Manila – Centrarse en el desarrollo y poner a los pobres “en el centro de la agenda política”: este es el llamamiento de Cáritas Filipinas y de un grupo de unas 30 organizaciones religiosas y civiles al recién elegido Presidente Rodrigo Duterte. Cáritas pide a la administración pública que haga “más esfuerzos para mejorar la vida de los países pobres y los marginados” a la vista de un “cambio real”. Si el Presidente se define como el responsable de esta renovación, se lee en una nota enviada a la Agencia Fides, con motivo del primer aniversario de la Encíclica “Laudato Sí”, “pedimos que el cambio se base en la justicia y la dignidad humana”.
La nota está firmada por más de 30 grupos religiosos y organizaciones de la sociedad civil que piden “la protección de los derechos de los pequeños agricultores, especialmente la propiedad de la tierra”, invitando a revisar el mecanismo de subvenciones “para apoyar la producción local y el comercio justo” incentivando “la agricultura sostenible y biológica y la pesca”, mediante la aplicación de “una verdadera reforma agraria”.
La nota recuerda también “la erosión de los derechos de los pueblos indígenas”, víctimas de violaciones de los derechos humanos, y propone un plan para “promover la justicia climática”, borrando todos los permisos de construcción de centrales eléctricas a carbón y con la retirada de las concesiones de explotaciones mineras, que con frecuencia son asignadas a compañías multinacionales que pisotean los derechos de las poblaciones locales.
“El cambio es deseable si trae consigo bien común, justicia y paz para la humanidad” concluye el p. Edwin Gariguez, Secretario ejecutivo de Cáritas Filipinas, recordando el tema del cambio climático y del calentamiento global.
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