El Papa sobre el padre Hamel: ‘Ya es beato’
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El sacerdote francés Jacques Hamel, asesinado por terroristas del Estado Islámico mientras celebraba la misa el pasado 26 de julio, ‘es ahora beato’. Así lo ha indicado el papa Francisco conversando con el obispo de Rouen, Dominique Lebrun, al finalizar la misa celebrada en Santa Marta, recordando al sacerdote asesinado en la pequeña iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray.
El obispo, en declaraciones a la prensa después de eucaristía, indicó que había llevado una foto del padre Jacques a Roma con la idea de hacerla firmar al Papa para entregarla como recuerdo a las tres religiosas que asistieron esa mañana al asesinato del sacerdote y que no han podido venir con la peregrinación de la diócesis.
Monseñor Lebrun ha indicado que cuando le enseñó la foto al Santo Padre y él respondió: “La ponemos en el altar”. Gesto que ha conmovido al prelado. Después ha asegurado que al finalizar la misa, tras saludar a todos, mientras firmaba la foto, el Pontífice le dijo: ‘Tú puedes poner esta foto en la iglesia porque él es beato ahora y si alguno te dice que no tienes derecho, tú le dices que el Papa te ha dado permiso”.
Es claro –ha dicho el obispo Lebrun– que sobre el padre Jacques Hamel, la diocesis abrirá el proceso de canonización. Este procedimiento tiene diversas etapas: cuando se abre la investigación sobre la personas propuesta, ella pasa a ser Siervo de Dios, después cuando se declara que practicó las virtudes en grado heroico pasa a ser venerable. Aquí se necesita un primer milagro por la intercesión del santo para ser nombrado beato, y un segundo milagro para ser canonizado, o sea nombrado santo. En cambio cuando se establece que es un mártir, o sea que murió por odio a la fe, no es necesario que llegue a ser venerable, porque la sangre lava cualquier imperfección. El mártir pasa directamente a beato y después a santo, cuando se registran los milagros debidamente comprobados.
Mientras tanto, en el pequeño cementerio de sacerdotes de la diócesis donde descansa el padre Jacques, su tumba se ha convertido en meta de peregrinación de muchas personas que van allí a rezar.
Por otro lado, el prelado ha recordado que cuando el padre Jacques dijo “vete Satanás” había ya sido acuchillado y estaba en el suelo. “La interpretación justa me la dio la hermana. El padre Jacques no podía pensar que estos jóvenes pudieran ser el origen de este mal. No son ellos el origen de este mal”, ha explicado el obispo.
Finalmente, respondiendo a una pregunta de ZENIT, el obispo ha observado que ahora sí existe un cierto temor a la hora de ir a la iglesia. “Hace una semana tuve una reunión con los vicarios de la diócesis y me han dicho todos que reciben llamadas de personas que todavía preguntan si hay misa, si pueden ir, si hay riesgo”. Pero –ha precisado– hay más gente ahora y esto me hace reflexionar mucho sobre las palabras de Jesús que Juan Pablo II ha afirmado a menudo: ‘No tengáis miedo’.
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