Ángelus Dominical

Domingo, 08 de junio de 2014 | P. Eduardo Lozano






DOMINGO DE PENTECOSTÉS, es decir, domingo en que la Iglesia celebra la efusión, el desbordamiento, la plenitud del Espíritu Santo –prometido por Jesús- a los discípulos para constituirlos en misioneros, enviados a proclamar la buena noticia del amor de Dios a todos los hombres… EL RELATO DEL ACONTECIMIENTO de Pentecostés que aparece en el Nuevo Testamento ciertamente es impresionante: así nos lo relata el escritor sagrado porque ve y comprende la magnitud y trascendencia del cumplimiento de las promesas de Jesús, que no son poca cosa… HOY LA PRESENCIA Y EFUSIÓN del Espíritu está lejos de ser show o parafernalia, lejos de ser espectacular y apantallante, está lejos de venir a sorprender como lo hacen ofertas de mercado o escenografías televisivas; con el efecto salvador y santificador de su presencia, descubro la acción del Espíritu Santo en tantos y tantos hechos y acontecimientos que sanan, construyen, consolidan y santifican a cada ser humano, a TODO ser humano… ACABO DE ESCUCHAR EN RADIO que la proclamación como rey del príncipe Felipe de Asturias (tomará el título de Felipe VI) no será con entronización y banquete, ni con invitados internacionales especiales ni con cámaras de televisión y todo el glamour que las diversas realezas han acumulado, NO; será en la sencillez de un protocolo discreto y en el viaje que haga por España y otros países para presentarse junto con su esposa como nuevos reyes (¿será que algo tuvo qué ver el testimonio del Papa Francisco?)… DESDE AQUÍ UNA FELICITACIÓN a todos los nuevos papás y mamás que han tenido la bendición de Dios en un nuevo hijo, en especial a Roberto (flamante director de este periódico) y Miroslava, que con el tercer hijo siguen viendo cómo el Espíritu Santo sigue llenando al mundo en el incomparable valor de cada vida humana… EL ESPECTÁCULO QUE SE LLAMA “Voces de Catedral” (se presenta cada miércoles a las 20 hrs.) cuenta con actores y escenarios únicos y fuera de serie: nada menos que la Catedral Metropolitana en sus diversos espacios y ambientes; subrayo que tanto el ingeniero de sonido, y el iluminador, y el maquillista, y la recepcionista, y el actor, y el encargado de relaciones públicas, y cada persona que participa de la puesta en escena, lo hace de un modo único e irrepetible, de modo que se descubra -en cada uno y en cada don- la acción del Espíritu Santo… TAL VEZ NO TE HAS DADO CUENTA y entonces te pido que abras bien los ojos, los oídos y el corazón, pues el mismo Espíritu de Dios es el que en estos días –y siempre- puso en tu familia o en tu ambiente de trabajo a “alguien” que te hizo el bien, que te ayudó con su presencia y compañía, con su paciencia y su afecto, con su ejemplo o con sus palabras; y es que el Espíritu –así lo dijo Jesús- sopla donde quiere y como quiere… HOY, DOMINGO 8 DE JUNIO, en la Ciudad del Vaticano se han reunido tres personajes (¿quién los convocó?), y su objetivo es una invocación por la paz (¿quien la inspiró?), y el resultado no será la suma de esfuerzos y voluntades, o de esquemas y proyectos meramente humanos (¿entonces de Quién más?); en lo que hacen estos tres personajes y en lo que hacen tantos otros en tantos lugares, sencillamente veo el soplo del Divino Espíritu que no deja de renovar la faz de la Tierra... TAL PARECE QUE GOZO de cabal salud mental (¡bueno!, ¡usted me entiende!) y una de las más garrafales enfermedades o trastornos psicológicos de los que espero verme libre es de lo que todavía no se clasifica como “diositis” (denominación doblemente garrafal) o como etioteogenética (¿qué palabrejo es ése?); listo estoy para todas las reprobaciones de la Academia de la Lengua, y de los teólogos, y hasta del barrendero más culto, pero me explico diciendo que no me parece que le echemos a Dios la culpa de todo lo que sucede... ES MUY COMÚN QUE ALGUIEN diga: “de Dios debemos aceptar los bienes y los males” (y yo digo: ¡NNOOOOO!); para empezar Dios es fuente de toda bondad, y no de mal alguno; y si bien Él está al origen primero y a la última consecuencia de cuanto su Providencia ordena, bien que respeta la libertad humana como Bueno y Omnipotente que es... ASÍ QUE ES SU ESPÍRITU DIVINO el que no cesa de asistir a cada voluntad humana para motivarle a hacer el bien y rechazar el mal, para ayudarle a buscar lo bello y noble, e inspirarle gusto y genuina satisfacción del orden y la paz, del auténtico gozo y el sano esparcimiento, de la recta intención y de la verdad más clara, de misericordia sin límite y de la generosidad semejante a la suya; ¡ah, qué suave y delicioso es el Espíritu Santo!, ¡Buen Provecho!...



12:59:00 p.m.

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