Arzobispo de Tanger: Las vallas y alambradas no dejan pasar la Navidad

Monseñor Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger escribe una carta a sus diocesanos en la que además de felicitarles la Navidad les alerta de cómo a veces no la dejamos entrar: “Hoy, para que la Navidad no se nos cuele en el reino, la disuadimos con vallas recrecidas, carreteras perimetrales, radar de aproximación con cámara de visión nocturna, dispersores de productos antidisturbios, alambradas de cuchillas, cables con sensores conectados a una central de seguimiento, garitas de vigilancia, cámaras de televisión”.

En su carta muestra que “No habrá Navidad sin Dios: él es justicia, pan y libertad” y añade: “No hay Navidad sin pobres: oprimidos, hambrientos y cautivos a la espera de Dios. No hay Navidad sin Jesús, Dios y pobre verdadero”.


Tras mostrar las palabras de Jesús: “los ciegos ven y los inválidos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la buena noticia”, anima a todos a anunciar la Navidad.


No obstante, monseñor Agrelo alerta de que, a veces, “podemos no dejarla entrar”. Podemos ser como Herodes: “estuvo tan cerca de él como lo estaban los niños de Belén y sus alrededores; pero el rey tuvo miedo de ella y mandó que la matasen”; podemos ser como los escribas y fariseos: “oyeron sus palabras, vieron sus signos, pero no creyeron para recibirlo, se escandalizaron para rechazarlo, y se confabularon con los herodianos para acabar con él, para quedarse sin Navidad”.


También pone como ejemplo al rico Epulón: “el rico la ignoró y dejó que a sus puertas se muriese” y termina mostrando cómo no queremos que la Navidad se cuele en el reino y le ponemos “alambrada de cuchillas” o “cables con sensores conectados a una central de seguimiento, garitas de vigilancia, cámaras de televisión”.


“Esa muralla, que se pretende infranqueable, no se levanta contra la corrupción, no contra la violencia, no contra la injusticia, no contra la explotación, no contra la marginación”, afirma irónico el arzobispo de Tanger: “se levanta contra hombres, mujeres y niños hambrientos de futuro y de pan; esa muralla se levanta contra la esperanza, contra la Navidad”


“Cuanto más difícil se les hace a los pobres franquear las fronteras, más probable será que esa Navidad que llama a nuestras puertas termine ahogada en el mar”, finaliza el arzobispo de Tanger en su carta.



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