El Papa pidió una nueva clase política alejada de la corrupción en América Latina [VIDEO]

VATICANO, 01 Dic. 17 (ACI).- En un video mensaje dirigido a un congreso sobre la responsabilidad de los políticos en la sociedad, el Papa Francisco criticó a los políticos que se dicen católicos pero que no practican su fe, y pidió una nueva clase dirigente alejada de la corrupción; además exhortó a los laicos a involucrarse en la esfera pública.

El Santo Padre se dirigió al evento “Encuentro de católicos que asumen responsabilidades políticas al servicio de los pueblos latinoamericanos”, que se desarrolla hasta el 3 de diciembre en la sede de la Conferencia Episcopal Colombiana, promovido por la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

En su mensaje, Francisco recuerda que “desde el Papa Pío XII hasta ahora, los sucesivos pontífices siempre se han referido a la política como ‘alta forma de la caridad’”. “Podría traducirse también como servicio inestimable de entrega para la consecución del bien común de la sociedad”. “La política es ante todo servicio; no es sierva de ambiciones individuales, de prepotencia de facciones o de centros de intereses”, subrayó.

Sin embargo, advirtió del peligro de que la política intente “regir todas las dimensiones de la vida de las personas, incluso recayendo en formas de autocracia y totalitarismo”. En realidad, “es un servicio de sacrificio y entrega, al punto tal que a veces se puede considerar a los políticos como ‘mártires’ de causas para el bien común de sus naciones”.

“La referencia fundamental de este servicio, que requiere constancia, empeño e inteligencia, es el bien común, sin el cual los derechos y las más nobles aspiraciones de las personas, de las familias y de los grupos intermedios en general no podrían realizarse cabalmente, porque faltaría el espacio ordenado y civil en los cuales vivir y operar”.

Por otro lado, recordó que “todo poder que no esté ordenado al servicio se degenera”. “Tengan todos ustedes la seguridad de que la Iglesia Católica alaba y estima la labor de quienes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa pública y aceptan las cargas de este oficio”.

Asimismo, mostró el convencimiento de que “todos sentimos la necesidad de rehabilitar la dignidad de la política”. “Si me refiero a América Latina, ¡cómo no observar el descrédito popular que están sufriendo todas las instancias políticas, la crisis de los partidos políticos, la ausencia de debates políticos de altura que apunten a proyectos y estrategias nacionales y latinoamericanas que vayan más allá de las políticas de cabotaje!”.

Uno de los principales problemas que sufre la política hoy día es que “falta la formación y el recambio de nuevas generaciones políticas” y por eso, “los pueblos miran de lejos y critican a los políticos y los ven como corporación de profesionales que tienen sus propios intereses o los denuncian airados, a veces sin las necesarias distinciones, como teñidos de corrupción”.

“No nos contentemos con la poquedad de la política: necesitamos dirigentes políticos capaces de movilizar vastos sectores populares en pos de grandes objetivos nacionales y latinoamericanos. Conozco personalmente a dirigentes políticos latinoamericanos con distinta orientación política, que se acercan a esta figura ideal”, pidió a los participantes del congreso.

En el video, el Santo Padre expresa que “no se puede descuidar una educación integral, que comienza en la familia y se desarrolla en una escolarización para todos y de calidad” y pide fortalecer “el tejido familiar y social”.

“Tenemos que encaminarnos hacia democracias maduras, participativas, sin las lacras de la corrupción, o de las colonizaciones ideológicas, o las pretensiones autocráticas y las demagogias baratas”.

“Levantemos nuevamente muy en alto y muy concretamente la exigencia de una integración económica, social, cultural y política de pueblos hermanos para ir construyendo nuestro continente, que será todavía más grande cuando incorpore ‘todas las sangres’, completando su mestizaje, y sea paradigma de respeto de los derechos humanos, de paz, de justicia. No podemos resignarnos a la situación deteriorada en que con frecuencia hoy nos debatimos”.

El Papa Francisco también se pregunta por qué apenas existen políticos católicos en América Latina. “Se nota la ausencia de corrientes fuertes que estén abriendo camino al Evangelio en la vida política de las naciones”, reflexiona.

“Hay muchos que se confiesan católicos –y no nos está permitido juzgar sus conciencias, pero sí sus actos–, que muchas veces ponen de manifiesto una escasa coherencia con las convicciones éticas y religiosas propias del magisterio católico”.

Pero también “hay otros que viven de modo tan absorbente sus compromisos políticos que su fe va quedando relegada a un segundo plano, empobreciéndose, sin la capacidad de ser criterio rector y de dar su impronta a todas las dimensiones de vida de la persona, incluso a su praxis política”.

A este respecto, pide reconocer la misión del laico en la esfera pública y dice que “muchas veces hemos caído en la tentación de pensar que el así llamado ‘laico comprometido’ es aquel que trabaja en las obras de la Iglesia y/o en las cosas de la parroquia o de la diócesis y poco hemos reflexionado cómo acompañar a un bautizado en su vida pública y cotidiana; y cómo se compromete como cristiano en la vida pública”.

“Sin darnos cuenta –continúa– hemos generado una élite laical creyendo que son ‘laicos comprometidos’ sólo aquellos que trabajan en cosas ‘de los curas’ y hemos olvidado, descuidado, al creyente que muchas veces quema su esperanza en la lucha cotidiana por vivir su fe”, señaló.

“Estas son las situaciones que el clericalismo no puede ver, ya que está muy preocupado por dominar espacios más que por generar procesos. Por eso, debemos reconocer que el laico por su propia realidad, por su propia identidad, por estar inmerso en el corazón de la vida social, pública y política, por estar en medio de nuevas formas culturales que se gestan continuamente tiene exigencias de nuevas formas de organización y de celebración de la fe”.

Por último, el Pontífice exhorta a que los laicos “no queden indiferentes a la cosa pública, ni replegados dentro de los templos, ni que esperen las directivas y consignas eclesiásticas para luchar por la justicia, por formas de vida más humana para todos”, sino que por ellos mismos sean capaces de hacer visible su misión desde la fe.

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— ACI Prensa (@aciprensa) 21 de septiembre de 2017
5:41:00 p.m.

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