Santa Margarita María Alacoque, Promotora del Sagrado Corazón de Jesús: Maestra de Pensionistas y Novicias



El año 1674 la cambiaron de oficio y dejó la enfermería al ser elegida maestra de pensionistas, hermanitas de hábito pequeño. Eran unas jovencitas que habían estado de pequeñas en el monasterio para educarse en él y luego, al llegar a la edad correspondiente, podían entrar al noviciado. Ellas la amaban tiernamente y la veneraban mucho. Si conseguían algunos de sus cabellos, los guardaban como reliquias de los santos. Cuando alguna la sorprendía orando, llamaba a las otras para que viesen el modo como hacía su oración (30).

Fue repetidas veces maestra de pensionistas. Procuraba insinuarse en sus almas y ganarse su amistad para hacerles amar con más fervor al Sagrado Corazón de Jesucristo, pensando siempre en infundirles buenos principios e inspirarles un gran horror al pecado y mucho amor a la virtud… Les perdonaba siempre fácilmente las faltas que pudieran cometer a excepción de la mentira y de los chismes, que corregía fuertemente… La sorprendieron a menudo echando agua a la comida para quitarle el gusto. Notaron también que durante los grandes calores se servía agua muy caliente para mortificar el gusto que hubiera podido tener en beberla fresca (31).

Nunca se le oyó una palabra de queja o de crítica contra persona alguna, estando siempre dispuesta a servir a aquellas que le ocasionaban disgustos. Un día se le presentó Jesús y, descubriéndole su Corazón, le hizo leer estas palabras: Mi amor reina en el sufrimiento, triunfa en la humildad y goza en la unidad (32).

La Madre Greyfié afirma: Recuerdo que un día, sacando agua de un pozo se escapó el cubo que estaba lleno y, al volver a caer dentro del mismo, el brazo de hierro, que sirve para dar vuelta a la rueda, le dio un golpe debajo de la mandíbula con tal violencia que se llevó con algunos dientes un pedazo de mejilla del interior de la boca, del tamaño de medio dedo. En esos momentos se contentó con pedir a una de las educandas que le cortase aquel pedazo de carne. Las niñas, asustadas de verla en aquel estado, no quisieron tocarla. Acudió ella a suplir aquella falta y con las tijeras cortó como pudo aquel pedazo, pero la llaga que le quedó en la boca le dio muchas ocasiones de padecer al tomar alimento. Además aquel golpe le dejó un dolor en la sien que, después de la comida, le resultaba intolerable, muy parecido al dolor de muelas más rabioso. Por todo alivio salía de las recreaciones con licencia para ir a pasearse un poco hasta que se calmaba el exceso del dolor y volvía con las demás (33).

MAESTRA DE NOVICIAS

El día de la Ascensión de 1684 la Madre Greyfié terminó su tiempo de Superiora, siendo elegida en su lugar la Madre Cristian Merlin, que conocía muy bien a Margarita María. Propuso a la Comunidad, y lo consiguió, que la sierva de Dios fuera elegida, aún contra su voluntad, para el puesto de asistente de la Priora. A pesar de este cargo importante, ella seguía ocupándose de los trabajos más humildes, ayudando a las cocineras, cargando leña, ayudando a lavar los platos, etc.

Duró poco en el cargo; pues, al terminar ese mismo año 1684, fue nombrada maestra de novicias a petición de ellas mismas. Estaba convencida de que la caridad y el amor de Dios son el fundamento de la vida religiosa y les enseñaba que la voluntad de Dios es la regla de todas nuestras acciones. Las iba iniciando en la devoción y culto al Sagrado Corazón de Jesús, y ellas recibían sus exhortaciones con sumo afecto y extraordinaria diligencia.

El día en que el mismo Jesús había determinado que se celebrase esta fiesta particular (del Corazón de Jesús), el 20 de junio de 1685, la sierva de Dios pintó a pluma una imagen del Sagrado Corazón. Sus novicias, a quienes había inflamado en el amor de Dios, se levantaron la víspera a media noche y, formando un altarcito, colocaron en él dicha imagen y la adornaron del mejor modo que supieron. Al amanecer de ese día, cada una en particular se consagró al Sacratísimo Corazón de Jesús. Su Maestra las llamó bienaventuradas por haberlas elegido Nuestro Señor para dar principio a la devoción y culto de su divino Corazón… Es fácil adivinar el suavísimo deleite que proporcionaría al corazón de Margarita María este primer triunfo del Santísimo Corazón de Jesucristo (34).

Ella misma dice: La fiesta de santa Margarita (su patrona) cayó en viernes y rogué a las novicias que todos los pequeños obsequios que tenían intención de hacer para honrar mi santo, los hiciesen al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo. Lo que hicieron de buen grado, levantando un altarcito sobre el cual colocaron una pequeña imagen de papel del Sagrado Corazón, dibujada a pluma, a la cual procuramos rendir todos los homenajes que este divino Corazón nos sugirió. Esto atrajo sobre mí y sobre ellas muchas humillaciones, contradicciones y mortificaciones, acusándome de querer introducir una devoción nueva… Me prohibieron volver a colocar en público imagen alguna de este Sagrado Corazón y decían que lo más que podían permitirme era tributarle algún homenaje en privado (35).

No faltaron algunas religiosas que reprendieron muy ásperamente a la Maestra y a las novicias por querer, por propio capricho, sobrecargar a las novicias de nuevas oraciones y extraordinarias devociones; cosa, decían, prohibida por las Constituciones. La Madre Merlin, llevada por el deseo de paz, prohibió que se volviese a exponer en el noviciado ninguna de esas cosas a la vista de las hermanas, pero permitía que las novicias en particular y ocultamente pudieran continuar con ellas.

Sin embargo, al poco tiempo cambiaron las cosas. Leyeron en el comedor el libro “Retiro espiritual”, que el año anterior había sido impreso en Lyon y había sido escrito por el padre Claudio de La Colombière, a quien todas tenían en gran estima y veneración. Pronto llegaron al lugar del libro donde habla de una persona a quien había pedido el mismo Dios que se instituyese una fiesta al Sagrado Corazón de Jesús. Entonces, cayeron en la cuenta que se trataba de una cosa sobrenatural y divina, que había acontecido en su casa y dentro de los mismos muros de su clausura y que la hermana de que se hablaba era Margarita María…

Por este tiempo hubo de ser despedida una novicia, a quien no llamaba Dios a este Instituto religioso, y se levantó contra Margarita María una muy tremenda tempestad (36).

Esta novicia, que fue despedida en 1686, era la señorita Vichy Chamron. Pertenecía a una ilustre familia que tenía mucha amistad con el cardenal Bouillon y contaba además con tres tías religiosas en el mismo convento de Paray. Sor Margarita, como Maestra de novicias, consideró que no tenía vocación. Esto fue causa de graves problemas, pues la amenazaron con sacarla del cargo y mandarla encarcelar. De hecho, se renovaron contra ella antiguas acusaciones: que estaba engañada, poseída por el demonio y escandalizaba a la Iglesia con sus pretendidas visiones. Ella le escribió a la Madre Saumaise y a la Madre Greyfié: Se me amenaza con la prisión y con hacerme comparecer ante un príncipe de la tierra (el cardenal Bouillon).

El padre Rolin, que era en ese momento su director espiritual, la tranquilizó. Pero tuvo que comparecer ante el cardenal y justificar su conducta con la novicia. No se le perdonó humillación alguna. Se la trató de visionaria, hipócrita y testaruda; y le impusieron como penitencia pedirle perdón a la señorita despedida, lo que hizo humildemente.

Ese mismo año de 1686 la hermana María Magdalena Escures, que el año anterior se había opuesto tenazmente a la devoción al Corazón de Jesús, fue la primera en promoverla: Le pidió a Margarita María una imagen del divino Corazón y la puso en el altarcito a la misma entrada del coro de las religiosas. Así, el 21 de junio de 1686, todas las religiosas de la Comunidad, según iban entrando al coro, reparaban en la imagen y, conmovidas, se ponían de rodillas adorando al divino Corazón. Ellas mismas pidieron que se hiciese pintar un bello cuadro del Corazón de Jesús. La Madre Merlin por su parte decidió construir una capilla al divino Corazón (37).

En cuanto se estableció la devoción al Corazón de Jesús en la Comunidad, el Señor derramó de un modo particularísimo sus bendiciones sobre ella y en poco tiempo proporcionó los medios para hacer construir una capilla muy hermosa, que nuestra venerable hermana tuvo la satisfacción de ver bendecir algunos años antes de su muerte, recibiendo en ello un gozo y placer inexplicables (38).

Tenía también una pequeña imagen de este divino Corazón que deseaba que todas la tuviesen por turno para mantener el fervor entre ellas. La llevaban todo el día puesta sobre el corazón como un ramillete y la que la tenía cuidaba de obsequiar a este amable Corazón practicando muchos actos de virtud en su honor durante el día, guiándose cada una por su fervor. Terminaban con un acto de desagravio y las letanías para pedir el acrecentamiento de esta devoción en todos los corazones (39).

De Paray la devoción se propagó a otros monasterios de la Orden, especialmente a los de Dijon, Moulin, Semur, Lyon, Paris, Nantes, Meaux, Besançon y Roma. Religiosos y religiosas de otras Órdenes como jesuitas, capuchinos, benedictinos, hijos del padre Eudes, ursulinas y otros, se hicieron apóstoles de esta devoción, que se fue extendiendo por el mundo entero por medio de los misioneros.

30 Decretales, p. 672.
31 Contemporáneas, pp. 93-94.
32 Contemporáneas, pp. 94-95.
33 Gauthey, vol 1, p. 313.
34 Decretales, pp. 694-695.
35 Autobiografía, p. 93.
36 Decretales, pp. 694-698.
37 Decretales, p. 699.

Tomado de:
Santa Margarita María de Alacoque y el Corazón de Jesús
Padre Ángel Peña O.A.R.
Lima - Perú

Nihil Obstat
P. Ignacio Reinares
Vicario Provincial del Perú
Agustino Recoleto

Imprimatur
Mons. José Carmelo Martínez

Tu hermano y amigo del Perú.
P. Ángel Peña O.A.R.
Parroquia La Caridad
Pueblo Libre - Lima - Perú
Teléfono 00 (511) 4615894
Obispo de Cajamarca (Perú)

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