¿Un cristiano puede guiarse por supersticiones en Año Nuevo? [VIDEO]

REDACCIÓN CENTRAL, 30 Dic. 17 (ACI).- Comer lentejas, pasearse con las maletas alrededor de la casa, comprarse ropa interior amarilla, y muchos otras supersticiones aparecen en cada celebración de Año Nuevo. Pero, ¿Cómo debe actuar un cristiano frente a esto?

“Como cristianos no está bien que creamos en eso porque creemos en Dios y en su providencia”, respondió el P. Sebastián Correa, Director del Centro de Estudios Católicos (CEC), en un nuevo Vlog.

En lugar de aceptar supersticiones, el sacerdote entregó tres consejos para que los católicos puedan recibir adecuadamente el año que comienza:

1. Recibirlo con realismo

El P. Correa advirtió que “si es que yo llego con la expectativa de que todo va a ser perfecto voy a chocar contra la realidad”, ya que cada año trae consigo buenos y malos momentos.

“Siempre tenemos los dos componentes y por lo mismo tenemos que estar dispuestos a aceptar que en nuestro año que está comenzando habrá alegrías y dolores”, señaló.

2. Ponerlo en manos de Dios

Aceptar el año que comienza con realismo implica preguntarse en quién poner nuestra confianza y apoyo en los momentos que vendrán.

“¿La ponemos en un plato de lentejas? ¿en un racimo de uvas?¿en el color de nuestra ropa interior? ¡No! Nada de eso tiene el poder de ayudarnos a atravesar esas alegrías y dolores, por el contrario, nos vuelven esclavos”, señaló el P. Sebastián.

“El único que tiene el poder de ayudarnos realmente a atravesar nuestra vida con la mirada puesta en la eternidad, con esperanza en esas promesas que sabemos que se cumplirán, es Dios”, afirmó.

3. Darse a los demás

Es común que lo primero que desean las personas para un año que comienza tiene que ver con logros personales, sin embargo el cristiano está llamado a marcar la diferencia y pedir en primer lugar el bienestar del prójimo.

“Te puedo asegurar que tú vas a ser mucho más feliz si entras a este nuevo año no pensando en cuánto vas a recibir sino en cuánto vas a dar”, aseguró el P. Correa.

“Quien vive una vida dándose a los demás con generosidad descubre que ahí recibe lo máximo que se puede aspirar: El amor de Dios y también de nuestros hermanos”, concluyó.

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— ACI Prensa (@aciprensa) 30 de diciembre de 2016