Del Vatican Insider
El Vaticano apuesta a la máxima transparencia en su administración interna. Por eso la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede alista un acuerdo de colaboración y formación con el Banco Santander de España, el sexto instituto financiero más importante del mundo. Una alianza estratégica que ya fue anunciada este miércoles durante un encuentro privado entre la cúpula de la prefectura y los responsables administrativos de las diversas oficinas de la Curia Romana.
El objetivo es claro: involucrar a todos los responsables de las oficinas vaticanas en una nueva estilo de trabajo, más ordenado. Para dejar atrás los errores y despilfarros del pasado. Uno de los personajes clave en la puesta a punto de este sistema es español. Se trata de Lucio Ángel Vallejo, nombrado como secretario de la prefectura en septiembre de 2011 por el Papa Benedicto XVI.
Al momento de su designación pocos lo conocían, pertenecía a la pequeña diócesis española de Astorga, donde se desempeñaba como secretario del Consejo Diocesano de los Asuntos Económicos. Su llegada a Roma pronto dio frutos, sobre todo porque coincidió con la voluntad de la Secretaría de Estado vaticana (y de Joseph Ratzinger) de darle mayor poder de gestión al área de Asuntos Económicos.
Esto se tradujo en la publicación (el 22 de febrero de 2012) de un nuevo reglamento que otorgó mayores facultades a la propia prefectura. El documento, de 34 puntos y firmado por el secretario de Estado, Tarciscio Bertone, sustancialmente permitió a ese organismo intervenir con mayor fuerza sobre el presupuesto vaticano para reducir, de forma paulatina y eficaz, los costos de la burocracia vaticana.
Antes la prefectura sólo se limitaba a vigilar y controlar los presupuestos que le llegaban de los diversos dicasterios romanos, con la nueva normativa puede dirigir y programar las cuentas. El cambio de enfoque encontró no pocas resistencias en la burocracia vaticana, que debió someterse a un plan de ahorro significativo.
La prensa italiana lo llamó “spending review", en referencia al plan de lucha contra el desperdicio de los recursos públicos puesto en práctica el gobierno italiano en esos tiempos. Un proyecto que adquirió más “legitimidad moral” con la llegada de Jorge Mario Bergoglio al ministerio petrino, el Papa que ha condenado el despilfarro y la avaricia.
En este contexto se inserta el acuerdo con Santander. El banco apoyará la formación de todos los responsables administrativos del Vaticano. Ellos serán convocados por la Prefectura para los Asuntos Económicos a dos reuniones anuales, una de información y la otra de formación.
En la reunión de este miércoles las instrucciones fueron claras: “rigor y transparencia". En cada oficina vaticana se debe diferenciar la toma de decisión, la administración y la gestión. Son tres funciones distintas que deberían recaer en personas diversas porque es demasiado grande la tentación cuando todo el poder recae en la misma persona, como hasta ahora.
A los asistentes al encuentro se les presentó también el balance consolidado del Vaticano y la Santa Sede correspondiente al 2012. Un documento que será comunicado a la prensa en los próximos días y que, por primera vez, incluye un desglose detallado de todas las actividades de caridad financiadas por el Papa en diversas partes del mundo.
Los datos resultan sorprendentes. La Santa Sede distribuyó el año anterior más de 200 millones de euros en ayudas de todo tipo, desde el apoyo a los refugiados de Siria hasta la promoción al desarrollo en África. Pero lo más significativo es que esa cifra supera, con mucho, el gasto corriente de la estructura vaticana.
Ya lo había explicado Vallejo en diciembre de 2012, cuando ilustró la nueva modalidad de balance: “Queríamos ser claros para tener una imagen verdadera sobre la realidad de la Santa Sede. Tener no un balance sino cuatro. Así, permanecen igual el balance la Ciudad Estado del Vaticano y el balance de la Curia y después tenemos otras dos realidades que si no entraban en el balance no se podía tener la verdadera imagen de la Iglesia. Porque parece que no hacemos nada en el ámbito pastoral, ni obras de caridad. Y no es verdad, el balance más amplio de la Santa Sede es el de las obras de caridad, es el del dinero que los fieles que envían al Papa y que el distribuye”.
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