“Debemos luchar para no haya ‘descartados’ en esta cultura del descarte que viene propuesta”, dijo para asegurar a continuación que tienen “la posibilidad de verificar que hay leyes impresas en la misma naturaleza que ninguno puede manosear sino solo ‘descubrir, usar y ordenar’, porque la vida corresponda siempre a las intenciones del Creador”.
A este respecto, añadió que “es importante que el hombre de ciencia, mientras se mide con el gran misterio de la existencia humana, no se deje vencer por la tentación de sofocar la verdad”.
Después de la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre se trasladó en automóvil hasta la Feria de Roma, un gran espacio donde tienen lugar exposiciones y grandes congresos y encuentros, situado en las las afueras de la ciudad.
“Ustedes se ocupan del cuidado del corazón; ¡y cuánta simbología se esconde en esta palabra y cuantas expectativas vienen repuestas en este órgano humano!”, dijo al dirigirse a ellos.
“Estoy seguro de que encontrándose ustedes frente a este libro de la vida, que lleva en sí tantas páginas que descubrir, se acercan con miedo y temor”.
El Papa recordó que “el Magisterio de la Iglesia ha siempre afirmado la importancia de la búsqueda científica para la vida y la salud de las personas”. Por eso, “también hoy la Iglesia no solo les acompaña en este arduo camino, sino que se hace promotora y quiere sosteneros, porque comprende que todo lo que está dedicado al efectivo bien de la persona es siempre una acción que proviene de Dios”.
Francisco también señaló que “el estudioso puede y debe investigar, sabiendo que el desarrollo de las ciencias filosóficas empíricas y de las competencias prácticas que sirven al más débil y enfermo es un servicio importante que se inscribe en el proyecto divino”.
“La apertura a la gracia de Dios, hecha trámite la fe, no lesiona la mente, es más, la empuja a ir adelante, a un conocimiento de la verdad más amplia y útil para la humanidad”.
Además mencionó que “las solas ciencias, naturales y físicas, no bastan para comprender el misterio que cada perdona contiene en sí”.
“Si se mira al hombre en su totalidad se puede tener una mirada de particular intensidad a los más pobres, a los más desfavorecidos y marginados para también a ellos alcance vuestro cuidado, como también la asistencia y la atención de las estructuras sanitarias públicas y privadas”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 31 de agosto de 2016
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