(ABC/InfoCatólica) El informe incluye una extensa conversación con un yihadista español del Frente Al Nusra, la marca de Al Qaeda en Siria.
De este modo, radicales islamistas evolucionan de las habituales amenazas simbólicas de conquistar Al Andalus como territorio histórico de los musulmanes a hablar por primera vez de lugares concretos en los que atentar. «Atacar España, ocurrirá pronto, ya lo verás cuando empiecen a estallar vuestros ayuntamientos y comisarías. Vais a ver lo cerca que estamos de vosotros». Quien así se expresa –usando un español fluido– es Imad Jibar, con «muy fuertes vinculaciones a España», según el estudio realizado para el Departamento de Estudios sobre Terrorismo del Instituto de Seguridad Global.
Durante su conversación con el autor del informe, Imad Jibar puso de manifiesto sus amistades con individuos de Ceuta que habrían viajado hasta Siria y que habrían muerto allí. Entre ellos destaca Rachid Wahbi, un taxista español, de Ceuta, que asesinó a 130 personas inmolándose con un camión-bomba con el que se llegó a introducir en un cuartel del Ejército Oficial de Siria. Rachid Wahbi fue uno de los primeros jihadistas españoles de los que se informó de su presencia en Siria.
El análisis sostiene que Imad Jibar está integrado en las filas de Estado Islámico por el testimonio que va exponiendo durante la conversación y por la información gráfica obtenida en su perfil de Facebook. Sus fotografías, tomadas en Siria, le ubican junto a terroristas ya conocidos como «Kokito Castillejos», natural de esa localidad cercana a Ceuta y especialmente activo en las redes sociales a la hora de publicitar sus crímenes incluyendo fotografías con cabezas degolladas.
«InschaAllah, estamos muy cerca. Yo te hablo de España. InschaAllah, ya verás, ya verás, no te preocupes. Esa imaginación verás como se hace realidad (...)Ya verás, nadie decía [pensaba] que se pudiera atacar a América, y se atacó (...) Como el sueño que teníamos de un califato, y ya es una realidad», insiste Imad Jibar, quien justifica el degollamiento de personas «porque tienen una religión distinta a la religión de Allah».
En su estudio de estos perfiles, Gil Garre (que ha actuado en ocasiones como perito judicial acreditado ante los tribunales de Justicia en esta materia) se presenta ante estos radicales como cristiano, español y estudioso del Islam. De este modo entra en contacto con ellos y el resultado de sus investigaciones es siempre puesto en conocimiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
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