Los jueces McCombe, King y Peter Jackson decidieron revertir el fallo de la jueza Nathalie Lieven, de la Corte de Protección, que el 21 de junio determinó que la mujer debía abortar a su bebé.
Según informa Press Association, los jueces de la Corte Inglesa de Apelaciones podrían emitir un pronunciamiento sobre su decisión, pero precisaron que las circunstancias de este caso eran “únicas”.
Una vocera de la plataforma provida Right To Life UK, Clare McCarthy, señaló que “esta es una decisión muy esperada que salvará la vida de un niño por nacer y a la madre de un aborto tardío así como gran estrés. Sin embargo, el horrendo fallo original nunca debió darse”.
“Estamos pidiendo al Departamento de Salud que revele con urgencia cuántas mujeres han sido forzadas a someterse a un aborto en el Reino Unido en los últimos diez años y que nos aseguren que esto no vuelva a suceder”, agregó la vocera.
El 21 de junio, la jueza Nathalie Lieven de la Corte de Protección ordenó que se le realice un aborto a las 22 semanas de gestación a una mujer católica que padece discapacidad mental y un trastorno del estado de ánimo, a pesar de sus múltiples objeciones y las de su madre.
“Soy muy consciente del hecho de que cuando el Estado ordena a una mujer tener una terminación (aborto) y parece que ella no quiere, es una inmensa intromisión. Tengo que actuar en beneficio de (sus) intereses, no en los puntos de vista de la sociedad sobre la terminación”, dijo la jueza.
Como abogada, Lieven ha comparecido ante la corte en casos relacionados con el aborto. En 2011, mientras representaba al Servicio Británico de Asesoramiento sobre el Embarazo, un proveedor de servicios de aborto, argumentó que a las mujeres británicas se les debería permitir abortar sus embarazos en sus propios hogares, en lugar de en un hospital.
La Corte de Protección (Court of Protection) maneja los casos que involucran a individuos que carecen de la capacidad mental para tomar decisiones por sí mismos.
La mujer, que no puede ser identificada públicamente, fue descrita como “cercana a los veinte años” y está bajo el cuidado de un “fideicomiso hospitalario” del Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido.
La madre de la mujer dejó claro a los médicos y a la corte que ella se haría cargo de su nieto. Asimismo, registró su oposición absoluta al aborto, citando su fe católica y la de su hija. Una trabajadora social que se preocupa por la mujer tampoco estaba de acuerdo con la decisión.
En una declaración emitida hoy, el Obispo Auxiliar de Westminster, Mons. John Sherrington alertó que “obligar a una mujer a someterse a un aborto contra su voluntad y la de su familia cercana infringe sus derechos humanos, así como el derecho de su niño por hacer a la vida en una familia que se ha comprometido a cuidar a este niño”.
El aborto sin restricciones es legal en el Reino Unido hasta las 24 semanas de embarazo, después de lo cual los médicos deben certificar que el aborto es en interés de la madre.
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