“Uno de los peligros más graves, más fuertes de la Iglesia de hoy es el clericalismo” dijo a los religiosos. Así, los animó a trabajar “con los laicos”: que sean ellos los que vayan adelante, los que tengan la valentía de ir adelante, y vosotros sostenedles y ayudadles como sacerdotes, como religiosos”.
“Les animo a permanecer fieles a la inspiración originaria y a ‘poneros en salida’ para ir hacia la humanidad herida y descartada”, dijo en relación a su fundador, San Girolamo Emiliani.
Francisco les exhortó también a mirar “con los ojos de Cristo” a “la juventud abandonada”. “Esos inmigrantes, chicos, niños que vienen solos a nuestras tierras y tienen necesidad de encontrar paternidad y maternidad. Querría subrayar esto: muchos llegan solos en patera y tienen necesidad de esto”.
El Santo Padre los invitó a “estar atentos a las diferentes formas de marginalidad en las periferias geográficas y existenciales” y transformar “las estructuras donde resulte útil”.
“Las estructuras, en ciertos casos, dan falsa protección y frenan el dinamismo de la caridad y del servicio al Reino de Dios”, agregó.
Otro de los temas de los que habló fue la inculturación, una “condición necesaria para el enraizamiento de la Iglesia en el mundo”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 30 de marzo de 2017
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