Francisco afirma que está cercano espiritualmente, con su afecto y oración, tanto a Monseñor Suetta como a la entera diócesis y a cuantos se ocupan de salir al encuentro de las necesidades de esta gente “que escapa de la guerra y de la violencia, en busca de esperanza y de un futuro de paz”
Después de agradecer los esfuerzos que la comunidad diocesana de esta localidad está realizando “con admirable caridad evangélica, disponiendo recursos humanos, logísticos y económicos” para sostener a estos hermanos y hermanas nuestros “que viven un inmenso drama”, el Pontífice anima a todo el entramado social, laicos y consagrados, “a proseguir en el generoso empeño de la acogida y de la solidaridad”, para ser cada vez más “una Iglesia en salida”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 27 de agosto de 2016

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