “sacrificado en el ejercicio de su misión”. (véase Fides 29/07/2017)
El 3 de agosto falleció en el hospital don José Miguel Machorro, de 55 años, mexicano. El sacerdote fue víctima el 15 de mayo, de un ataque de arma blanca por parte de un individuo casi al final de la Misa que estaba celebrando en la Catedral de la Ciudad de México: fue atacado en el altar por un hombre de unos treinta años que le procuró al menos tres puñaladas. Algunos fieles pidieron ayuda de inmediato, mientras que otros detuvieron al atacante y lo sostuvieron hasta que llegaron las fuerzas de seguridad. Al parecer sufría un trastorno psicótico por el cual no fue capaz de distinguir entre fantasía y realidad. Desde el momento de la agresión, las condiciones del sacerdote se agravaron cada vez más hasta que el murió. (véase Fides 16/05/2017;19/05/2017;03/08/2017).
El catequista Domingo Edo fue asesinado el 20 de agosto cuando iba a dirigir una liturgia de la Palabra en el pueblo de Bong Mal. Era un agente del Centro de Acción Social de la diócesis de Marbel, en la isla de Mindanao, Filipinas. Con él también estaba un joven ministro que resultó herido en la emboscada. El incidente ocurrió en el área de la mina de Tampakan. Domingo estaba comprometido en la defensa de los derechos a la tierra de los pueblos indígenas, amenazados por la expansión de la mina. En los últimos años, otros activistas de derechos humanos han sido asesinados en la misma área, y los perpetradores siguen impunes.
El sacerdote Pedro Gomes Bezerra, de 49 años, fue encontrado muerto en la casa parroquial de Borborema, en el estado brasileño de Paraibo, la mañana del 24 de agosto. Al parecer el crimen habría tenido lugar la tarde anterior o durante la noche. El cuerpo del sacerdote, envuelto en una sábana, había recibido al menos 29 puñaladas. No se encontraron evidencias de forcejeo o de robo. El coche fue encontrado abandonado en una zona rural, a unos quince kilómetros de la escena del crimen. La declaración de la diócesis de Guarabir informa que el sacerdote se encargaba de la zona pastoral de Nossa Senhora do Carmo en Borborema, donde ejercía su ministerio pastoral desde hacia unos dos años. De 1999 a 2007 había llevado a cabo su ministerio en Belem, donde había fundado el Hogar del Buen Pastor para ancianos, y había dado un gran testimonio de fe y compromiso social. (véase Fides 28/8/2017)
Ricardo Luna, laico, de 29 años, guardián de la parroquia de la Virgen Inmaculada, del colegio y del centro anexo, en el barrio de Villa Soldati de Buenos Aires (Argentina), fue asesinado el 23 de agosto con un disparo en la cabeza. Lo más probable es que los perpetradores del crimen fueran una pandilla de adolescentes, que lo habían amenazado de muerte en los días anteriores, ya que repetidamente les habían impedido realizar robos. Lo mataron sin robarle nada. Ricardo, que había estado haciendo este trabajo durante cuatro años, era amado y respetado. Estaba casado y tenía tres hijos. Después del asesinato, los habitantes de la zona organizaron una manifestación pública en demanda de justicia y seguridad.
Un sacerdote nigeriano, d. Cyriacus Onunkwo, fue secuestrado y asesinado en el estado de Imo, en el sur de Nigeria. En la tarde del 1 de septiembre, el automóvil del padre Onunkwo había sido detenido cerca de Banana Junction, en Amaifeke, por algunos hombres armados que lo secuestraron, mientras él se dirigía a su pueblo natal, Osina, para asistir al funeral de su padre. El cuerpo del sacerdote fue encontrado el 2 de septiembre cerca de la aldea de Omuma, sin lesiones de armas de fuego o cortes. En los días que siguieron, la policía arrestó a seis miembros de una pandilla dedicada a robos callejeros. Los delincuentes han confesado ser responsables del secuestro del padre Onunkwo, para extorsionar a la familia y a la Iglesia. El sacerdote murió sofocado, porque los delincuentes le taparon la boca y la nariz con celofán (véase Fides 4/9/2017; 12/9/2017)
Fue asesinado el 3 de octubre, durante un intento de robo, en el barrio de San Antonio en Rionegro, en la carretera principal que lleva a La Ceja (Colombia), el sacerdote Abelardo Antonio Muñoz Sánchez, de 41 años. Dos criminales se enfrentaron al sacerdote, que estaba bajando de un taxi para ir a visitar a algunos parientes, pidiéndole que les entregase su bolso, donde pensaban que había dinero. Ante la negativa del sacerdote, dispararon varias veces, causando su muerte. La policía logró capturar a los criminales. Don Abelardo Antonio Muñoz Sánchez, de la diócesis de Girardota, había sido sacerdote durante 10 años y había trabajando durante 4 meses en la parroquia de Cisneros, en el departamento de Antioquia. (véase Fides 04/10/2017)
La hermana Ruvadiki Plaxedes Kamundiya, una religiosa católica de 49 años de edad, fue asesinada de forma brutal este domingo 22 de octubre en Mutoko, en la provincia de Mashonaland Oriental, en Zimbabwe La policía arrestó a un joven de 20 años, quién confesó que ha sido él quién ha asesinado a la religiosa. Según la policía se trata de una persona con problemas mentales. La Hermana Ruvadiki Plaxedes Kamundiya, que era maestra en la Hartmann House, que forma parte del Colegio de St George en Harare, había viajado el domingo 22 de octubre, con un tour en vista de una excursión escolar del St George’s College. Antes de regresar a Harare, había querido recogerse en oración unos minutos en el Santuario de John Bradburn, donde fue agredida, violentada y asesinada. El cuerpo fue encontrado en las aguas de la presa de Mutemwa al día siguiente. De acuerdo con la información de la Conferencia Episcopal, la Hermana Ruvadiki pertenecía a una congregación religiosa de la Archidiócesis de Harare, de la que se había salido, aunque continuaba viviendo los votos evangélicos. (véase Fides 25/10/2017)
Don Evans Juma Oduor, sacerdote del Kenya, fue encontrado inconsciente la noche del domingo 22 de octubre cerca de una plantación de caña de azúcar en los alrededores del Chiga Market Center en Muhoroni. Su automóvil quemado fue encontrado a cinco kilómetros de donde estaba el sacerdote. El p. Evans fue trasladado de inmediato al hospital porque tenía heridas en la cabeza, murió unas horas más tarde sin haber retomado conciencia. era párroco en la iglesia de Sigomore, que forma parte de la Archidiócesis de Kisumu, en el oeste de Kenia.
La prensa local, recordó que dos semanas antes el p. Evans había lanzado un llamamiento público al gobierno para que dejase de asesinar a los Luo, la etnia de Raila Odinga, el principal contrincante del Presidente saliente Uhuru Kenyatta, en las elecciones presidenciales del 8 de agosto, anuladas posteriormente por el Tribunal Supremo, por una denuncia presentada por el mismo Odinga. (véase Fides 24/10/2017)
Don Marcelito Paez, conocido como Tito, un sacerdote anciano de la diócesis de San Jose, fue asesinado en la ciuda de Jaen, en las Filipinas, en la parte central de la isla de Luzon. Cuatro hombres en dos motos le tendieron una emboscada hacia las 8 de la tarde del 4 de diciembre mientras el sacerdote de 72 años de edad conducía su vehículo. Fue transportado de urgencia al hospital pero falleció dos horas más tarde debido a las heridas de bala. Se trató de una verdadera ejecución, que el obispo Mallari “condenó firmemente”, pidiendo a las autoridades “que conduzcan las investigaciones necesarias y hagan justicia por su muerte”. Don Paez era un sacerdote diocesano que sirvió a la diócesis durante más de 30 años y se había jubilado en el 2015, aunque continuaba a trabajar en la labor pastoral y apostólica En su servicio a la Iglesia, era conocido por su participación activa en la defensa de la justicia social, particularmente en las cuestiones de derechos humanos que afectan a los pobres. seguía siendo el coordinador en Luzón de los “Misioneros rurales de Filipinas”, (Rural Missionaries of the Philippines RMP), una organización intercongregacional e interdiocesana, formada por religiosos, sacerdotes y laicos, hombres y mujeres, fundada en 1969 por la Asociación de Superiores Mayores en Filipinas, con la idea de ofrecer una presencia cristiana activa en las zonas rurales. Justo el día en que fue asesinado, Páez había ayudado a facilitar la liberación del preso político Rommel Tucay. (véase Fides 6/12/2017)
Tres catequistas, Joseph Naga, John Manye y el aprendiz de catequista Patrick, se encuentran entre las personas asesinadas en una explosión ocurrida el 11 de diciembre en el campamento de Minawao en Pulka, en el noreste de Nigeria, que acoge a refugiados nigerianos repatriados de Camerún. Algunos miembros de Boko Haram ingresaron al campamento y hicieron saltar sus cinturones suicidas matando a una docena de personas, incluidos los catequistas de la comunidad. (véase Fides 13/12/2017)
Don Joseph Simoly, de 54 años de edad, haitiano fue agredido el 21 de diciembre a poca distancia de su casa, en la calle de Frères, municipio de Pétion-Ville, por tres individuos armados a bordo de una moto. El sacerdote acababa de sacar dinero del banco, cuando fue agredido y alcanzado por un disparo de arma de fuego que dispararon los malhechores, quienes después le robaron la cartera. Tras ser socorrido y llevado de urgencia al Haitian Community Hospital (HCH) fallecido poco después debido a las heridas. (véase Fides 23/12/2017)
OB: obispos; C: cardenal; SAC: sacerdotes diocesanos y religiosos; DIAC: diáconos; HER: religiosos no sacerdotes; REL: religiosas; SEM: seminaristas; IVC: miembros de institutos de vida consagrada; CAT: catequistas; LAl: laicos; VOL: voluntarios; ct: catecúmeno.
Más información sobre los agentes pastorales asesinados en los últimos años se pueden encontrar en la página: www.fides.org
© Agencia Fides
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