Durante la pandemia, todos pudimos comprobar los efectos del aislamiento en los seres humanos y muchas veces las personas mayores en las grandes ciudades (sobre todo de Europa) viven solas. Así que, mientras tengan la capacidad física y mental para hacerlo, y las ganas de trabajar, no hay razón para discriminarlos en el ambiente laboral. Quizá les tome más tiempo hacer una tarea, pero igual pueden hacerla y a veces de mejor forma (además, probablemente todos, alguna vez, hemos experimentado a algún joven que también se demora muchísimo o no hace su trabajo por estar en el teléfono).
Un caso en Latinoamérica
En México, la cadena Starbucks también abrió una sucursal en Coyoacán en el 2018 atendida por personas entre 60 y 65 años. A diferencia de Vollpension, allí los trabajadores son exclusivamente de la tercera edad (solo entre las edades comprendidas mencionadas anteriormente) y se hicieron algunos ajustes en cuanto al diseño de la tienda (un solo piso) y el horario laboral (dos días de descanso y una jornada laboral ajustada a 6.5 horas por turno) para ayudarles.
Un ejemplo para replicar
No hay que esperar que en tu ciudad se implementen este tipo de iniciativas (aunque ojalá así sea). Si tú tienes un abuelo, abuela o padre mayor que ves que desea trabajar, bien sea por ganar un dinero extra o para sentirse útil, puedes ayudarle con un emprendimiento propio.
En las redes sociales son cada día más comunes los perfiles de abuelas que nos regalan sus tips de cocina o venden alimentos preparados por ellas; abuelos que nos enseñan a reparar las cosas en casa y ofrecen sus servicios a domicilio, etc.
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