“Una persona de fe que celebra en la Pascua la victoria de la vida sobre la muerte, al tomar consciencia de la situación de agresión a la creación de Dios en cada uno de los ecosistemas brasileños, no puede quedar indiferente”, afirmó el Santo Padre.
En su mensaje, el Papa invitó a “aumentar la conciencia de que el desafío mundial que atraviesa la entera humanidad requiere la participación de cada persona junto con el esfuerzo de toda comunidad local”.
El Pontífice alabó la riqueza ecológica de este país sudamericano. Recordó que “el Creador fue pródigo con Brasil. Le concedió una diversidad de ecosistemas que le confiere una extraordinaria belleza. Sin embargo, lamentablemente, las señales de la agresión a la creación y la degradación de la naturaleza, también están presentes”.
Destacó que “la Iglesia ha sido una voz profética en el respeto y cuidado del medio ambiente y de los pobres. No sólo ha llamado la atención de los desafíos y problemas ecológicos, sino que también ha apuntado sus causas y, principalmente, ha señalado los caminos para su superación”.
En este sentido, explicó que “esta campaña invita a contemplar, admirar, agradecer y respetar la diversidad natural que se manifiesta en los diversos ecosistemas de Brasil, un verdadero don de Dios, a través de la promoción de las relaciones respetuosas con la vida y la cultura de los pueblos que viven en ellos”.
“Este es, precisamente, uno de los mayores desafíos en todas las partes de la tierra debido a que las degradaciones del ambiente están siempre acompañadas por las injusticias sociales”, señaló.
Francisco animó a fijarse en los pueblos originarios y a aprender lo que ellos nos pueden enseñar. “Los pueblos originarios de cada ecosistema, o que tradicionalmente viven en ellos, nos ofrecen un claro ejemplo de cómo la convivencia con la creación puede ser respetuosa, portadora de plenitud y misericordia”.
“Por eso –continuó–, es necesario conocer y aprender con esos pueblos y sus relaciones con la naturaleza. Así será posible encontrar un modelo de sostenibilidad que pueda ser una alternativa a nuestro afán desenfrenado por el lucro que esquilma los recursos naturales y agrede la dignidad de los pobres”.
El Papa señaló que la Campaña de Fraternidad es “una invitación a vivir con más conciencia y determinación la espiritualidad pascual. La comunión en la Pascua de Jesucristo es capaz de suscitar la conversión permanente e integral, que es, al mismo tiempo, personal, comunitaria, social y ecológica. Reafirmo así lo que acordé con ocasión del Año Santo Extraordinario: la misericordia exige restituir la dignidad a aquellos que de ella se hayan visto privados”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 16 de septiembre de 2015
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