Santa Margarita María Alacoque, Promotora del Sagrado Corazón de Jesús: El demonio
El diablo veía con malos ojos desde hacía varios años la santidad de Margarita María y todo el bien que hacía por la salvación de las almas; y procuraba con el permiso de Dios ponerle dificultades en todos sus trabajos.
Sor Claudia Margarita Billet declaró en el Proceso que, estando en la sala común con la venerable hermana Alacoque y con otra, vieron tres veces durante el mismo recreo que quitaban el asiento a la venerable hermana, quien otras tantas veces cayó en tierra; lo que les hizo pensar que era el demonio que se burlaba de ella, tanto más cuanto que la declarante oyó decir a la Comunidad que el maligno espíritu la maltrató en una oportunidad, haciéndola caer desde lo alto de la escalera, cuando llevaba fuego en un hornillo de barro, que no se rompió40.
Las hermanas, al ver los sufrimientos terribles que padecía, pensaron que estaba poseída por el diablo. Ella dice: Me rociaban con mucha agua bendita, haciendo sobre mí la señal de la cruz y rezando oraciones para arrojar al espíritu maligno. Y Jesús me estrechaba fuertemente y me decía: “Me gusta el agua bendita y amo tanto la cruz que no puedo menos de unirme estrechamente a los que la llevan por mi amor” (41).
En una ocasión, el Señor me advirtió que Satanás había pedido permiso para probarme en el crisol de las contradicciones, humillaciones, tentaciones y abandonos; y que se lo había permitido todo, exceptuando las tentaciones de impureza... Después de esto no tardé mucho en oír las amenazas de mi perseguidor. Se presentó delante de mí en la forma de un moro horrible con los ojos centellantes como dos carbones y, rechinando los dientes, me dijo: “Maldita, yo me apoderaré de ti y, si consigo tenerte una vez en mi poder, haré que comprendas lo que yo sé hacer y te dañaré en todo”. Pero me sentía fortalecida interiormente y me parecía que no hubiera temido a todos los furores del infierno por la gran fuerza que sentía dentro de mí y por la virtud de un pequeño crucifijo al cual mi soberano Libertador había dado poder de alejar de mí todos los furores infernales. Lo llevaba siempre sobre mi corazón, de día y de noche, y recibía de él continuos auxilios (42).
A veces, el demonio me tentaba de desesperación, haciéndome ver que una criatura tan perversa como yo no podía pretender tener parte alguna en el cielo. Otras veces me atacaba de vanagloria y después de gula, haciéndome sentir hambres espantosas. Luego me representaba todo cuanto es capaz de contentar el gusto; y esto en el tiempo de mis ejercicios espirituales, causándome un tormento extraordinario.
Me duraba el hambre hasta que entraba en el comedor para tomar la comida, hacia la que sentía súbitamente tal repugnancia que necesitaba hacerme suma violencia para tomar un poco de alimento. Y en cuanto me levantaba de la mesa, comenzaba de nuevo el hambre con más violencia que antes (43).
No cesaba mi enemigo de atacarme de todas maneras, excepto de tentaciones de impureza, porque mi divino Maestro no le daba licencia para tentarme en esto. Una vez, sin embargo, me hizo sufrir penas terribles y fue así. Me dijo la Superiora: “Vaya a ocupar el puesto de nuestro rey (de Francia) delante del Santísimo Sacramento”. Estando allí, me sentí tan fuertemente atacada de abominables tentaciones de impureza que me parecía estar en el infierno. Sostuve este espantoso ataque varias horas seguidas y duró hasta que la Superiora me hubo levantado aquella obediencia, diciéndome que ya no volvería a representar la persona del rey delante del Santísimo Sacramento, sino la de una buena religiosa de la Visitación. Inmediatamente, cesaron mis penas en esta materia y me encontré anegada en un diluvio de consolaciones (44).
41 Autobiografía, p. 80.
42 Autobiografía, p. 73.
43 Ib. p. 89.
44 Ib. pp. 89-90.
Tomado de:
Santa Margarita María de Alacoque y el Corazón de Jesús
Padre Ángel Peña O.A.R.
Lima - Perú
Nihil Obstat
P. Ignacio Reinares
Vicario Provincial del Perú
Agustino Recoleto
Imprimatur
Mons. José Carmelo Martínez
Tu hermano y amigo del Perú.
P. Ángel Peña O.A.R.
Parroquia La Caridad
Pueblo Libre - Lima - Perú
Teléfono 00 (511) 4615894
Obispo de Cajamarca (Perú)
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