(Aleteia/InfoCatólica) «Esto ya no es un terreno resbaladizo sino un precipicio», comenta Emanuela Vinai en un editorial publicado el pasado 18 de junio en la agencia informativa de la conferencia episcopal italiana, SIR, en el que presenta y analiza este documento.
El artículo explica que «Con el «Protocolo de Groeningen», que permite desde el 2004 eutanasiar a un bebé que tenga alguna discapacidad, la Royal Dutch Medical Association (KNMG), que representa a los médicos en los Países Bajos, ha emitido un comunicado titulado «Las decisiones médicas relativas a la vida de los neonatos con anomalías graves», que explica por qué es aceptable, a veces necesario, practicar la eutanasia a los niños.
En este documento sorprendente, la asociación de médicos ha elaborado un informe sobre las líneas directrices a seguir respecto a los pequeños pacientes con enfermedades incurables.
Entre las sugerencias dirigidas a acortar el sufrimiento de los niños y de sus familias, es explícito el recurso a la eutanasia, invocando un argumento objetivamente paradójico: el sufrimiento de los padres puede ser un motivo para aplicar la eutanasia al niño. De hecho, se dice entre otras cosas que una inyección letal de relajante muscular es posible sin que represente ningún problema ético cuando «persiste una respiración todavía jadeante y se prolonga una muerte inevitable, a pesar de una buena preparación, que provoca fuertes sufrimientos a sus padres».
«La agonía es insoportable, mejor hacer morir que hacer sufrir», escribe Vinai. Y añade: «Queda una pregunta sin respuesta: ¿de quién hablamos, cuál es el sujeto de la frase?».
«Algunos textos no son simples disertaciones, sino documentos de historia –advierte el editorial-. Es fundamental entender esta inversión de valores: a un ser humano inocente se le puede matar por la sencilla razón que su existencia podría ser dolorosa para los demás».
El inefable Eduard Verhagen, uno de los autores del informe KNMG y el arquitecto del protocolo Gronignen, explicó al diario holandés Volkskrant por qué es importante la angustia de los padres: «Estos niños son grises y fríos, sus labios se vuelven azules y de repente, en unos minutos, tienen respiraciones muy profundas. Una situación que resulta muy doloroso ver, y que puede durar horas y a veces días».
Entonces la tarea de los médicos es salvar a los padres de la «abominación» de ver a su propio hijo morir de manera dolorosa, explica el doctor Verhagen. Y esto forma parte de un «cuidado paliativo» de calidad…
Sin embargo, años de estudio y de prácticas médicas han demostrado que los cuidados paliativos son algo totalmente diferente.
El editorial del SIR añade que «adultos que se dicen razonables deciden así sobre la vida o la muerte de personas a las que les resulta imposible expresar su desacuerdo. Hoy se habla de niños con alguna discapacidad grave, mañana podrían ser adolescentes con daños cerebrales, pasado mañana personas mayores con enfermedades neurodegenerativas. ¡Esto ya no es un terreno resbaladizo sino un precipicio!».
En Bélgica, diez años después de la ley que despenalizó parcialmente la eutanasia, el Senado examina desde el 12 de junio una propuesta de ley para extender esta posibilidad a los menores que dispongan de «capacidad de discernimiento». Parece haber surgido una mayoría política a favor de la propuesta a pesar de la oposición de dos partidos de inspiración cristiana miembros de la coalición gubernamental.
Los obispos belgas, ya opuestos a la ley de 2002, han respondido con fuerza a esta posible extensión. Considerados legalmente incapaces para ciertos actos como comprar un inmueble, casarse… ¿los menores serían de repente considerados maduros, a los ojos de la ley, para causarse la muerte, «la decisión más grave que podría tomarse respecto a ellos»?, objeta el arzobispo de Malinas-Bruselas, monseñor André-Joseph Léonard.
Según un sondeo en línea organizado por un grupo de jóvenes sobre la eutanasia a menores, a la pregunta «Eutanasia: menor pero libre para decidir?», habría un 13% de «sí» contra un 87% de «no».
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La Eutanasia, Conferencia Episcopal Española
Eugenesia y eutanasia - la conjura contra la vida, Guillermo Buhigas
El artículo explica que «Con el «Protocolo de Groeningen», que permite desde el 2004 eutanasiar a un bebé que tenga alguna discapacidad, la Royal Dutch Medical Association (KNMG), que representa a los médicos en los Países Bajos, ha emitido un comunicado titulado «Las decisiones médicas relativas a la vida de los neonatos con anomalías graves», que explica por qué es aceptable, a veces necesario, practicar la eutanasia a los niños.
En este documento sorprendente, la asociación de médicos ha elaborado un informe sobre las líneas directrices a seguir respecto a los pequeños pacientes con enfermedades incurables.
Entre las sugerencias dirigidas a acortar el sufrimiento de los niños y de sus familias, es explícito el recurso a la eutanasia, invocando un argumento objetivamente paradójico: el sufrimiento de los padres puede ser un motivo para aplicar la eutanasia al niño. De hecho, se dice entre otras cosas que una inyección letal de relajante muscular es posible sin que represente ningún problema ético cuando «persiste una respiración todavía jadeante y se prolonga una muerte inevitable, a pesar de una buena preparación, que provoca fuertes sufrimientos a sus padres».
«La agonía es insoportable, mejor hacer morir que hacer sufrir», escribe Vinai. Y añade: «Queda una pregunta sin respuesta: ¿de quién hablamos, cuál es el sujeto de la frase?».
«Algunos textos no son simples disertaciones, sino documentos de historia –advierte el editorial-. Es fundamental entender esta inversión de valores: a un ser humano inocente se le puede matar por la sencilla razón que su existencia podría ser dolorosa para los demás».
El inefable Eduard Verhagen, uno de los autores del informe KNMG y el arquitecto del protocolo Gronignen, explicó al diario holandés Volkskrant por qué es importante la angustia de los padres: «Estos niños son grises y fríos, sus labios se vuelven azules y de repente, en unos minutos, tienen respiraciones muy profundas. Una situación que resulta muy doloroso ver, y que puede durar horas y a veces días».
Entonces la tarea de los médicos es salvar a los padres de la «abominación» de ver a su propio hijo morir de manera dolorosa, explica el doctor Verhagen. Y esto forma parte de un «cuidado paliativo» de calidad…
Sin embargo, años de estudio y de prácticas médicas han demostrado que los cuidados paliativos son algo totalmente diferente.
El editorial del SIR añade que «adultos que se dicen razonables deciden así sobre la vida o la muerte de personas a las que les resulta imposible expresar su desacuerdo. Hoy se habla de niños con alguna discapacidad grave, mañana podrían ser adolescentes con daños cerebrales, pasado mañana personas mayores con enfermedades neurodegenerativas. ¡Esto ya no es un terreno resbaladizo sino un precipicio!».
En Bélgica, diez años después de la ley que despenalizó parcialmente la eutanasia, el Senado examina desde el 12 de junio una propuesta de ley para extender esta posibilidad a los menores que dispongan de «capacidad de discernimiento». Parece haber surgido una mayoría política a favor de la propuesta a pesar de la oposición de dos partidos de inspiración cristiana miembros de la coalición gubernamental.
Los obispos belgas, ya opuestos a la ley de 2002, han respondido con fuerza a esta posible extensión. Considerados legalmente incapaces para ciertos actos como comprar un inmueble, casarse… ¿los menores serían de repente considerados maduros, a los ojos de la ley, para causarse la muerte, «la decisión más grave que podría tomarse respecto a ellos»?, objeta el arzobispo de Malinas-Bruselas, monseñor André-Joseph Léonard.
Según un sondeo en línea organizado por un grupo de jóvenes sobre la eutanasia a menores, a la pregunta «Eutanasia: menor pero libre para decidir?», habría un 13% de «sí» contra un 87% de «no».
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Lecturas recomendadas
La Eutanasia, Conferencia Episcopal Española
Eugenesia y eutanasia - la conjura contra la vida, Guillermo Buhigas
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