Con la despedida de Rubalcaba dice adiós también un modelo de PSOE que, tras haber gobernado 21 años, había entrado en una grave crisis ideológica, de credibilidad y de liderazgo producido casi seguro por los últimos años de R Zapatero. Como máximo dirigente socialista, no supo impulsar la regeneración del partido ni devolver la confianza a sus militantes. Como líder de la oposición, equivocó el fondo y la forma, aunque sí se esforzó en preservar los consensos básicos. En todo caso, lejos de ganarse el favor de los votantes, se despide con la mayor derrota electoral sufrida por el PSOE.
Publicar un comentario