Mons. Olmsted reitera en el texto la necesidad de que cada uno examine su conciencia y la urgencia de la oposición de los políticos católicos a las leyes que permiten o promueven el aborto.
“Si un político apoya activamente y promueve la expansión de la cultura de muerte, no solo está causando escándalo; está pecando. De manera similar, cuando un político realiza actos (como el de votar) por liberar el aborto o promueve el aborto, o manda la distribución de anticonceptivos por parte de las farmacias y otros, ese político está cooperando materialmente con el pecado grave”.
El texto indica que cuando esto ocurre, “el político tal no puede recibir la comunión sin acudir previamente al Sacramento de la Reconciliación y hacer una buena confesión. Siendo que el daño hecho sería de naturaleza pública, la enmienda deberá también serlo”.
En el folleto, Mons. Olmsted afirma que “los católicos están llamados a defender y trabajar por una ‘cultura de vida’ convirtiéndola en un asunto de constante importancia en el debate político y en el espacio público”.
Los católicos, indica el Prelado, también están llamados a “contribuir con el bien común, a defender la dignidad de toda persona humana y a vivir como ciudadanos fieles. Solo tiene sentido si los católicos viven su fe en todos los aspectos de la vida cotidiana, incluso cuando tienen que votar”.
El Obispo subraya que cuando los católicos se preparan para votar “ necesitan comprender su fe de modo que sus conciencias estén propiamente formadas. Además de esta formación, es importante investigar todos los asuntos importantes y los candidatos que se presentan a la elección. Solo luego de suficiente preparación y oración, es que el católico está plenamente hábil para ejercitar sus responsabilidades como buen ciudadano y emitir un voto significativo”.
El libro señala que una sociedad democrática necesita de la participación activa de los ciudadanos, incluyendo el pueblo creyente que está conectado a su realidad. Quienes luchan por aquello que creen correcto y se oponen a lo que consideran equivocado. En ese sentido, “las personas de fe genuina fortalecen todo el tejido moral de un país. El compromiso activo de los católicos en los procesos democráticos es bueno para la sociedad y para su ciudadanía responsable”.
Por otro lado, Mons. Olmsted hace un elenco de temas que son “no negociables” para los católicos insertos en la vida política porque “envuelven asuntos intrínsecamente malos”. Estos son “la protección de la vida en todas sus etapas, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural; el reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa contra los intentos de equipararla jurídicamente a formas radicalmente diferentes de unión que, en realidad, la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su irremplazable papel social y la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos”.
El director de comunicaciones de la diócesis de Phoenix, Robert DeFrancesco, dijo a ACI Prensa que “Mons. Olmsted escribió el texto para brindar una mejor formación a los laicos sobre su fe y responsabilidades en sus comunidades”.
“El Obispo considera importante que los católicos reflejen su papel en la vida pública porque estamos llamados a vivir nuestra fe en todo momento y en lo que sea que hagamos, no debe quedarse en la Misa de los domingos”, manifestó.
El folleto cuenta con un prólogo escrito por el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez, quien lo considera “una especie de ‘catecismo de preguntas y respuestas’ de algunos de los temas más importantes sobre la fe y la vida pública”.
Mons. Gómez señaló que “Católicos y Vida Pública es una lectura obligatoria para todos nosotros que tratamos de comprometernos con la cultura para proclamar la hermosa visión de la Iglesia para la vida y la sociedad humanas”.
“La Iglesia necesita una enseñanza clara y valiente y un testimonio que confronte a los ídolos de un Estados Unidos secularizado y postcristiano”, expresó e indicó que la enseñanza social católica “nos da una visión del mundo como podría y debería ser: el mundo creado como Dios lo quiso”.
“La visión católica es espiritual y no política. Antes que nada los católicos pertenecen a la ‘ciudad de Dios’, y tenemos además el deber de construir la “ciudad del hombre”, corregir las injusticias y buscar un mundo que refleje los deseos de Dios para sus hijos: lo que Jesús llamó el Reino de Dios y los apóstoles llamaron el cielo nuevo y la tierra nueva”, escribió el Arzobispo.
El libro está disponible en una versión para eBook en Amazon y la edición en español puede leerse en este sitio web: http://dphx.org/catolicos-y-vida-publica/. También se distribuirá en las parroquias de la diócesis de Phoenix.
El texto fue publicado por St. Benedict Press y la producción ha sido subvencionada por los Caballeros de Colón. La primera edición fue difundida en el año 2006.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en CNA.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 16 de junio de 2016
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