A raíz de la desarticulación de la pequeña secta gnóstica cuyo líder captó a través de Internet a la joven española Patricia Aguilar cuando ésta aún era menor de edad, y logró, tras un proceso de adoctrinamiento a distancia, que viajara hasta Perú para integrarse en el grupo al llegar a la mayoría de edad, los medios de comunicación están dedicando amplios espacios no sólo a la secta concreta liderada por el autodenominado Príncipe Gurdjieff, sino al fenómeno de las sectas en general y al mundo esotérico de la gnosis en particular.
En algunas apariciones televisivas, Luis Santamaría, integrante de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ha recordado que no se puede llamar a Félix Steven Manrique (nombre real del gurú) líder de la gnosis, ya que la gnosis es una corriente esotérica que tiene una gran difusión en América Latina y España por la obra del colombiano Víctor Manuel Gómez Rodríguez, muerto en 1977, y a quienes sus seguidores llaman Samael Aun Weor.
Como afirma Santamaría, en España funcionan al menos 7 sectas gnósticas seguidoras de Samael, legalizadas como asociaciones culturales y que realizan actividades de captación y adoctrinamiento en más de 170 sedes repartidas por toda la geografía española.
De una de ellas ha publicado información el medio Crónica Global, en un reportaje de Ignasi Jorro que reproducimos a continuación. Y terminamos el repaso con una alusión que hace Alexandra Cordero en El Correo Gallego a otra secta gnóstica presente en España, que protagonizó un desgraciado suceso hace tres años: el asesinato de un bebé a manos de su madre, adepta gnóstica.
El Centro de Estudios del Autoconocimiento (CEA)
Es la secta con ritos sexuales que capta adeptos en locales públicos. El Centro de Estudios del Autoconocimiento (CEA) utiliza centros cívicos y espacios municipales para sus sesiones abiertas antes de pasar a los talleres de manipulación mental y corporal. Estos días, el CEA celebra tres discretas sesiones en Sabadell (Barcelona), en la que los ojeadores del grupo sectario identifican a posibles víctimas para pasarlas al siguiente nivel de la organización.
Todo ello es ignorado por las autoridades. Preguntado por la cuestión, un portavoz del Ayuntamiento de Sabadell ha indicado que el uso de centros cívicos como el de Sant Oleguer, donde el aparentemente inofensivo CEA celebra los “cursos monográficos de inteligencia emocional e inteligencia intelectiva” se ceden a “entidades y asociaciones de la ciudad para que realicen sus actividades”.Según la misma fuente, “existe una normativa que se debe cumplir en el momento de hacer la cesión”. Según este reglamento, las asociaciones no podrán organizar actividades “en las que se ponga en peligro a los participantes que asistan ni al propio equipamiento” y se deben ceñir al uso anunciado al pedir el espacio.
“Son peligrosos”
Esto es precisamente lo que cuestiona Miguel Perlado, psicoterapeuta, especialista en sectas y coordinador del grupo de trabajo de derivas sectarias del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC). “El CEA, una rama del movimiento gnóstico, es dañino y peligroso, sí. ¿A qué niveles? En el plano emocional y mental porque atemorizan a las personas. Las dejan aterradas, incapaces de salir a la calle. También porque ejercen un control total sobre las personas que pasan a los niveles superiores”, ha argumentado el experto.
“Tampoco hay que descontar –ha continuado Perlado– el aislamiento y la ruptura que sufren sus víctimas respecto a su entorno. Ni el menoscabo económico. Hay que recordar que, si bien las charles y conferencias iniciales son gratis, después la cosa cambia en los niveles superiores”. Es en estos planos en los que se descubre el verdadero rostro del CEA, que dista mucho de los encuentros de ayuda personal que venden en los locales públicos.
Ritos sexuales y control
Así, por ejemplo, es en estos estadios superiores cuando el CEA, creado por el mexicano Ernesto Barón (discípulo de Samael Aun Weor), emplaza a sus víctimas a explorar su potencia sexual mediante la liberación de la energía kundalini. ¿Implica ello relaciones no consentidas? “No siempre. Pero sí se han registrado órdenes de relacionarse entre sí, o con uno de los instructores, que es el que a priori tiene la llave para pasar a un nivel de conocimiento superior”, ha indicado Perlado.
Hay más. “Se conoce que los gnósticos controlan la eyaculación. Esto es, practican relaciones pero frenan las poluciones en el último momento, lo que puede causar graves daños físicos y les traumatiza, pues cuando acaban se sienten culpables”, alerta el terapeuta.
“En los retiros que hacen en el campo, las víctimas son controladas 24 horas al día, incluso cuando duermen. Se las vigila con videocámaras y hacen una vida absolutamente espartana, durísima, que los aísla del exterior bajo el pretexto de alcanzar un mayor conocimiento”, ha abundado el psicólogo.
¿Qué le parece que se cedan espacios públicos a esta secta? “Muy peligroso. Las instituciones deberían colaborar en combatir estos grupos sectarios y no dejarse engañar por los talleres o cursos aparentemente inocuos”, ha remachado Perlado.
Todo ello queda fuera del control de las instituciones. Fuentes conocedoras del encuentro del CEA han indicado que llevan “dos o tres años reuniéndose una vez al año en Sabadell”. Son grupos de entre siete a veinte personas, que pasan completamente desapercibidas y no causan problema alguno al resto de entidades y asociaciones. Ello no es óbice, no obstante, para que los más incautos sigan dentro de la secta y se expongan a los daños citados por el psicólogo.
El asesinato de una bebé
La secta de la que fue rescatada la española Patricia Aguilar y su bebé el pasado 4 de julio en Perú, pertenece a la misma corriente esotérica con la que se relacionó a Marisol Fabiola Raue Ortega, acusada de matar a su hija Victoria, de sólo seis meses, en un hotel de Santiago en el que se estaba celebrando el Congreso Gnóstico Internacional.
El asesinato de la niña se produjo el 31 de agosto de 2015 cuando, tras discutir con su marido y que éste se fuera con parte de los asistentes al congreso a realizar una excursión, Marisol estranguló a la pequeña con sus propias manos en la habitación en la que se alojaba el matrimonio.
En aquel momento un abogado de origen argentino se desplazó hasta Galicia y presentó ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago, donde se estaba investigando la muerte del bebé, dos escritos argumentando que este homicidio “no es un acto individual y demencial, sino la ejecución de prácticas enseñadas por la secta” (en alusión al congreso en el que participaban los padres de la pequeña Victoria).
Héctor Walter Navarro acusó también al marido de Marisol, Raúl Serrano Martínez, de haberla inducido a cometer el asesinato, ya que, supuestamente, habían incumplido una de las normas de la secta a la que ambos pertenecían, al eyacular en las relaciones sexuales.
Oía voces telepáticas
No obstante, Raúl Serrano no fue acusado por el juzgado que instruyó la causa y ni siquiera llegó a declarar en la vista oral que se celebró en junio de 2016 al acogerse a su derecho de no testificar contra su mujer.
La que sí declaró en este juicio fue Marisol, que reconoció haber cometido el asesinato, pero insistió en que lo había hecho por escuchar voces telepáticas que le decían que así salvaría al universo, porque su hija “era el mal”. “Ahora me digo, ¿cómo pude pensar esas cosas?, pero entonces pensaba que mi hija era mala y escuchaba voces que me hablaban de forma telepática y me decían que tenía que matar a mi hija para salvar al universo”, contó la madre durante la vista y entre sollozos.
Además, añadió que tras la muerte de la pequeña, una nave espacial vendría a buscarla para transportarla al planeta Sirio, un astro al que se hacen numerosas referencias en la cultura de las sectas gnósticas. En concreto, este matrimonio pertenecía al Instituto Gnóstico de Antropología Samael y Litelantes (IGASL), uno de las 7 sectas gnósticas presentes en España según las investigaciones de Luis Santamaría, de la RIES.
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