LIMA, 16 Sep. 14 / 12:01 am (ACI ).- Cada 16 de septiembre la Iglesia celebra al Papa San Cornelio y al Obispo San Cipriano, dos amigos que se opusieron a las herejías y blasfemias de su tiempo. Lo que los llevó a morir como mártires.
Cornelio significa “fuerte como un cuerno” y durante su vida dio honor a su nombre porque afrontó con firmeza la herejía de Novaciano, quien proclamaba que la Iglesia Católica no tenía poder para perdonar pecados. Sin embargo el Papa se opuso y sostuvo el perdón para el pecador verdaderamente arrepentido.
No obstante, su sufrimiento no sólo sería por cuestiones internas en la Iglesia, sino también por la persecución a los cristianos del emperador Decio. Fue enviado al destierro y murió decapitado en el año 253.
Dentro de los que apoyaban al Papa se encontraba San Cipriano quien lo respaldó contra la herejía de Novaciano y le escribió una carta durante su destierro, alentándolo y felicitándolo por sufrir con Cristo.
Cipriano, Obispo de Cartago, por su parte sufrió de igual modo la persecución de Decio y la del emperador Valeriano. Más adelante le decretaron pena de muerte por seguir celebrando ceremonias religiosas y oponerse a ofrecer sacrificios a los dioses. Él, al oír su sentencia, exclamó: “Gracias sean dadas a Dios”. Luego fue decapitado en septiembre del 258.
De esta manera, los dos amigos, unidos en la fe y el apoyo en tiempos difíciles, padecieron bajo el mismo suplicio y dieron testimonio a los demás cristianos para que permanezcan firmes en la Verdad.
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Etiquetas: Iglesia Católica, Santos
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