
Tras su aterrizaje, el Santo Padre se trasladó a la Basílica Pontificia de San Nicolás donde recibió a los Patriarcas delante de la Basílica, a los que saludó individualmente.
A continuación, el Pontífice y los Patriarcas descendieron a la cripta de la Basílica, donde veneraron juntos las reliquias de San Nicolás y encendieron la lámpara “uniflamma”, la ‘lámpara de una sola llama’, símbolo de la unicidad de la Iglesia.
Tras la veneración de los restos de San Nicolás, el Papa y los Patriaras se dirigen hacia el paseo marítimo de Bari, donde celebrarán el encuentro de oración conjunta.
Al finalizar el encuentro de oración, el Santo Padre y los Patriarcas regresarán a la Basílica de San Nicolás, donde mantendrán un diálogo a puerta cerrada.

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