El presidente del dicasterio vaticano también dijo que la jornada del 15 de junio, especialmente en el Año de la Fe, es "un renovado llamado para que todos quieran respetar, defender, amar y servir la vida humana".
Esta prerrogativa, añadió, no es exclusiva de los cristianos, sino "un camino común hecho por tantos hombres y mujeres, quienes, aún no teniendo nuestra fe, comparten nuestro anuncio y nuestro empeño".
El domingo, más de cien mil personas procedentes de diversos países -entre ellos Singapur, Hungría, Irlanda, Argentina, México y Colombia-, se hicieron presentes en la Plaza de San Pedro para celebrar la vida y renovar el compromiso de los cristianos con la promoción y defensa de la vida humana.
Sobre ello, monseñor Fisichella destacó: "Hoy está recogida aquí una multitud representando al ‘pueblo de la vida' (...), para testimoniar que la vida se ha hecho visible, y nosotros somos testigos de veinte siglos de nuestra historia que en cada parte del mundo tenemos el testimonio constante de hombres y mujeres que, bajo la acción de la gracia, han tocado la carne de Cristo (...) y han defendido la dignidad".
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