TEGUCIGALPA, 30 Jul. 18 (ACI Prensa).- La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) negó que en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, con sede en la capital Tegucigalpa, exista una cultura homosexual, como sugiere un reciente informe del National Catholic Register.
En un comunicado publicado este 30 de julio, los obispos hondureños lamentaron “que la ‘información’ del Sr. Edward Pentin del National Catholic Register (NCR), Medio propiedad del canal EWTN, y que está en el origen de las informaciones que aparecen en diversos Medios digitales del País y/o del exterior, genere dolor y escándalo en aquellos a los que supuestamente se quiere defender”.
“Con toda certeza y verdad, afirmamos que no existe, ni ha existido, ni debe existir, en el Seminario, un ambiente como el que presenta el reportaje aludido de NCR, en el cual da la impresión de que institucionalmente se promueven y se sostienen prácticas contrarias a la moral y a las normas de la Iglesia, bajo la mirada complaciente de los Señores Obispos”, aseguró la CEH.
En un artículo titulado “Seminaristas hondureños denuncian inconducta homosexual generalizada”, publicado el 25 de julio en inglés en el National Catholic Register, y traducido por medios de Honduras, Edward Pentin recogió una carta escrita de forma anónima por 48 de los 180 estudiantes del Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa.
En la carta, los seminaristas aseguran que “estamos viviendo y experimentando un tiempo de tensión en nuestra casa, debido a situaciones gravemente inmorales, sobre todo de una homosexualidad activa dentro del seminario que ha sido un tabú durante todo este tiempo”.
Además, aseguraron que al “encubrir” la situación, “el problema ha crecido en fuerza, convirtiéndose en, como un sacerdote dijo no mucho tiempo atrás, una ‘epidemia en el seminario’”.
La carta de los seminaristas se habría sometido a escrutinio durante la asamblea permanente de la Conferencia Episcopal de Honduras en junio de este año.
De acuerdo a las fuentes de Pentin, cuando el documento fue leído ante los obispos, el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa y coordinador del llamado C9 –el grupo de cardenales que asiste al Papa en la reforma de la Curia Vaticana–, junto al Obispo de San Pedro Sula y Presidente de la CEH, Mons. Ángel Garachana, atacaron a los autores de la carta.
La existencia de la carta fue confirmada al National Catholic Register por el Obispo de Choluteca, Mons. Guy Charbonneau, que aseguró que la CEH está realizando una investigación para determinar si las acusaciones son verdaderas.
“Estamos actualmente en este proceso”, dijo el prelado. “Cada obispo tiene que lidiar con esto entrevistando a los seminaristas de sus propias diócesis”.
La publicación del National Catholic Register se produjo pocos días después de que el Papa Francisco aceptara la renuncia del Obispo Auxiliar de Tegucigalpa, Mons. Juan José Pineda, de 57 años, 18 menos de la edad obligatoria para que un prelado ponga su cargo a disposición.
Mons. Pineda se ha visto también inmerso en acusaciones de serias inconductas sexuales y malos manejos financieros.
En su comunicado de este 30 de julio, los obispos hondureños lamentaron que estas noticias puedan haber “inquietado” al Pueblo de Dios.
La CEH explicó que el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa es “una Institución interdiocesana que, aunque tiene su sede en la Archidiócesis de Tegucigalpa, está al servicio de la formación de los candidatos al sacerdocio de todas las Diócesis de Honduras, a excepción de la Diócesis de Comayagua”.
“Los Obispos, últimos responsables de la formación de nuestros seminaristas, confiamos desde 1997 la tarea inmediata de dar seguimiento a su proceso a la Congregación de Jesús y María (Padres Eudistas), de la Provincia de Colombia, a los que en los últimos años se han ido uniendo sacerdotes diocesanos hondureños”.
En la formación académica de los seminaristas, indicaron, intervienen “un número importante de profesores, entre los que se encuentra el Sr. Cardenal (Rodríguez Maradiaga), sacerdotes, religiosas y laicos. Y, en último término, cada uno de los Obispos de la C.E.H somos los responsables del proyecto formativo, del sostenimiento económico y del seguimiento del crecimiento humano, espiritual y pastoral de los seminaristas de nuestras propias Diócesis”.
Los obispos agradecieron a Dios porque “la ilusión, la entrega y la dedicación de tantas personas en la sede del Seminario mayor, en cada una de las Diócesis y parroquias, están dando fruto abundante”.
Sin embargo, advirtieron que no les sorprende que “en medio de ese fruto aparezca cizaña”.
Para los obispos hondureños “es evidente que hay cizaña y maldad, sobre todo, en la elaboración de informes ‘anónimos’; en el airear los mismos, mezclando datos, sospechas e interpretaciones; en el ignorar el seguimiento dado a los retos que se plantean”.
“Hay cizaña en la debilidad afectiva y sexual, que todos nos afecta y que puede generar actitudes y comportamientos inadecuados. Hay cizaña en el pesimismo estéril, en la mundanidad espiritual, en la búsqueda de formas de poder, de glorias humanas o bienestar económico”, añadieron.
Los obispos reconocieron “que esas tentaciones nos afectan y que caemos en ellas. Pero reconocemos, igualmente, que la fuerza de Dios se manifiesta en nuestra debilidad”.
La CEH aseguró que todos los obispos, formadores y seminaristas están actualmente “comprometidos en un diálogo constructivo y exigente para discernir cómo afrontar los retos que nos plantea la realidad”.
“En este momento, como apoyo a dicho compromiso, hemos solicitado la colaboración de un Obispo emérito de nuestro Continente, con experiencia en el ámbito de la formación sacerdotal y que ya ha aceptado nuestra solicitud”.
Los obispos hondureños pidieron a los sacerdotes que “acrecienten su entrega y dedicación generosa al servicio del Evangelio de manera que, siguiendo su ejemplo, surjan vocaciones libres, maduras y sin miedo a servir”.
“Rogamos a los seminaristas, actuales y futuros, vivir con ilusión su discernimiento, crecer en confianza, autenticidad y transparencia con sus Obispos y formadores, y hacer ver honestamente en sus comunidades y parroquias las luces y sombras del Seminario”.
Finalmente, expresaron, “rogamos a todos acrecentar la oración por nuestro Seminario Mayor y evitar toda clase de especulación que desconozca el respeto a la dignidad de Obispos, seminaristas, formadores y de todos los que, con limitaciones y fallos, buscamos realizar el proyecto del Señor”.
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