Me avergüenza la situación de la política española, pero no sólo por el bajo nivel de muchos representantes públicos, y aquí podría hacer una larga lista con sus nombres, sino por la estulticia que hay instalada en algunos de ellos.
Ayer fuimos testigos de una acción miserable e indigna de un portavoz parlamentario: la acusación sin pruebas que la socialista Rodríguez hizo a la vicepresidenta del Gobierno. Sólo la desesperación o la falta de sentido democrático puede llevar a un partido político a usar estrategia tan vil como acusar basándose en dimes y diretes, en comentarios en la red. Si estas son las armas a utilizar en una campaña electoral, sinceramente, creo que no vale la pena escuchar a quien comete tamaño error ¿Es esto lo que los españoles esperamos de nuestra clase política? ¿Vale todo para denigrar al adversario?
Difícil veo poder confiar en una formación que se decanta por intentar echar en la ciénaga al contrario, sin aportar nada positivo y prescindiendo de la más elemental norma de educación, respeto y democracia.
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