abril 2023
"Santa Muerte" 11-S 1986 3-D 3D Accion ACI Mundo ACI Prensa ACI Prensa Vaticano ACI Vida Familia Adolescencia Africa Agencia Zenit Agenzia Fides AICA Ajedrez Aleteia Alfareros America colonial Amistad Animacion Animales Aniversarios Antigua Grecia Antigua Roma Antiguo Egipto Antiguo Testamento Año 1925 Año 1928 Año 1930 Año 1931 Año 1932 Año 1933 Año 1934 Año 1935 Año 1936 Año 1937 Año 1938 Año 1940 Año 1941 Año 1942 Año 1943 Año 1944 Año 1945 Año 1946 Año 1947 Año 1948 Año 1949 Año 1950 Año 1951 Año 1952 Año 1953 Año 1954 Año 1955 Año 1956 Año 1957 Año 1958 Año 1959 Año 1960 Año 1961 Año 1962 Año 1963 Año 1964 Año 1965 Año 1966 Año 1967 Año 1968 Año 1969 Año 1971 Año 1972 Año 1973 Año 1974 Año 1976 Año 1977 Año 1978 Año 1979 Año 1980 Año 1981 Año 1982 Año 1983 Año 1984 Año 1985 Año 1986 Año 1987 Año 1988 Año 1989 Año 1990 Año 1991 Año 1992 Año 1993 Año 1994 Año 1995 Año 1996 Año 1997 Año 1998 Año 1999 Año 2000 Año 2001 Año 2002 Año 2003 Año 2004 Año 2005 Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014 Año 2015 Año 2016 Año de la Misericordia Año1933 Año1993 Años 1910-1919 Años 20 Años 30 Años 40 Años 50 Años 60 Años 70 Años 80 Apk Aplicaciones Android APP en Play Store Arquidiócesis de Morelia Artes Marciales Articulos Athenas Venica Atletismo Audio Aventura espacial Aventuras Aventuras marinas Aviones Baloncesto Banda Cuisillos Basado en hecho reales Basado en hechos reales Bazar de la Fe Beato Anacleto González Flores OFS Belico Beto Cervantes Bioética Biografico Bolsa y Negocios Bomberos Boxeo Brujeria Brújula Franciscana Bulas Canonizaciones Cantos y Alabanzas Capítulo lectivo Capitulo Nacional Capitulos Capitulos Regionales Cardenales Carta a los Corintios Carta Apostólica Catastrofes Catequesis Catequesis del Papa Cecilia Celinés Díaz Centro de Estudios Catolicos Centro Televisivo Vaticano Ciencia ficcion Ciencia ficción Cine épico Cine familiar Cine Mexicano Cine mudo Cine religioso CIOFS Circo Clarisas Coches/Automoviles Cocina Colaboradores Colegios y Universidad Colombia Colonialismo Columna Comedia Comedia dramatica Comedia juvenil Comedia Romántica Comic Comisaría de Tierra Santa en Salvatierra Conferencia del Episcopado Mexicano Congresos Conquista de America Constituciones de la OFS Coro Cantaré Coronilla a la Divina Misericordia Cortometraje Crimen Cristianos Perseguidos Cristo Cristo te llama Cuentos Cyberpunk Defensa de la familia Demonología Deporte Descargable Desde la Fe Dinosaurios Diocesis de Apatzingán Diocesis de Celaya Diocesis de Mexico Diocesis de Papantla Diocesis de San Andres Tuxtla Diocesis de San Felipe Diócesis de Toluca Diócesis de Veracruz Directorio Discapacidad Disney Divina Misericordia Documental Dr. Carlos Álvarez Cozzi Drama Drama carcelario Drama de epoca Drama romantico Drama social Ecos Seráficos Edad Media Eduardo Verastegui Ejercito El Cancionero Catolico El Hermano Asno El Papa El Papa en México El santo del día El video del Papa Elecciones Elena Lorenzo Rego Enfermedad Enseñanza Epoca invernal Esclavitud Escritos de San Francisco de Asís Escritos de Santa Clara Espiritualidad Esquela Eutanasia Evangelio Evangelio del dia Evangelio del dia en audio Evangelio del dia en texto Evangelios Apócrifos Evangelización en México y América Eventos Extraterrestres Facebook Familia Familia Franciscana Fantastico Fátima TV featured Ficticio Fieles Difuntos Fin del mundo Florecillas de San Francisco Formación Permanente Forum Libertas Franciscanismo Franciscano de la Mancha Franciscanos Fray Gabriel Fray Ignacio Larrañaga Fray Jose Pérez OFM Fray Richard Fray Rodi Cantero TOR Frayñero Fuentes Biograficas Fundación Callejeros de la Misericordia Futbol Futbol americano Gatos Gore Gran Depresion Guadalupe Radio TV Guerra Civil de El Salvador Guerra Civil Española Guerra Cristera Guerra de Bosnia Guerra de Independencia Americana Guerra de la Independencia Española Guerra de Secesión Guerra Fria Hebreos Hermana Glenda Hermanas Diocesanas Historia de la Iglesia en México Historia de la OFS Historia del Franciscanismo Historias cruzadas Historico Holocausto Homosexualidad Homosexualismo Ideologia de Género II Guerra Mundial Imagenes Infancia Infantil Infocatolica InfoRIES Informativo de Radio Vaticano Inglés Inmigracion Inquisición Insectos Intriga Jesed Jesucristo Jesus Rodríguez Jon Carlo Jornada Vocacional Juegos olimpicos JUFRA Junta Ejecutiva Nacional Juntos por Mexico Kerigma Sacra La Biblia La Homilía del día La Santa Misa Libros Liturgia Liturgia de las Horas Lobby Abortista Lobby Gay Lopez Obrador Lourdes TV Luis Enrique Ascoy Luz del Nuevo Amanecer Magia Manga Manual para Laicos Franciscanos Marco Antonio Solís Marionetas Marvel Comics Mayra Alejandra Barajas Medicina Mediometraje Melodrama Mensajes Mickey Mouse Miniserie de TV Minutpos para Dios Misioneras Clarisas Mitologia Mitología Mons. Cristóbal Ascencio García Monstruos Montez de Durango Musica Musical Naturaleza Navidad Nazismo New Age Noticias Noticias Globales Novela Novena a la Divina Misericordia Novenas Nuestra Señora del Pueblito Nuevo Testamento Obispo de Apatzingan Obispos OFM OFM Capuchinos OFM Conventuales OFM de Jalisco OFM Michoacán OFS de Mexico OFS en Mexico Oraciones Ordenaciones Ortodoxos Padre Damián Padre Fortea Padre Hugo Valdemar Romero Ascencion Padre Ivo Flores Padre Joni Padre Pedro Brassesco Pajaros Palabra de Dios Palabra del Obispo Panegírico Papas Parroquia Latino Partituras Patinaje sobre hielo Paz y Bien para los hermanos de hoy Pedofilia Pelicula de culto Pelicula de episodios Peliculas Peliculas religiosas Perros/Lobos Pinterest Pobreza Policiaco Politica Posguerra Española Precuela Predicaciones Prehistoria Preseminarios Primeros Cristianos Profesiones Promocion Vocacional Protestantes Provida Provincia Eclesiastica de Morelia Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán Proyecto de Amor Punto de Vista Purisima Concepcion Queretaro Racismo Radio Radiovaticano Reflexión del Domingo Reflexiones Region Santa Maria del Pueblito Regla Regla Comentada Religion Religión Religion en Libertad Remake Retiros Espirituales Revolucion Francesa Revolucion Mexicana Ricardo Montaner Ritual de la OFS Road Movie Robots Roedores Romance Rugby Sacerdotes Sacramentos Sagrado Corazón de Jesús Salmos San Antonio de Padua San Leonardo de Puerto Mauricio San Pablo Sanacion Interior Santa Clara Santa Margarita María Alacoque Santo del día en audio Santo Domingo de Guzman Santo Rosario Santoral Franciscano Santos y Beatos de la OFS Satira Seccion Infantil Sectas Secuela Secuestros Semillas para la Vida Seminario Franciscano Serie de TV SIAME SIDA Siervas Siervos de Dios Siglo IV Siglo X Siglo XI Siglo XII Siglo XIII Siglo XIV Siglo XIX Siglo XV Siglo XVI Siglo XVII Siglo XVIII Siglo XX Simios Sistema de Informacion de Vaticano Sistema de Informacion del Vaticano Sor Lorena OSC Sound by Four Spin-off Steampunk Submarinos Superhéroes Supervivencia Surrealismo Taizé Tarimoro Teatro Telefilm Television Catolica Televisión Católica Templo de San Francisco - Celaya Terrorismo Thiago Brado Thriller Thriller futurista Toma de Cordón Toma de Escapulario Toros Trabajo/Empleo Trenes Trenes/Metros Valle de la Misericordia Valores Vejez Venezuela Veracruz Viacrucis Viajes en el tiempo Vida Primera de San Francisco - Celano Vida Rural Vida Rural Norteamericana Vidas de Beatos Vidas de Santos Videos Vikingos Virgen de Guadalupe Virgen Maria Virgen María Vocaciones Franciscanas Volcanes Watoto Child Care Ministries Western Whatsapp Yuli y Josh

, 30 Abr. 23 (ACI Prensa).- Las últimas palabras que Jesús pronuncia, en el Evangelio que hemos escuchado, resumen el sentido de su misión: “Yo he venido para que tengan Vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Esto es lo que hace un buen pastor: da la vida por sus ovejas.

Así Jesús, como un pastor que va en busca de su rebaño, vino a buscarnos cuando estábamos perdidos; como un pastor, vino a arrancarnos de la muerte; como un pastor, que conoce a cada una de sus ovejas y las ama con ternura infinita, nos ha hecho entrar en el redil del Padre, haciéndonos hijos suyos.

Contemplemos entonces la imagen del buen Pastor, y detengámonos en dos acciones que, como narra el Evangelio, Él realiza por sus ovejas: primero las llama, después las hace salir.

En primer lugar, “llama a sus ovejas” (cf. v. 3). Al comienzo de nuestra historia de salvación no estamos nosotros con nuestros méritos, nuestras capacidades, nuestras estructuras; en el origen está la llamada de Dios, su deseo de alcanzarnos, su preocupación por cada uno de nosotros, la abundancia de su misericordia que quiere salvarnos del pecado y de la muerte, para darnos la vida en abundancia y la alegría sin fin.

Jesús vino como buen Pastor de la humanidad para llamarnos y llevarnos a casa. Nosotros entonces, con memoria agradecida, podemos recordar su amor por nosotros; por nosotros que estábamos alejados de Él.

Sí, mientras “todos andábamos errantes como ovejas» y «siguiendo cada uno su propio camino” (Is 53,6), Él soportó nuestras iniquidades y cargó con nuestras culpas, conduciéndonos nuevamente al corazón del Padre.

Así lo hemos escuchado del apóstol Pedro en la segunda lectura: “Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes” (1 P 2,25).

Y, aún hoy, en cada situación de la vida, en aquello que llevamos en el corazón, en nuestros extravíos, en nuestros miedos, en el sentido de derrota que a veces nos asalta, en la prisión de la tristeza que amenaza con encerrarnos, Él nos llama.

Viene como buen Pastor y nos llama por nuestro nombre, para decirnos lo valiosos que somos a sus ojos, para curar nuestras heridas y cargar sobre sí nuestras debilidades, para reunirnos en su grey y hacernos familia con el Padre y entre nosotros.

Hermanos y hermanas, mientras estamos aquí esta mañana, sentimos la alegría de ser pueblo santo de Dios. Todos nosotros nacemos de su llamada; Él es quien nos ha convocado y por eso somos su pueblo, su rebaño, su Iglesia.

Nos ha reunido aquí para que, aun siendo diferentes entre nosotros y perteneciendo a comunidades distintas, la grandeza de su amor nos congregue a todos en un único abrazo.

Es hermoso estar juntos: los obispos y los sacerdotes, los religiosos y los fieles laicos; y es hermoso compartir esta alegría junto con las delegaciones ecuménicas, los jefes de la Comunidad judía, los representantes de las Instituciones civiles y del Cuerpo Diplomático.

Esto es catolicidad: todos nosotros, llamados por nuestro nombre por el buen Pastor, estamos invitados a acoger y difundir su amor, a hacer que su redil sea inclusivo y nunca excluyente.

Y, por eso, todos estamos llamados a cultivar relaciones de fraternidad y colaboración, sin dividirnos entre nosotros, sin considerar nuestra comunidad como un ambiente reservado, sin dejarnos arrastrar por la preocupación de defender cada uno el propio espacio, sino abriéndonos al amor mutuo.

Después de haber llamado a las ovejas, el Pastor «las hace salir» (Jn 10,3). Primero, llamándolas, las hizo entrar en el rebaño, luego las conduce hacia afuera.

Primero somos reunidos en la familia de Dios para ser constituidos su pueblo, pero después somos enviados al mundo para que, con valentía y sin miedo, seamos anunciadores de la Buena Noticia, testigos del amor que nos ha regenerado.

Este movimiento —entrar y salir— podemos comprenderlo con otra imagen que usa Jesús; la de la puerta. Él dice: “Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento” (v. 9).

Volvamos a escuchar bien esto: entrará y saldrá. Por una parte, Jesús es la puerta que se abre de par en par para hacernos entrar en la comunión del Padre y experimentar su misericordia; pero, como todos saben, una puerta abierta sirve tanto para entrar como para salir del lugar en el que se encuentra.

Y entonces, después de habernos conducido nuevamente al abrazo de Dios y al redil de la Iglesia, Jesús es la puerta que nos hace salir al mundo. Él nos impulsa a ir al encuentro de los hermanos.

Y recordémoslo bien: todos, sin excepción, estamos llamados a esto, a salir de nuestras comodidades y tener la valentía de llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 20).

Hermanos y hermanas, estar “en salida” significa para cada uno de nosotros convertirse, como Jesús, en una puerta abierta. Es triste y hace daño ver puertas cerradas: las puertas cerradas de nuestro egoísmo hacia quien camina con nosotros cada día, las puertas cerradas de nuestro individualismo en una sociedad que corre el riesgo de atrofiarse en la soledad; las puertas cerradas de nuestra indiferencia ante quien está sumido en el sufrimiento y en la pobreza; las puertas cerradas al extranjero, al que es diferente, al migrante, al pobre.

E incluso las puertas cerradas de nuestras comunidades eclesiales: cerradas entre nosotros, cerradas al mundo, cerradas al que “no está en regla”, cerradas al que anhela al perdón de Dios.

Hermanos y hermanas, ¡por favor! ¡Por favor, abramos las puertas!

También nosotros intentemos —con las palabras, los gestos, las actividades cotidianas— ser como Jesús, una puerta abierta, una puerta que nunca se le cierra en la cara a nadie, una puerta que permite entrar a experimentar la belleza del amor y del perdón del Señor.

Repito esto sobre todo a mí mismo, a los hermanos obispos y sacerdotes; a nosotros pastores.

Porque el pastor, dice Jesús, no es un asaltante o un ladrón (cf. Jn 10,8); no se aprovecha de su cargo, no oprime al rebaño que le ha sido confiado; no “roba” el espacio de los hermanos laicos; no ejercita una autoridad rígida.

Hermanos, animémonos a ser puertas cada vez más abiertas; “facilitadores” -esta es la palabra, “facilitadores”- de la gracia de Dios, expertos en cercanía, dispuestos a ofrecer la vida, así como Jesucristo, nuestro Señor y nuestro todo, nos lo enseña con los brazos abiertos desde la cátedra de la cruz y nos lo muestra cada vez en el altar, Pan vivo que se parte por nosotros.

Lo digo también a los hermanos y a las hermanas laicos, a los catequistas, a los agentes pastorales, a quienes tienen responsabilidades políticas y sociales, a aquellos que sencillamente llevan adelante su vida cotidiana, a veces con dificultad: sean puertas abiertas. ¡Sean puertas abiertas!

Dejemos entrar en el corazón al Señor de la vida, su Palabra que consuela y sana, para luego salir y ser, nosotros mismos, puertas abiertas en la sociedad. Ser abiertos e inclusivos unos con otros, para ayudar a Hungría a crecer en la fraternidad camino de la paz.

Queridos hermanos y hermanas, Jesús buen Pastor nos llama por nuestro nombre y nos cuida con ternura infinita. Él es la puerta y quien entra por Él tiene la vida eterna. Él es nuestro futuro, un futuro de “vida en abundancia” (Jn 10,10).

Por eso, no nos desanimemos nunca, no nos dejemos robar nunca la alegría y la paz que Él nos ha dado; no nos encerremos en los problemas o en la apatía. Dejémonos acompañar por nuestro Pastor; con Él, nuestra vida, nuestras familias, nuestras comunidades cristianas y toda Hungría resplandezcan de vida nueva.

REDACCIÓN CENTRAL, 30 Abr. 23 (ACI Prensa).- Hoy 30 de abril, Domingo del Buen Pastor, la Iglesia Católica celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2023, día en que los fieles son llamados a rezar para que más personas, especialmente jóvenes, digan sí a la llamada de Dios.

Se le llama “Domingo del Buen Pastor” al IV Domingo de Pascua, pues el Evangelio del día corresponde a la lectura de Juan 10, 1-10, pasaje en el que Jesús afirma la siguiente frase: “Yo soy la puerta de las ovejas”, les explica que la humanidad son sus ovejas, y les enseña que su misión es conducir a las ovejas que no están en su redil para que sean un solo rebaño.

El Papa San Pablo VI instituyó y celebró por primera vez la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones el Domingo del Buen Pastor, el 12 de abril de 1964.

En su mensaje en esa ocasión, el Papa Pablo VI recordó que “la mies es mucha, más los operarios son pocos”, e hizo el siguiente pedido a los fieles del mundo: “‘Pidan al Señor de la mies que mande obreros’ a su Iglesia”.

El Papa aseguró que el número de sacerdotes “afecta a todos los fieles, no sólo porque de él depende el futuro religioso de la sociedad cristiana”, sino porque es un indicador de “la vitalidad de fe y amor de las comunidades” parroquiales, y es un “testimonio de la salud moral de las familias”.

También, destacó a los padres generosos que dan a sus hijos a la Iglesia con alegría y orgullo, y a los adolescentes que quieren servir a la Iglesia para reproducir los rasgos del Buen Pastor; y alentó a las vocaciones sacerdotales y religiosas a no descuidar “un deber tan grave y responsable”.

Este 2023, la Iglesia Católica celebra la 60° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, con el tema “Vocación: gracia y misión”.

REDACCIÓN CENTRAL, 30 Abr. 23 (ACI Prensa).- Cada 30 de abril la Iglesia celebra la fiesta de San Pío V, Sumo Pontífice que ocupó un lugar protagónico en defensa de la Iglesia y de la Europa cristiana del siglo XVI. San Pío V fue el organizador de las fuerzas que detuvieron la invasión musulmana del Viejo Continente en la famosa batalla de Lepanto.

La victoria conseguida en Lepanto fue de vital importancia para la preservación de la cultura cristiana tal y como hoy la conocemos. El Papa Pio V, en agradecimiento, dedicó el triunfo a la Virgen del Rosario.

La mano de Dios

Antonio Ghislieri -nombre de pila de San Pío V- nació en Bosco (Italia) en 1504. De niño fue cuidador de ovejas y ayudante de sus padres en las labores del campo. De adolescente conoció a una generosa familia que decidió costear sus estudios en agradecimiento, al percatarse de que su hijo, llamado también Antonio, se comportaba mejor desde que se hizo amigo del santo.

Gracias a ese apoyo, Antonio pudo estudiar con los dominicos y descubrir su vocación religiosa. Ya más maduro en la fe, pidió ser aceptado en la Orden de Predicadores, quienes lo habían formado. Con el correr del tiempo fue asumiendo diferentes puestos de servicio y responsabilidades dentro de la Orden, hasta que el propio Pontífice lo nombró obispo y, posteriormente, inquisidor y comisario eclesiástico.

Rectitud de mente, rectitud de corazón

El santo recorrió a pie pueblos y ciudades alertando a los fieles sobre los errores y herejías provocadas por luteranos y protestantes. Por eso, se convirtió en blanco de amenazas y conspiraciones para matarlo. Sin embargo, Antonio siguió anunciando la verdad. El Papa Pio IV lo nombró cardenal y le encargó ser la cabeza que guíe a la Iglesia en defensa de la recta doctrina.

Cuando murió el Papa Pío IV, San Carlos Borromeo (1538-1584) sugirió personalmente el nombre de Antonio Ghislieri a muchos de los cardenales electores, presentándolo como el hombre más apropiado para asumir la Sede de Pedro. El cónclave votó a su favor, razón por la cual el hasta ese momento monseñor Ghislieri se convirtió en el nuevo Papa, tomando el nombre de Pío V.

Pastor cuidadoso y amable

Desde el inicio de su pontificado, San Pío V dio muestras de su vocación de servicio a los más pobres. Pidió que no se realicen más banquetes en su honor y que el dinero ahorrado se use para ayudar a los mendigos de Roma.

Por otro lado, el nuevo Papa empezaba a dar muestras de sencillez y cercanía al pueblo católico. En una oportunidad se encontró en la calle con su viejo amigo Antonio -el de la familia que pagó sus estudios- y lo nombró gobernador del cuartel del Papa.

Antonio era un hombre honesto e inteligente, y Pio V lo sabía muy bien. Un gesto de reciprocidad o gratitud de ese estilo, además de evidenciar la humildad del Papa al no ocultar sus humildes orígenes, conquistó el corazón del pueblo para siempre.

San Pío V tenía una patente devoción por la Eucaristía y el rezo del Santo Rosario, una de sus oraciones favoritas, expresión de la piedad filial a la Madre de Dios. El Papa desde la Cátedra de Pedro se encargó de impulsar ambas devociones entre los fieles.

Por otro lado, ordenó que los obispos y párrocos residan efectivamente en los territorios o diócesis que se les había encargado, para que no descuiden a sus fieles. Bajo su gobierno, también, fueron publicados un nuevo misal, una nueva edición de la Liturgia de las Horas, así como un nuevo catecismo.

Fue él quien nombró Doctor de la Iglesia a Santo Tomás de Aquino en 1567, y quien impulsó con ahínco el espíritu de la Contrarreforma.

Centralidad de la liturgia

El Misal de San Pío V contiene el rito en latín que puede celebrarse actualmente de manera universal por los sacerdotes que así lo deseen. Fue a través del decreto pontificio del 7 de julio de 2007 -promulgado en forma de motu proprio "Summorum Pontificum" por el Papa Emérito Benedicto XVI- que se autorizó de forma explícita la potestad de celebrar la liturgia tradicional (antiguo ordinario).

El misal de San Pio V había sido el preponderante en la liturgia de la Iglesia Católica hasta 1962, cuando fue reemplazado por el “Novus Ordo” (Nuevo Ordinario), aprobado como parte de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.

Lepanto, momento crítico

Durante el pontificado de San Pío V, el expansionismo musulmán amenazó con extender su zona de influencia en Europa más allá de la península hispánica y, de esa manera, acabar con la religión católica. Desde Turquía salieron cientos de miles de guerreros rumbo a Europa occidental.

Los invasores arrasaron con todo a su paso: pueblos, iglesias, monasterios y cualquier vestigio que fuese expresión católica. Hubo entre ellos quienes anunciaban que la Basílica de San Pedro se convertiría en la pesebrera de sus caballos. Era tal el temor generado, en gran medida gracias a la crueldad de los guerreros islámicos, que ninguna nación quería enfrentarlos.

Entonces, el Papa Pío V buscó la ayuda de todas las casas y coronas europeas logrando organizar una armada naval y un ejército sin precedentes. Él, en persona, dio su bendición a todos los valientes que zarparon en defensa de la civilización cristiana.

Pio V también pidió que todo soldado se confiese y comulgue antes de la batalla; y que todos participen de la Santa Misa. Mientras tanto, ordenaba que quienes se habían quedado en las ciudades como Roma, recen asiduamente el Rosario por los ejércitos defensores de la fe.

El encuentro entre las fuerzas se produjo el 7 de octubre de 1571 en el golfo de Lepanto, cerca de Grecia. Los jefes cristianos habían ordenado que los soldados rezaran el Santo Rosario antes de la batalla y así se hizo. Aún siendo los musulmanes superiores en número de milicianos y embarcaciones, se encontraron con una armada católica fortalecida en el espíritu.

Cuando empezó el combate, el viento estuvo en contra de las fuerzas europeas hasta que de un momento a otro cambió de dirección, entonces los barcos cristianos se lanzaron al ataque, obligando a los musulmanes a huir en retirada.

“Hemos conseguido la victoria”

Esa tarde, San Pío V, sin haber recibido aún noticias oficiales de lo sucedido, se asomó por la ventana y dijo a los cardenales: "Dediquémonos a darle gracias a Dios y a la Virgen Santísima, porque hemos conseguido la victoria".

El Papa como agradecimiento mandó que cada 7 de octubre se celebre la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, y que en las letanías se incluya la siguiente petición: "María, Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros", letanía que siglos después sería un emblema espiritual de otro santo italiano: San Juan Bosco.

San Pío V partió a la Casa del Padre el 1 de mayo de 1572, a los 68 años.

Si quieres saber más sobre San Pio V, te recomendamos este artículo de la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_San_Pío_V.

, 29 Abr. 23 (ACI Prensa).- Durante el encuentro mantenido por el Papa Francisco con los pobres y refugiados en su segundo día en Hungría, los hijos mayores de la familia Yakovlev, han interpretado una canción en agradecimiento a la acogida que Cáritas les brindó cuando tuvieron que huir de Ucrania.

Hace casi un año, “los misiles estallaron durante toda la noche en Dnipropetrovsk”, ha explicado al Santo Padre Oleg Yakovlev, acompañado de su mujer, Lyudmila y sus cinco hijos Daniel, María, Alexandra, Iliya y Elizaveta. 

Tomaron la decisión de marcharse, pero “¿a dónde ir?” se preguntaron. Oleg en seguida recordó su estancia hace casi medio siglo en el país magiar: “Serví como cocinero-soldado en Hungría y hasta hoy recuerdo bien la hospitalidad y amabilidad de los húngaros, incluso aprendí un poco el idioma”. 

A pesar de que Budapest dista 1.500 kilómetros de su ciudad de origen, tuvieron claro su destino. 

“El viaje duró varios días, estábamos muy cansados, pudimos llevar muy poco con nosotros”, continuó Oleg Yakovlev. Al llegar a Hungría, primero recibieron el apoyo “de buenas personas” que les dieron alojamiento. 

Más tarde, la familia encontró apoyo en el Centro Católico de Integración coordinado por Cáritas. 

“Recibimos ayuda económica tangible en forma de vales, lo que fue un salvavidas para mi familia en los primeros días de pobreza, y también nos dio ánimos y esperanza”, ha explicado el padre de familia.

“Hungría fue el comienzo de una nueva vida, de una nueva posibilidad. Aquí nos acogieron y encontramos un nuevo hogar”, ha resumido. 

Oleg Yakovlev expresó su agradecimiento al Santo Padre “por hablar en favor de la paz y por defender a las víctimas de la guerra” y, también, “por el afecto de los fieles católicos y por sus oraciones, que no sólo nos ayudan, sino que nos fortalecen”. 

Al concluir su testimonio, la familia Yakovlev entonó “una canción de agradecimiento para los trabajadores de Cáritas Hungría”, con la que han querido “expresar al mismo tiempo respeto por las víctimas, gratitud por quienes les ayudaron y un deseo de paz y oración”.

 

 

El Santo Padre también escuchó con atención el testimonio de Brigitta Kanalas, madre cuya vida ha estado jalonada de dificultades personales y familiares. La Iglesia greco-católica húngara le brindó su apoyo y le ofreció, casa, trabajo y apoyo religioso.

 

El turno de testimonios lo cerró el matrimonio formado por el diácono permanente Zoltán Kunszabó y Anna Pataki, volcados en la atención a las personas sin hogar en Budapest, cerca de 2.500. 

El matrimonio ha referido que, más allá de las carencias materiales, el principal problema de las personas a las que ayudan es “el agotamiento de sus recursos interiores y la falta de relaciones humanas de apoyo”.

REDACCIÓN CENTRAL, 29 Abr. 23 (ACI Prensa).- En el segundo día durante su viaje apostólico a Hungría, el Papa Francisco mantuvo un encuentro con los pobres y refugiados en el país.

En su discurso, el Santo Padre invitó a vivir el lenguaje de la caridad a ejemplo de Santa Isabel de Hungría, “a quien este pueblo profesa gran devoción y afecto”.

A continuación, el texto completo:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Me siento feliz de estar aquí entre ustedes. Gracias, Mons. Antal, por sus palabras de bienvenida y gracias por haber recordado el generoso servicio que la Iglesia húngara realiza para y con los pobres. Los pobres y los necesitados —no lo olvidemos nunca— están en el corazón del Evangelio: Jesús, en efecto, vino «a llevar la Buena Noticia a los pobres» (Lc 4,18). Ellos, entonces, nos indican un desafío apasionante, para que la fe que profesamos no sea prisionera de un culto alejado de la vida y no se convierta en presa de una especie de “egoísmo espiritual”, es decir, de una espiritualidad que me construyo a la medida de mi tranquilidad interior y de mi satisfacción. La fe verdadera, en cambio, es aquella que incomoda, que arriesga, que hace salir al encuentro de los pobres y capacita para hablar con la vida el lenguaje de la caridad. Como afirma san Pablo, podemos hablar muchas lenguas, poseer sabiduría y riquezas, pero si no tenemos caridad no poseemos nada y no somos nada (cf. 1 Co 13,1-13).

El lenguaje de la caridad. Fue la lengua hablada por Santa Isabel, a quien este pueblo profesa gran devoción y afecto. Al llegar esta mañana, vi en la plaza su estatua, con la base que la representa mientras recibe el cordón de la orden franciscana y, al mismo tiempo, ofrece agua para saciar la sed de un pobre. Es una hermosa imagen de la fe. Quien “se une a Dios”, como hizo san Francisco de Asís, en quien Isabel se inspiró, se abre a la caridad hacia el pobre, porque «el que dice: “Amo a Dios”, y no ama a su hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?» (1 Jn 4,20). Santa Isabel, hija del rey, había crecido en la comodidad de una vida de corte, en un ambiente lujoso y privilegiado; sin embargo, conmovida y transformada por el encuentro con Cristo, pronto sintió rechazo hacia las riquezas y las vanidades del mundo, advirtiendo el deseo de despojarse de ellas y de cuidar a los necesitados. Así, no sólo gastó sus bienes, sino también su vida en favor de los últimos, de los leprosos y de los enfermos, hasta llegar a curarlos personalmente y a llevarlos sobre sus propios hombros. Ese es el lenguaje de la caridad.

Brigitta, a quien agradezco su testimonio, también nos habló de ello. Tantas privaciones, tanto sufrimiento, tanto trabajo duro para tratar de salir adelante y no hacer faltar el pan a sus hijos y, en el momento más dramático, el Señor vino a su encuentro para socorrerla. Pero —lo hemos escuchado de sus propios labios—, ¿cómo intervino el Señor? Él, que escucha el grito del pobre, «hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos» y «endereza a los que están encorvados» (Sal 146,7-8), casi nunca llega resolviendo nuestros problemas desde arriba, sino que se hace cercano con el abrazo de su ternura, inspirando la compasión de hermanos y hermanas que se dan cuenta de ellos y no permanecen indiferentes. Brigitta nos dijo que pudo experimentar la cercanía del Señor gracias a la Iglesia greco-católica; a tantas personas que se prodigaron para ayudarla, animarla, encontrarle un trabajo y sostenerla en las necesidades materiales y en el camino de la fe. Este es el testimonio que se nos pide: la compasión hacia todos, especialmente hacia los que están marcados por la pobreza, la enfermedad y el dolor. Compasión, compasión que quiere decir “padecer con”. Necesitamos una Iglesia que hable con fluidez el lenguaje de la caridad, idioma universal que todos escuchan y comprenden, incluso los más alejados, incluso los que no creen.

Y a este propósito, expreso mi gratitud a la Iglesia húngara por el esfuerzo realizado en la caridad, un compromiso extenso: han creado una red que conecta a muchos agentes pastorales, a muchos voluntarios, a las Cáritas parroquiales y diocesanas, y también a grupos de oración, comunidades de creyentes y organizaciones pertenecientes a otras confesiones, pero unidas en esa comunión ecuménica que brota precisamente de la caridad. Y gracias por el modo con que han acogido —no sólo con generosidad sino también con entusiasmo— a muchos refugiados procedentes de Ucrania. Escuché conmovido el testimonio de Oleg y su familia; vuestro “viaje hacia el futuro” —un futuro diferente, lejos de los horrores de la guerra— comenzó en realidad con un “viaje en la memoria”, porque Oleg recordó la cálida bienvenida que recibió en Hungría hace años, cuando vino a trabajar como cocinero. La memoria de esa experiencia lo animó a emprender el viaje con su familia y a venir aquí a Budapest, donde encontró una generosa hospitalidad. El recuerdo del amor recibido reaviva la esperanza, anima a emprender nuevos caminos de vida. En efecto, también en el dolor y en el sufrimiento se encuentra la valentía de seguir adelante cuando se ha recibido el bálsamo del amor: es la fuerza que ayuda a creer que no todo está perdido y que un futuro diferente es posible. El amor que Jesús nos da y que nos manda vivir contribuye entonces a extirpar de la sociedad, de las ciudades y de los lugares donde vivimos, los males de la indiferencia y del egoísmo, y reaviva la esperanza de una humanidad nueva, más justa y fraterna, donde todos puedan sentirse en casa.

Lamentablemente, un gran número de personas también aquí están literalmente sin hogar: muchas hermanas y hermanos marcados por la fragilidad —solos, con diversas dificultades físicas y mentales, destruidos por el veneno de la droga, que han salido de la cárcel o han sido abandonados por ser ancianos— están afectados por formas graves de pobreza material, cultural y espiritual, y no tienen un techo o una casa donde vivir. Zoltán y su esposa Anna nos han dado su testimonio sobre esta gran tragedia: gracias por sus palabras. Y gracias por haber acogido esa moción del Espíritu Santo que los ha llevado, con valentía y generosidad, a construir un centro para acoger a personas sin techo. Me ha impresionado escuchar que, junto con las necesidades materiales, prestan atención a la historia y a la dignidad herida de las personas, haciéndose cargo de su soledad, de su fatiga de sentirse amadas y bienvenidas en el mundo. Anna dijo que «es Jesús, la Palabra viva, que sana sus corazones y sus relaciones, porque la persona se reconstruye desde dentro»; es decir, renace, cuando experimenta que a los ojos de Dios es amada y bendecida. Esto vale para toda la Iglesia: ¡no es suficiente dar el pan que alimenta el estómago, es necesario alimentar el corazón de las personas! La caridad no es una simple asistencia material y social, sino que se preocupa de toda la persona y desea volver a ponerla en pie con el amor de Jesús: un amor que ayuda a recuperar belleza y dignidad. Caridad es tener el coraje de mirar a los ojos, no puedes hacer caridad mirando hacia otro lado. Caridad es tener el coraje de tocar, no se puede hacer caridad sin tocar. Tocar y mirar, es necesario el contacto físico y la mirada para hacer la caridad.

Hermanos y hermanas, los animo a hablar siempre el lenguaje de la caridad. La estatua que hay en esta plaza representa el milagro más famoso de Santa Isabel: se cuenta que, una vez, el Señor transformó en rosas el pan que llevaba a los necesitados. Es así también para ustedes: cuando se empeñan en llevar el pan a los hambrientos, el Señor hace florecer la alegría y perfuma vuestra existencia con el amor que dan. Les deseo que lleven siempre el perfume de la caridad a la Iglesia y a su país. Y les pido, por favor, que sigan rezando por mí. Gracias.

REDACCIÓN CENTRAL, 29 Abr. 23 (ACI Prensa).- Cada 29 de abril, la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa Catalina de Siena (1347-1380), mística y Doctora de la Iglesia.

Catalina fue una mujer poseedora de una sencillez única, que supo combinar muy bien con su extraordinaria fuerza espiritual: siendo integrante de la Tercera Orden de Santo Domingo, se convirtió en la gran defensora del papado en tiempos críticos para la Iglesia.

Fue proclamada en 1999 copatrona de Europa por el Papa San Juan Pablo II. Ostenta dicho patronazgo junto a San Benito de Nursia, San Cirilo y San Metodio, Santa Brígida de Suecia y Santa Teresa Benedicta de la Cruz.

Hacer del mundo un lugar cálido y luminoso

Alguna vez Catalina escribió: “Si somos lo que debemos ser, prenderemos fuego al mundo entero”; palabras que encierran un profundo significado y cuyos ecos resuenan hoy más que nunca. Catalina estaba convencida del llamado que Dios hace a cada uno, para el que hemos y seremos provistos adecuadamente por su gracia y misericordia.

Si cada cual hace con su vida aquello que Dios espera, el mundo habrá de transformarse, se “encenderá” de amor y dejará de ser un lugar “frío y abandonado”; habrá de convertirse en un mundo acogedor y luminoso, anticipo del Reino.

“Encender el mundo” es, además, una expresión que evoca, de manera particular, el papel de las mujeres hoy y siempre, en conexión con aquello que San Juan Pablo II denominaba el “genio femenino”; es decir, el llamado de Dios a que sea la feminidad, entendida dentro del plan divino, la llamada a aportar la cuota de humanidad decisiva para la Iglesia y la sociedad en general.

Oración y acción

Catalina Benincasa -nombre de pila de la santa- nació en Siena (Italia) en 1347. Sus padres fueron personas de intensa piedad, lo que favoreció que ella creciera desarrollando una relación personal, íntima, con Dios. El calor de la vida familiar significó para Catalina el primer encuentro con ese “calor” con el que el Señor enciende los corazones y los llama a la caridad.

Catalina gustaba mucho de la oración y de aprender cada día algo nuevo sobre las cosas de Dios. Con solo siete años, pero con un entendimiento iluminado por el Espíritu, prometía a Cristo permanecer virgen toda la vida. La pequeña niña sabía bien lo que quería: vivir solo para Él.

No obstante, años más tarde, sus padres intentaron comprometerla en matrimonio. Ella, sin embargo, se resistió, como era de esperar. No deseaba otra cosa que mantener la promesa hecha, pues, además, había entendido que Dios la quería para algo distinto y de inmensa importancia.

Su compromiso con Jesús era también un compromiso con los padecen. La santa fue aprendiendo a ver en cada ser humano sufriente el rostro de Cristo mismo, a quien debía entregarse por entero. Esa generosidad de Catalina impactó en muchos otros, animándolos a que se pongan también al servicio de los demás.

Así, la vida de Catalina quedaría para siempre vinculada a los pobres y enfermos, a los que amó profundamente, sin dejar espacio para escrúpulos o falsos conflictos entre vida contemplativa y acción. Con pasión y humildad, dejó que Jesús sea su maestro en darle a cada cosa su debido tiempo y trajín.

Matrimonio místico

A los 18 años, Catalina recibió el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo. Asumió, con ello, la tarea de encarnar la espiritualidad dominica en la vida secular. En ese esfuerzo, Catalina sufrió numerosas dificultades y tentaciones.

Los ataques del demonio para que abandonara su propósito arreciaron, y no pocas veces fueron causa de dolor, angustia y confusión. Afortunadamente Catalina se sabía frágil, necesitada de Jesús, por lo que pudo aprender a reconocer que toda fortaleza en última instancia viene de lo alto.

En 1366, la santa experimentó el llamado “matrimonio místico” con Cristo. La joven estaba en su habitación orando cuando vio frente a sí al Señor Jesús acompañado de su Madre y un cortejo celestial. La Virgen María tomó la mano de Catalina y la juntó a la de su Hijo, quien le puso un anillo, haciéndola su esposa.

Luego el Señor le prometió a su “esposa” que estaría bajo su cuidado y protección por el resto de sus días, pues el camino que le tocaba a la joven era el de cruz.

La peste

Los años pasaron y llegaron tiempos muy duros. Brotó en Europa una gran peste y decenas de miles murieron.

La santa se mantuvo al lado de los enfermos, la mayoría de veces -dadas las trágicas circunstancias- limitándose a prepararlos para la muerte, asunto en sí mismo más que encomiable.

En esos días aciagos, Catalina no mezquinó nada a Dios, incluso cuando alguno entre los que atendía la ofendía o trataba mal. La paciencia y dulzura de la mística lograron derribar muchas murallas -de esas que secan los corazones-, de manera que Cristo pudo ingresar en ellos y dar su salvación, y, en ocasiones milagrosas, también la salud física.

El trabajo de Dios nunca fue sencillo, pero Catalina buscó el refugio de la oración, que la nutría y fortalecía.

Protectora del Papa

Muchos otros retos tuvo que enfrentar Santa Catalina en su vida. Poseedora del don de reconciliar incluso a los peores enemigos -sea a fuerza de persuasión, sea a fuerza de oración-, fue primero capaz de reconocer la dignidad de quien tenía enfrente y tocar su corazón. Por eso, Dios le encomendó una tarea que la convertiría en una de las mujeres más célebres de la historia.

Esa misión se desarrolló durante el denominado periodo de los Papas de Avignon (Francia), entre 1309 y 1377. Su virtud y santidad la convirtieron en protectora de la Sede de Pedro. En tiempos en los que los Papas renunciaron a gobernar desde Roma, ella fue quien devolvió orden a la Iglesia: allí cuando el Papa titubeaba por miedo a las conspiraciones políticas o a los juegos de poder, la voz de la santa se alzaba para “encenderlo todo”.

Así, Catalina trabajó incansablemente por años y años, procurando la unidad de la Iglesia en momentos en los que la posibilidad de un nuevo cisma asolaba al Cuerpo Místico de Cristo.

Avignon

El Papa Gregorio XI hizo una promesa en secreto a Dios de que abandonaría Avignon y regresaría a Roma. Sin embargo, nuevas dudas y temores le apagaron el corazón. Al recurrir a Catalina en busca de consejo, ella le dijo apenas lo vio: “Cumpla con su promesa hecha a Dios”. El Pontífice quedó sorprendido porque no le había dicho nada a nadie sobre lo que pensaba hacer. Gracias a Dios, el Santo Padre, impulsado por la fuerza arrolladora de Catalina, llegaría a cumplir su promesa y volver a la Ciudad Eterna.

Posteriormente, a la muerte de Gregorio XI, sería elegido Urbano VI (1378-1389). Los cardenales se distanciaron del nuevo Papa y declararon nula su elección, designando a Clemente VII como su reemplazo. El procedimiento seguido con este estuvo lleno de vicios e injusticias, y las cosas se pusieron aún peor cuando Clemente decidió residir en Avignon, consumándose el periodo conocido como el “Cisma de Occidente”. Santa Catalina envió cartas a los cardenales rechazando su conducta y los obligó a reconocer al auténtico Pontífice, Urbano VI.

La santa también escribió a Urbano VI exhortándolo a llevar con temple y gozo las dificultades que acarrea el gobierno de la Iglesia. Santa Catalina luego visitaría Roma, a pedido del Papa, quien siguió cada una de sus instrucciones. La santa envió misivas a los reyes de Francia y Hungría para que dejaran de conspirar y apoyar el cisma. Catalina sin proponérselo se había convertido en la gran defensora del papado.

Mística y legado para el mundo de hoy

Otra famosa visión tuvo lugar en la vida de Santa Catalina de Siena. Jesús, de pie frente a ella, le mostró dos coronas, una de oro y otra de espinas, para que escoja. Ella le dijo: "Yo deseo, oh Señor, vivir aquí siempre conforme a tu pasión, y encontrar en el dolor y en el sufrimiento mi reposo y deleite". Luego tomó la corona de espinas y se la puso sobre la cabeza. Esa habría de ser la confirmación final de que su camino era el de la cruz.

Catalina murió súbitamente el 29 de abril de 1380 en Roma, con tan solo 33 años. El Papa Pablo VI la nombró Doctora de la Iglesia en 1970 y fue proclamada Copatrona de Europa por San Juan Pablo II en 1999.

San Juan Pablo II con motivo del VI centenario de la muerte de la santa (1980) escribió: "Aunque era hija de artesanos y analfabeta por no haber tenido estudios ni instrucción, comprendió, sin embargo, las necesidades del mundo de su tiempo con tal inteligencia que superó con mucho los límites del lugar donde vivía, hasta el punto de extender su acción hacia toda la sociedad de los hombres; no había ya modo de detener su valentía, ni su ansia por la salvación de las almas"

Si quieres conocer más sobre Santa catalina de SIena, te recomendamos leer este artículo de la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/Santa_Catalina_de_Siena.

Más información:

Celebraciones esponsales con Jesús Servicio al Prójimo Una conciliadora para la Iglesia Fin de su vida Oración a Santa Catalina de Siena Santa Catalina de Siena en la Enciclopedia Católica Especial de Santa Catalina de Siena

Dolor y esperanza en uno de los mensajes más crudos de la Iglesia argentina en los últimos años.

En el medio de la peor crisis económica argentina en 20 años, con una inflación que reproduce en un mes cifras que en países vecinos se dan como mucho en un año, los obispos argentinos reunidos en su asamblea plenaria emitieron un comunicado«rogando a quienes poseen mayores responsabilidades que tengan la grandeza de pensar en el sufrimiento de muchos, más que en los intereses mezquinos».

Es el primer mensaje a la sociedad en un año muy especial, puesto que en agosto se pone en marcha un periplo que puede llevar a los argentinos hasta tres veces a las urnas para elegir a su nuevo presidente. Ya el mandatario Alberto Fernández confirmó que no será parte de la contienda. Tampoco lo será el expresidente Mauricio Macri. Y hace algunos meses, había descartado postularse para el más alto rango la expresidenta, hoy vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, aunque sus partidarios pugnan para que cambie de opinión.

«Día tras día vemos un pueblo que sufre»

La crisis no conoce de clases sociales. Mientras que son cada vez más los argentinos que por la inflación entran en la pobreza, y de la pobreza pasan a la indigencia y situación de calle, la clase media ve cada vez más deteriorada su condición ante, por ejemplo, alquileres que al ser renovados suben más de un 100% y no hay acceso real a crédito para la vivienda propia.

Empresarios e inversores reniegan de las dificultades para generar empleo y comercializar con dólares a un valor inestable, con una brecha del más del 100% entre un dólar oficial que no se puede comprar y las variables legales-aunque restringidas- e informales.

«Día tras día vemos un pueblo que sufre. Pesa el agobio del desencanto, las promesas incumplidas, los sueños rotos. Pesa también la falta de un horizonte claro para nuestros hijos. Angustia sentir que es cada vez más difícil poner el pan en la mesa, cuidar la salud, imaginar un futuro para los jóvenes. Se suman el miedo a salir a la calle, la violencia y la agresión generalizada. Se hace sentir cada vez más la pérdida de los valores que sostenían la vida familiar y social», escriben.

Ante este escenario, expresan que les duele «en el alma la deserción de los chicos del colegio, las aulas reemplazadas por una esquina o un rincón peligroso a la vista de madres impotentes». Y particularmente lamentan que «volvemos a olvidar que la mejor política de seguridad es la educación».

ARGENTINA
Argentina y una semana de fuerte inestabilidad económica con el aumento del dólar

Shutterstock | Heyitsagoos

«¿Qué hicimos de nuestra patria?»

En el mensaje de los obispos no hay estadísticas ni estudios. «No pretendemos ser expertos en diagnósticos», sostienen, y aclaran: «Sólo recogemos el lamento y las lágrimas de la gente que nos encontramos en nuestros pueblos y barrios». «¿Qué hicimos de nuestra patria? A cuarenta años de la recuperación de la democracia vemos con dolor cuánto desaprovechamos las posibilidades que teníamos de construir una Argentina pujante y feliz», insisten en uno de los pasajes más crudos del mensaje.

No obstante, conscientes de que «la bronca y el cansancio no son buenos consejeros», invitaron a «seguir confiando en el camino democrático con la esperanza de que estamos a tiempo».

«Siempre es posible renacer si lo hacemos entre todos. Siempre hay camino si somos capaces de conversar y de ponernos la patria al hombro. Este es un deseo que no sabe de grietas o partidos, es de un pueblo», invitaron, evocando una expresión que en su momento popularizó el cardenal Jorge Bergoglio de «ponerse la patria al hombro».

«La gente necesita recibir propuestas concretas y realistas más que soluciones tan seductoras como inconsistentes. También espera que se sienten a escucharse y a discutir con respeto hasta encontrar puntos en común. Ansía caminar hacia un proyecto estratégico de desarrollo, que abra un horizonte de esperanza, dignidad, paz social, trabajo y prosperidad, privilegiando a los tirados al borde del camino», continúan los obispos.

«Por otro lado, de ésta no zafa nadie», expresan con contundencia. Y, siguiendo a Francisco en Fratelli Tutti (77-78), invitan a ser «parte activa en la rehabilitación y auxilio de las sociedades heridas… Es posible empezar de abajo y de a uno, pugnar por lo más concreto y local hasta el último rincón de la patria».

Para hacerlo, reconocen la inspiración de muchos que ya trabajan y abogan por soluciones, e invitan a «cultivar los grandes valores de la honestidad, la laboriosidad, el respeto, el cuidado de la vida, la bondad, el servicio, la justicia. Sin ellos no habrá políticas ni proyectos que nos saquen del pozo». Aunque, hacen una nueva advertencia a la clase dirigencial: «También la actividad política debería estar cimentada en una vida austera y coherente».

ARGENTINA
Asamblea plenaria de obispos de Argentina

@EpiscopadoArg

Gestos desde la fe

«Nosotros como creyentes también proponemos un camino desde la fe. El Dios que nos dio la vida y nos quiere tanto puede darnos la fuerza para no bajar los brazos y seguir luchando. Porque si no actuamos hoy, dejaremos de ser protagonistas para convertirnos en espectadores fracasados», consideran los obispos que, proponen hacer «como pequeño gesto», en cada diócesis, «una misión visitando algunos de nuestros barrios donde viven los más vulnerables y abandonados».

POPE FRANCIS

Adblock test (Why?)

Vaticano, 28 Abr. 23 (ACI Prensa).- Tras haber ido el miércoles a la basílica romana de Santa María La Mayor para encomendar este nuevo viaje apostólico a la Salus Populi Romani, el Papa Francisco comenzó este viernes, su peregrinación a Hungría del 28 al 30 de abril.  

Esta mañana, antes de salir de la Casa Santa Marta hacia el aeropuerto de Fiumicino, el Papa Francisco fue recibido por quince personas sin hogar que viven en las calles cerca de San Pedro, acompañadas por el Prefecto del Dicasterio para la Caridad, el Cardenal Konrad Krajewski. 

El Santo Padre Francisco se encuentra a bordo del Airbus A320 neo /AZ2 de Ita Airways que partió esta mañana a las 8.18 (hora local) desde el aeropuerto de Fiumicino con destino a Budapest, la capital de Hungría, donde está prevista su llegada, en el Aeropuerto Internacional "Ferenc Liszt " tras menos de dos horas, después de recorrer 990 km. 

El avión que transporta al Papa es neutro en emisiones de CO2, lo acompañan unas 75 personas entre periodistas, fotógrafos, productores, cámaras y técnicos de distintas nacionalidades y una tripulación de 3 pilotos y 6 auxiliares de vuelo. 

"Voy bien pero despacio” El Papa Francisco pudo caminar por el estrecho pasillo del avión apoyándose en su bastón y dijo "voy bien pero despacio". Saludó con ánimo a todos los periodistas que se encontraban en el avión, informó para ACI Prensa, Almudena Martinez-Bordú abordo del aéreo.    Un periodista polaco le agradeció sus palabras en defensa de San Juan Pablo II y el Papa dijo "es una tontería/estupidez ("cretinata") lo que han hecho".   La periodista española Eva Fernández le regaló un biberón encontrado en la playa tras el naufragio de Cutro (Calabria) y el Santo Padre respondió "Qué tragedia".   Tras los saludos, el Papa dijo que el micrófono es "como un niño caprichoso" (porque antes no funcionaba). Por último, agradeció a los periodistas su presencia y les deseó un buen viaje. "Cristo es nuestro futuro"

Este viaje a Hungría, bajo el lema "Cristo es nuestro futuro", fue descrito por el Pontífice como una visita "al centro de Europa, donde soplan gélidos vientos de guerra", en referencia a Ucrania, que será uno de los asuntos que abordará.  

Es el segundo Pontífice que realiza un viaje apostólico a la nación húngara después de San Juan Pablo II, que había visitado el país en 1991 y 1996.  

El Santo Padre también visitó en el 2021 la ciudad de Budapest para la Misa de clausura del 52 Encuentro Eucarístico Internacional. Y en un encuentro previo con los Obispos, recordaba la difícil historia que la Iglesia y sus pastores vivieron junto a su pueblo.    

“La Iglesia de Hungría, con su larga historia, marcada por una fe inquebrantable, por persecuciones y por la sangre de los mártires, está asociada de manera especial al sacrificio de Cristo”. Esto expresó el Papa en aquel encuentro con los Obispos. 

Programa del viaje 

El Papa Francisco se encontrará nuevamente con los Obispos, los fieles, las autoridades, los refugiados, los jóvenes, representantes del mundo universitario y de la cultura.  

Durante tres días, los actos se concentrarán en la capital. Grande es la expectación por conocer al Sucesor de San Pedro, que vendrá a confirmar en la fe, y para escuchar las palabras del Papa sobre los temas de la familia y la acogida. 

Este viernes 28 de abril, el Papa Francisco, al llegar a Budapest se reunirá con el presidente de la República, y luego con el primer ministro; posteriormente pronunciará dos discursos, uno dirigido a las autoridades, la sociedad civil y al cuerpo diplomático; y el segundo a los Obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, consagradas, seminaristas y a los agentes de pastoral. 

El sábado 29 de abril, visitará a los niños del Instituto “László Batthyány-Strattmann”, y luego se encontrará con los pobres y refugiados en la Iglesia de Santa Isabel de Hungría, a quienes dirigirá un mensaje. Y en la tarde del mismo día, también dirigirá un discurso a los jóvenes. 

El domingo 30 de abril, el Santo Padre celebra la Santa Misa, y antes de regresar a Roma se encontrará con el mundo universitario y de la cultura.  

Del 28 al 30 de abril, el papa Francisco realiza un viaje apostólico a Hungría, nación cristiana en la que la fe y las raíces están íntimamente ligadas. Construido en los siglos X y XI por una impresionante "santa dinastía" de mártires, reyes, princesas y obispos, este país mantiene con particular fervor la gloriosa memoria de sus grandes santos nacionales

I. Los santos húngaros antes de Hungría

San Quirino de Siscia (desconocido-309): el primer mártir

Oriundo de Sabarie -hoy Szombathely- a principios del siglo IV, Quirino fue un mártir cristiano que se negó a renunciar a su fe durante las persecuciones de Diocleciano en 309.

Torturado por el gobernador de Panonia (provincia húngara del Imperio), es arrojado al río Sibaris, con una piedra de molino atada a sus pies.

Su cuerpo es recogido y guardado por cristianos locales. Luego será trasladado a Roma para preservarlo de los actos de vandalismo durante las grandes invasiones. Su cuerpo descansa hoy en la Basílica de San Sebastián en la Via Appia.

San Martín de Tours (316-397): el evangelizador de la Galia

SAN MARTIN DE TOURS

Shutterstock | Zvonimir Atletic

Originario de Sabarie en Panonia (actual Hungría) a principios del siglo IV, este hijo de un magistrado militar del Imperio Romano se convirtió en legionario y fue destinado a la Galia.

Atraído por el cristianismo a pesar de una educación pagana, Martín experimentó una famosa conversión mística, un día en un camino.

Al cruzarse con un pobre, decidió cortar su capa de legionario para darle la mitad. Entonces se le apareció Cristo vestido con el manto que había ofrecido al necesitado.

Repentinamente convertido, sin embargo, continuó luchando en el ejército durante dos años. Luego fue bautizado y comenzó a llevar una vida de ermitaño. Reconocido por su santidad durante su vida, fue elegido obispo de Tours en 371.

Gran evangelizador, es venerado en Francia, pero también en su país de origen, particularmente en su lugar de nacimiento, Szombathely.

II. Los santos fundadores de Hungría

San Esteban: el primer rey

Hijo de un príncipe pagano de Hungría en el siglo X, Vajk conoció al obispo Adalberto de Praga, quien lo bautizó y lo rebautizó como Esteban. En 996, Étienne se casó con Gisèle, hermana del emperador Enrique II.

Después de la muerte de su padre, Esteban asumió el cargo y fundó el Reino de Hungría en el año 1000. Por lo tanto, es coronado, con una corona enviada por el papa Silvestre II, quien le otorga el título de «rey apostólico«.

Durante cuarenta años, organizó su reino y lo evangelizó trayendo misioneros y construyendo numerosas iglesias.

Considerado un modelo de señor supremo católico, es el santo patrón de Hungría. Está enterrado en la basílica de Alba Royale, hoy Székesfehérvar.

SAINT STEPHEN

Beata Gisele de Hungría: una reina piadosa

Hermana del emperador Enrique II, Gisèle recibió una educación católica muy completa en la corte ducal de Baviera.

Mientras sus padres se enfrentaron durante mucho tiempo, Gisèle estuvo casada con Esteban, el príncipe húngaro que fundó el reino de Hungría en el año 1000, con la bendición del Papa y del emperador.

Esta unión fue posible gracias a la conversión de Esteban. Parece que dio muchos hijos a su marido, entre ellos san Emerico de Hungría.

En 1038 quedó viuda. Y el sucesor de Esteban, Pedro, se comportó como un tirano y la empujó al exilio en Baviera, donde se retiró a la abadía benedictina de Passau.

San Emerico (1007-1031): príncipe-monje de Hungría

Hijo menor del rey Esteban y la reina Gisèle, el tutor de Emerico fue san Gerardo, entonces monje benedictino y futuro obispo de Csanad.

Habiendo muerto su hermano mayor en la infancia, Emerico fue cuidadosamente preparado para la realeza.

Y llevó una existencia particularmente piadosa, incluso ascética, dentro de la Abadía de Pannonhalma, entablando amistad con san Mauro.

Sin embargo, su futuro real lo obligó a casarse con una princesa bizantina. Y su padre intentó que sucediera al emperador Enrique II en Baviera tras la muerte de este último en 1024.

Aunque era el pariente más cercano, su causa no triunfó. Conrado II recuperó el trono y fue a la guerra contra Hungría.

Emerico participó en la lucha y su ejército ganó, pero el príncipe renunció a sus pretensiones a la corona bávara.

Nunca reinó: en 1301, lo mató un jabalí durante una cacería. Está enterrado en la basílica de Alba Royale, hoy Székesfehérvar, junto a su padre.

San Astrik, san Aldeberto y san Mauro: los primeros obispos benedictinos

Originarios de Bohemia, Astrik y Adalberto visitaron Hungría con el objetivo de evangelizarla.

Adalberto fundó el monasterio de Bresnov, en Praga, y Astrik la abadía de Pannonhalma, la primera institución eclesial en Hungría de la que se convirtió en el primer abad.

Habiéndose convertido en obispo de Praga, Aldeberto Bautista Esteban de Hungría luego partió como misioneroa Prusia Oriental, donde fue asesinado por una turba pagana.

Nombrado obispo de Esztergom y, por tanto, primer obispo del país, san Mauro, monje de la abadía de Pannonhalma, fue uno de los apoyos espirituales más importantes del rey Esteban.

Habiéndose convertido en abad de Pannonhalma, fue nombrado obispo de Pécs, donde mandó construir la primera catedral, en 1036.

Esta figura intelectual y espiritual se distinguió por su acción por la paz en su país, atravesado entonces por conflictos muy violentos.

San Gerardo de Csanád, San Bőd y San Bystrík de Nitra: primeros mártires de Hungría

Nacido en Venecia a finales del siglo X, Gerardo Sagredo se hizo monje benedictino. Y para ir a Tierra Santa pasó por Hungría donde el rey Esteban le ordenó convertirse en tutor de su hijo Emerico.

Primero ermitaño, fue nombrado obispo de la diócesis de Csanád, fundada por el rey, y se le encomendó la tarea de evangelizar a una población enteramente pagana.

Junto con otros tres obispos -Bőd, Bystrik y Beneta- es atacado por una turba pagana. Bőd y Gerardo murieron como mártires, linchados con lanzas y piedras en la colina de Buda camino a la coronación del rey Andrés en 1046. Bystrik y Beneta lograron huir cruzando el Danubio.

En la otra orilla, en Pest, Bystrik fue asesinado de un golpe de espada, y solo Beneta escapó, salvado por los ejércitos del rey Andrés.

Una dinastía santa

San Ladislao, piadoso caballero

Ladislao I fue rey de Hungría de 1077 a 1095. Consolidando el reino y ampliando sus fronteras, fue un modelo de caballería, e impuso una legislación muy estricta contra todos los delitos contra la fe cristiana.

A él le debemos la creación de la diócesis de Zagreb en la actual Croacia, que él conquistó. Muy apreciado por su pueblo, del que había querido ser el justo protector, murió coronado de gran prestigio. Se observaron tres años de luto en Hungría.

Venerable Irene de Hungría: Emperatriz en Bizancio

Hija del rey Ladislao, la joven Piroska se casó muy joven con Juan II Comneno, hijo del emperador bizantino Alexis por motivos políticos. Fue obligada a convertirse a la Iglesia ortodoxa y pasó a llamarse Irene.

Se convirtió en emperatriz después del ascenso al trono de su marido, pero no se ocupó de la política.

Muy piadosa, como su marido, fundó muchos monasterios. Esta madre de ocho hijos murió en 1134. Los ortodoxos la reconocen como santa, y los católicos como venerable.

Santa Isabel de Hungría: Franciscana Soberana

SAINT ELIZABETH OF HUNGARY

Renata Sedmakova | Shutterstock

Hija del rey Andrés II de Hungría, soberano a principios del siglo XIII, Isabel se comprometió a los cuatro años con el Landgrave de Turingia, Luis IV, con quien se casó a los 14.

Esta pareja muy unida, a pesar de la naturaleza política de su unión, tiene tres hijos y vive en una gran sencillez, habiendo abrazado los principios de la vida franciscana.

Cuenta la leyenda que mientras llevaba pan a los pobres escondiéndolo bajo su abrigo, fue detenida por su marido.

Ella le dijo que escondía rosas bajo su abrigo y, al abrir la falda de su vestido, apareció milagrosamente una lluvia de pétalos de flores.

Su actitud ascética escandalizaba a sus allegados. Pero aguantó, a pesar de la muerte de su marido a causa de la peste que la dejó viuda con sólo 20 años.

Al negarse a volver a casarse, sus suegros la expulsaron y un tío obispo la acogió.

Luego dedicó toda su vida a los pobres, inspirándose en la Tercera Orden Franciscana y atrayendo a otras mujeres a su alrededor, y murió a la edad de 24 años.

ELIZABETH

Margarita de Hungría: princesa dominica

Sobrina de Isabel de Hungría, la princesa Margarita era hija del rey Béla IV, soberano húngaro que tuvo que hacer frente a las invasiones mongolas en el momento de su nacimiento.

Luego, sus padres hicieron un voto de consagrarla a Dios para salvar a su país, y fue educada en un monasterio dominico en Veszprem.

Desarrollando una fe profunda, rechazó cualquier matrimonio que le ofrecieran sus padres y abrazó, en contra de sus consejos, la pobreza de la vida de los dominicos, repartiendo todas las riquezas que le eran dadas. Se purificó con un ascetismo severo y con un místico. Pío XII la canonizó en 1943.

Santa Kinga de Polonia: Patrona de Polonia

También llamada Cunegonde, Kinga es la hermana de Margarita de Hungría.Contra su voluntad, se casó con el rey de Polonia Boleslao V.

Ella, que soñaba, como Margarita, con ingresar en las órdenes, se niega a consumar su matrimonio: su marido acepta, y decide vivir con ella una vida pobre y casta.

Muy querida por el pueblo polaco, vendió todo lo que poseía a la muerte de su marido y se unió al monasterio de clarisas que fundó en Stary Sacz. Juan Pablo II la canonizó en 1999.

ARPAD

Un santo de las guerras de religión

San Esteban Pongracz: mártir de Košice

Nacido a finales del siglo XVI en Rumanía en el seno de una familia húngara, Esteban Pongracz entró en la Compañía de Jesús y se formó en Praga, Ljubljana y luego en Austria, donde fue ordenado sacerdote.

Enviado a enseñar cerca de Košice, en la actual Eslovaquia, fue arrestado junto con otros dos compañeros, el jesuita Melchior Grodziecki y un sacerdote croata, Marko Krizin por el ejército calvinista de Bethlen, Príncipe de Transilvania.

Privados de alimentos durante varios días, fueron torturados brutalmente y todos murieron a causa de las heridas.

El escándalo fue inmenso entre la población, que apreciaba a los tres sacerdotes, y el príncipe Bethlen se vio obligado a enterrarlos con dignidad. Juan Pablo II los canonizó en Košice en 1995.

BUDAPEST

Adblock test (Why?)

REDACCIÓN CENTRAL, 28 Abr. 23 (ACI Prensa).- Cada 28 de abril la Iglesia celebra la fiesta de San Luis María Grignion de Montfort (1673-1716), sacerdote y teólogo francés, a quien llamaron “el Esclavo de María” por haber dedicado su vida a profundizar en el amor filial a la Virgen, a su significado e importancia.

El trabajo teológico de San Luis, fruto de su relación íntima con el Señor, ha sido reconocido como un esfuerzo auténtico por conocer mejor el papel que la Madre de Dios ha desempeñado y sigue desempeñando en la obra de la salvación. Al mismo tiempo, la vida y escritos de este gran santo constituyen un derrotero para crecer en la piedad y devoción a nuestra Madre del cielo.

En esa línea, la obra de San Luis María Grignon de Montfort, de manera particular, ha sido determinante para el desarrollo de la “Mariología” -el tratado teológico sobre la Virgen- y la conciencia creciente del lugar de la Virgen en la vida de la Iglesia.

“Todo tuyo”, Madre Santísima

El Papa San Juan Pablo II (1920-2005) eligió como lema pontificio la expresión latina “Totus Tuus” (“todo tuyo”) inspirándose en la obra y pensamiento de San Luis María Grignon. De hecho, la fórmula está tomada de un pasaje del Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen: “Totus Tuus ego sum y omnia mea Tua sunt. Accipio Te en mea omnia. Praebe mihi cor Tuum, Maria” (Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te acepto como mi todo. Dame tu corazón, María).

Para San Luis sin las asistencias espirituales de la Madre de Dios, la santidad se hace tarea imposible. Por eso escribe: "A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy devoto de la Virgen María”.

Primeros pasos en la devoción

San Luis nació en Montfort (Francia) el 31 de enero de 1673. De personalidad recatada, podía ser considerado como alguien tímido, de esos que prefieren la soledad porque en el silencio se escucha mejor a Dios. Desde niño desarrolló una sensibilidad para las cosas de Dios, y se hizo muy devoto de la Eucaristía y de la Virgen María.

Sus estudios y formación estuvieron a cargo de los jesuitas. Con ellos cultivó el hábito de asistir a misa diariamente, sin que importe caminar un largo trecho -al menos dos millas- para llegar a la iglesia. Estudiante diligente y piadoso, no fallaba en visitar la capilla del recinto antes y después de las clases.

A los 20 años experimenta el llamado a la vida sacerdotal. Ingresó al seminario de París, donde se desempeñó primero como bibliotecario, algo que le permitió leer mucho sobre la Virgen María. Después, se le encargaría el puesto de velador de muertos, experiencia que le ayudaría a entender cuán vano y pasajero es este mundo, lleno de lisonjas que van y vienen pero que dejan poco o nada en el espíritu.

Sacerdote misionero

Fue ordenado sacerdote a los 27 años, eligiendo el lema “Ser esclavo de María” para su presbiterado.

Se dedicó a la catequesis y asumió el cargo de capellán del Hospital de Poitiers, que funcionaba también como asilo de pobres y marginados. Su sencillez y naturalidad para servir a los necesitados, le granjeó no solo cariño y admiración, sino enemistades y habladurías de todo tipo.

Cuando vuelve a París, crean falsos testimonios contra él, sus amigos más íntimos lo rechazan y el obispo lo mandó callar. Luego comprendería la razón de los ataques a la doctrina mariana que propagaba: los jansenistas, influyentes herejes de su tiempo, aborrecían su enseñanza porque subrayaba el concurso de la libertad humana sin la cual Dios no puede obrar, tal y como está testimoniado en el sí de María.

San Luis, conflictuado por la situación, acude al Papa Clemente XI para que confirme sus enseñanzas, o bien lo salve del error. El Pontífice lo recibe afectuosamente y tras el encuentro le concede el título de Misionero Apostólico.

San Luis realizó cientos de misiones y retiros que se caracterizaron por los abundantes ejercicios de piedad, entre los que el rezo del Santo Rosario ocupó un lugar central. Por donde fue organizó a la gente para que exprese su devoción: procesiones y cánticos a la Virgen, al lado de la prédica sobre los sacramentos -“A Jesús por María”-.

Los jansenistas entonces lo acusaron de abusar de los sacramentos restándoles dignidad. Allí donde fue enviado, Bretaña, Pontchâteau (donde destruyeron la réplica del monte calvario que edificó), Vendée, padeció persecución y hostigamiento. Aferrado a la Madre y a su Hijo, no desfalleció en su misión.

Fundador y teólogo

San Luis María Grignion de Montfort fundó la congregación de las “Hijas de la Sabiduría” y a los “Misioneros Montfortianos (Compañía de María)”.

Su obra más famosa es el Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, escrito de gran provecho espiritual para todo cristiano, y que logró el respaldo eclesiástico aun cuando algunos la quisieron censurar por considerarla una exageración del culto a la Madre de Dios. Junto al Tratado destaca El amor de la sabiduría eterna y El secreto de María, texto con el que quiso llegar a todos los fieles a través de una presentación más sencilla de las ideas expuestas en el Tratado.

La vida es breve, pero el premio es para siempre

San Luis partió a la Casa del Padre el 28 de abril de 1716 con tan sólo 43 años. Fue enterrado en la Iglesia de Saint-Laurent.

Cuarenta y tres años después de su muerte, la Beata María Luisa de Jesús, la primera de las “Hijas de la Sabiduría”, murió en la misma fecha, a la misma hora y en el mismo lugar que San Luis. Posteriormente sus restos serían ubicados al lado de los del santo.

Siglos después, San Juan Pablo II publicaría la encíclica Redemptoris Mater (Madre del Redentor) haciéndose eco de la enseñanza de San Luis María Grignion en nuestro tiempo. El Papa, en agradecimiento, visitó la tumba del santo el 9 de septiembre de 1996.

Si quieres saber más sobre San Luis María Grignion de Montfort, te recomendamos este artículo de la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/San_Luis_Mar%C3%ADa_Grignion_de_Monfort.

Más información:

Biografía Oración a San Luis María Grignion de Montfort San Luis María Grignion de Montfort en la Enciclopedia Católica Misioneros de la Compañía de María Especial de San Luis María Grignon de Montfort

REDACCIÓN CENTRAL, 28 Abr. 23 (ACI Prensa).- Cada 28 de abril la Iglesia Católica celebra a Santa Gianna Beretta Molla (1922-1962), esposa, madre de familia y médico. Ella entregó su vida para salvar al bebe que llevaba en el vientre. El Papa San Pablo VI la describió con estas palabras: “Una madre que, para dar a luz a su bebé, sacrificó la suya propia en una inmolación deliberada".

Santa Gianna es considerada “patrona de las madres, los médicos y de los niños por nacer”. También lo es de las mujeres embarazadas, de las mujeres que padecen cáncer uterino y mamario.

El encuentro con Dios y con María

Gianna Beretta nació en 1922 en Magenta, localidad ubicada en Milán, Italia. Desde pequeña, Gianna acompañaba a su madre a Misa todos los días. A los 15 años asistió a un retiro espiritual ignaciano que dejaría una profunda huella en su alma. Gianna decidió caminar siempre al lado de Dios y esforzarse por alcanzar la santidad. En aquel retiro tomaría como resolución vivir bajo la siguiente máxima: “Mil veces morir antes que cometer un pecado mortal”.

Sus días transcurrieron entre el hogar, la escuela, la belleza de los prados de Lombardía y el servicio a la Iglesia. Gianna fue muy devota de la Virgen María, tanto, que poco antes de morir, sus palabras estuvieron dirigidas a la Madre de Dios, “su Madre”: “Confío en vos, dulce Madre, y tengo la certeza de que nunca me abandonaréis”.

La joven italiana constantemente hacía referencia a la Virgen en su apostolado; así, de manera casi imperceptible, las huellas de su amor filial quedarían profundamente grabadas en la memoria de muchas personas. Y es que Gianna tenía siempre cerca a María, sea en el hogar, sea en los encuentros con otras jóvenes de la Acción Católica, o en las cartas que escribía a Pietro, su futuro esposo.

Llamada al servicio como mujer casada

A Gianna la caracterizó siempre su vocación de servicio. Expresión de ello fue su ingreso a la escuela de medicina -fue pediatra-. Estaba convencida de que a través de la ciencia y el amor al prójimo, a ejemplo de Cristo, se podía obrar un bien inmensurable.

Con alegría, una vez que se graduó, daba gracias a Dios por haber podido realizar uno de sus más grandes sueños: atender a los que carecen de lo indispensable, esos que con frecuencia no tienen dinero suficiente para costear un tratamiento médico.

Alguna vez habló sobre el sentido de su profesión: “No olvidemos que en el cuerpo de nuestro paciente existe un alma inmortal. Seamos honestos y médicos de fe”. En ese sentido, a diferencia de muchos otros médicos que han desnaturalizado el sentido de su disciplina, a Gianna le preocupaba por sobre todo defender la vida humana, protegerla; sabía de la necesidad de alentar a las mujeres a que reciban con gratitud a sus hijos y a que rechacen la posibilidad del aborto.

Tras un proceso de discernimiento, entendió que Dios le pedía formar una familia. Como Dios le había enviado un buen hombre, don Pietro Molla, decidió aceptar su propuesta y contraer matrimonio.

Ser madre: plenitud del amor

Gianna formó un hermoso hogar que floreció primero con tres hijos. Lamentablemente, al inicio del cuarto embarazo, los médicos descubrieron un tumor en su útero, que la obligaba a someterse a una cirugía. La ubicación del tumor ponía en riesgo la vida de la bebé por nacer.

Entonces, los médicos le sugirieron que aborte y evite contratiempos futuros dejándose extirpar el útero en su totalidad. Sin embargo, Gianna rechazó la sugerencia y pidió a los doctores que se preocupen primero por la vida de la criatura.

La santa rechazó también someterse a la extirpación del fibroma que tenía, porque tal procedimiento conllevaba tan alto riesgo para su bebe que equivalía a dejarla morir. Trágicamente un procedimiento de esta naturaleza hoy calzaría “perfecto” dentro de lo que se denomina erróneamente “aborto terapéutico”.

Gianna optó por concluir el embarazo a riesgo de su vida: “Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no duden; elijan -lo exijo- la suya. Sálvenlo”.

Dar la vida, no la muerte

Al final, los médicos la intervinieron y lograron salvar a la bebé. Gianna Beretta dio a luz a una bella niña el 21 de abril de 1962. Sin embargo, quedó muy débil después de la operación y solo días después, el 28 de abril, murió repitiendo una y otra vez: “Jesús, te amo; Jesús te amo”. Gianna tenía sólo 39 años de edad.

Gianna Beretta Molla fue beatificada el 24 de abril de 1994, por el Papa San Juan Pablo II. El mismo Pontífice la canonizó el 16 de mayo de 2004.

Más información en el siguiente enlace.

La dietista María Eugenia Brun aporta la receta de los famosos suspiros, a la vez que nos habla de esta gran santa que además es doctora de la Iglesia

Santa Catalina de Siena era hija de artesanos. Era analfabeta pero, a pesar de su poca instrucción académica, en su tiempo iluminó la vida de muchos con la presencia de Dios.

Tuvo su primera visión a los 5 años, la cual le sirvió de inspiración para dedicar su vida a Dios. Se convirtió en terciaria dominica, lo que le permitió vestir de hábito y permanecer en su casa.

Catalina evangelizaba de diversas formas: daba consejos espirituales personalmente en su casa, o por medio de conferencias semanales para sus hijos espirituales, y su mayor legado a la vida de la Iglesia fueron las cartas que escribía dirigidas a papas, reyes y otras personas influyentes.

Era una joven muy activa porque además de catequizar a los jóvenes y evangelizar de distintas formas, cuidaba de los enfermos y ayudaba a los desfavorecidos.

Gracias a sus enseñanzas, en 1970 el papa Pablo VI la declaró Doctora de la Iglesia.

godong-vn022466a.jpg

Para celebrarla en familia podemos preparar estos exquisitos suspiros en honor a ella, la hermana María Isabel Lora desde el monasterio de Nuestra Señora del Rosario, en Daroca (España), nos enseña a elaborarlos en su libro Los dulces de las monjas. Recetario de sor María Isabel.

Suspiros de Santa Catalina

shutterstock_273404021.jpg
Claras a punto de nieve.

Shutterstock / Africa Studio

Ingredientes:

  • 85 gramos de nata
  • 85 gramos de azúcar
  • 85 gramos de harina
  • 2 huevos
  • 20 gramos de levadura en polvo
  • 30 gramos de mantequilla

Preparación:

En un bol se ponen las yemas, el azúcar y la nata, y se baten bien.

Se mezcla la harina con la levadura y se añade poco a poco el batido, removiéndolo con la espátula de madera.

En otro recipiente, batimos las claras a punto de nieve y las incorporamos al batido junto con la mantequilla.

Preparamos una placa de horno engrasada con mantequilla y con una cucharilla hacemos montoncitos. Lo introducimos en el horno a 160º C durante 15 minutos.

Tip nutricional, si se prefiere se puede sustituir la harina de trigo por una sin gluten (harina de arroz o mezcla) para que pueda ser consumida por aquellas personas que presenten celiaquía.

Del mismo modo, el azúcar también se puede reemplazar por edulcorante apto para horno en caso de diabetes o para cuidar el peso.

Al realizar modificaciones en los ingredientes se puede alterar un poco la consistencia de la preparación pero queda bien de todas formas.

Recuerden que esta preparación es para consumo ocasional por su alto aporte calórico.

shutterstock_538502080.jpg
shutterstock_1863894802.jpg

Adblock test (Why?)

, 27 Abr. 23 (ACI Prensa).- El Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. José Ignacio Munilla, protagoniza este viernes en EWTN España un nuevo encuentro con los espectadores que versará sobre el tiempo litúrgico de la Pascua.

El espacio que se emitirá a través del sitio web de EWTN España en https://ewtn.es/encuentros, será conducido por Sofía Ruiz del Cueto, doctora en Medicina y vicepresidenta de la emisora en el país europeo.

La conversación versará sobre la siete semanas en las que la Iglesia Católica celebra la resurrección del Señor hasta la venida del Espíritu Santo en Pentecostés y podrá seguirse desigual modo a través del canal de YouTube de EWTN España.

Según detalla el canal en un comunicado, es importante recordar que “el tiempo pascual es el más fuerte de todo el año” en el que se celebra “el misterio más grande de nuestra fe”, la Resurrección, “ya que con ella adquiere todo sentido”. 

Los Encuentros EWTN España son un espacio creado para tratar temas de interés general y de actualidad, en el que los espectadores pueden realizar preguntas a los invitados. 

En el pasado, han protagonizado el presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Manuel Martínez Sellés, el director del departamento de Psicología, trabajo social y espiritualidad del Centro de Cuidados Paliativos Laguna, Alonso García de la Puente y el presidente del Grupo Provida de Madrid, Jesús Poveda. 

Cada uno de ellos protagonizó un espacio dedicado a la eutanasia, los cuidados paliativos y el trabajo provida. 

En diciembre de 2022, el Obispo Emérito de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Pla fue el encargado de disertar sobre el misterio de la Navidad. 

EWTN España se emite desde el 8 de diciembre de 2020 y ofrece programación propia desde las 9 de la mañana hasta las 13 horas (hora local). El resto del día ofrece la programación en español de EWTN producida en Hispanoamérica. 

Sus emisiones se pueden seguir a través de su App para celulares y en el canal 143 de Movistar; 212 de Vodafone; 92 de Orange; 965 de Euskaltel; 211 de R; 79 de Telecable; 119 de Virgin Telco y 118 de Racctel+.

También se hizo un llamamiento para que siga trabajando por la liberación de monseñor Rolando Álvarez

Mediante una declaración firmada por el obispo David J. Malloy de Rockford, Illinois, presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), los prelados estadounidenses subrayan su «inquebrantable solidaridad» con los obispos, sacerdotes, fieles y «todos los hombres y mujeres de buena voluntad» de Nicaragua que están sufriendo una intensa la persecución por parte del gobierno encabezado por Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.

Señalando particularmente las restricciones impuestas por el gobierno sandinista a la Iglesia católica, especialmente durante la Semana Santa y la Pascua, en la que prohibió la celebración de las procesiones y las representaciones populares –arraigadas entre los fieles nicaragüenses, incluyendo el Viacrucis del Viernes Santo-, el obispo Malloy, a nombre de todos los obispos de la Unión Americana, dejó en claro que la razón no está del lado del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo.

NICARAGUA

Liberación de Rolando Álvarez

En una parte importante del comunicado que, sin duda, repercute en toda la Iglesia de América del Norte y Centroamérica, el obispo Malloy también hizo un llamamiento al gobierno de Estados Unidos y a toda la comunidad internacional para que «sigan trabajando por la liberación» de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, que «languidece en prisión» y ha sido «despojado de su ciudadanía».

Álvarez se encuentra recluido en una cárcel acusado de atentar contra la soberanía de Nicaragua, aliado de fuerzas extranjeras para derrocar al régimen y propagar noticias falsas a través de los medios de comunicación de la diócesis de Matagalpa.

Con estos y otros cargos falsos, Álvarez fue condenado a 26 años y medio de prisión. Con el «agravante» que se negó a tomar el avión hacia el exilio en Estados Unidos, junto con otros 221 presos políticos del sandinismo.

Además de la prohibición de las tradicionales celebraciones y procesiones al aire libre de Semana Santa, señaló el obispo Malloy. Según el prelado estadounidense, los fieles «han soportado constante hostigamiento policial en iglesias de toda Nicaragua, confiscación de bienes, así como la expulsión del país de dos religiosas y un sacerdote, este último por llamar a la liberación del obispo Rolando Alvarez».

NICARAGUA
A un mes de la la última aparición pública de Rolando Álvarez cuando la televisión oficial lo mostró departiendo con dos de sus hermanos

el19digital

Asistencia récord

«A pesar de estas dificultades extremas, los fieles nicaragüenses, en unión con sus obispos y sacerdotes, han dado testimonio del poder de la resurrección de Cristo, asistiendo a las celebraciones de Pascua en un número récord», dice en su comunicado el obispo Malloy.

La prensa internacional dio cuenta de que decenas de miles de nicaragüenses participaron el Viernes Santo congregados en los templos y atrios, luego de que las autoridades prohibieran a la Iglesia católica celebrar las procesiones del Vía Crucis en las calles durante Semana Santa. A pesar de todo, hubo una masiva procesión encabezada por el cardenal Leopoldo José Brenes, arzobispo de Managua.

El comunicado del Comité de Justicia Internacional y Paz de la USCCB agrega: «Que Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, patrona de los Estados Unidos y de Nicaragua, abrace a sus hijos en este tiempo difícil, y los ilumine con la luz de Cristo resucitado».

En marzo, en Washington, una audiencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos examinó lo que calificó de persecución anticatólica de Ortega y pidió que se tomaran medidas, pocos días después de que el Vaticano dijera el 18 de marzo que había cerrado su embajada en Nicaragua después de que el gobierno del país propusiera suspender las relaciones diplomáticas.

A la pregunta de por qué el régimen de Nicaragua le teme tanto a la Iglesia católica, respondió hace pocos días a la cadena de televisión CNN el sacerdote panameño Donaciano Alarcón, quien fuera expulsado por el Gobierno de Daniel Ortega el 3 de abril. Alarcón aseguró que el régimen de Ortega y Murillo tiene miedo del poder de convocatoria que todavía tiene la Iglesia católica en Nicaragua y en toda Latinoamérica.

Nicaragua Priests and seminarians during the demonstrations and trying to stop the violence

Adblock test (Why?)

REDACCIÓN CENTRAL, 27 Abr. 23 (ACI Prensa).- Cada 27 de abril la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa Zita de Lucca, trabajadora doméstica y religiosa, patrona de las empleadas del hogar y de todos los sirvientes. Ella fue una mujer de condición muy humilde, por lo que desde pequeña tuvo que trabajar.

Se hizo sirvienta de una de las familias más ricas de su localidad, de manera que podía hacerse de algún dinero y contribuir al sostenimiento de los suyos. Su duro trabajo le acarreó dificultades y penurias que afrontó desde su fe.

Aun siendo blanco de burlas y maltratos, su amor a Dios y a su familia fueron siempre más grandes, le ayudaron a mantenerse firme y crecer en la confianza permanente en la providencia de Dios.

Santa Zita nació cerca de Lucca (Italia) en 1218. A los doce años, como muchas niñas del pueblo, empezó a trabajar. Al final, fueron 48 largos años los que estuvo como sirvienta.

La cocina revuelta

Zita sabía muy bien qué eran las privaciones y las dificultades, y aún con ellas, siempre se preocupaba por los que consideraba más desfavorecidos. Cierto día salió de la casa de sus patrones para atender a una persona enferma, dejando trabajo pendiente en la cocina.

Eso irritó a algunos de sus compañeros, quienes la acusaron ante la señora de la casa. Cuando aquella mujer fue a la cocina a investigar, encontró que todo estaba impecablemente limpio y aseado. El portento fue atribuido a los ángeles, quienes lo habrían llevado a cabo para proteger a Zita.

La dueña de la casa, sorprendida por lo sucedido, le concedió, desde aquel momento, la libertad de servir a los pobres. Sin embargo, los ataques y burlas de los otros sirvientes se reiniciaron poco después.

La despensa vacía

Llegó un tiempo de hambruna a Lucca y golpeó duramente a la ciudad. Santa Zita tuvo que redoblar sus esfuerzos por quienes padecían hambre. Ella habitualmente compartía la comida que su señora le regalaba, pero esta vez tuvo que repartir hasta su propia ración y las reservas de grano que poseía la familia.

Cuando los patrones fueron informados de lo que había hecho Zita fueron a registrar el granero y se dieron con la sorpresa de que la despensa estaba llena.

El hombre muerto de frío

En vísperas de Navidad, Zita se encontró con un hombre que temblaba de frío al lado de la puerta de la Iglesia de San Frediano. Entonces, la santa le dio un manto costoso que pertenecía a su señora para abrigar al buen hombre y le pidió que lo devolviera al terminar la Misa, pero el hombre desapareció.

Al siguiente día, su patrón se enteró y montó en cólera contra Zita, pero un anciano desconocido en el pueblo se apareció y devolvió el manto. Los habitantes del pueblo, entonces, empezaron a decir que aquel necesitado había sido en realidad un ángel. Desde aquel día la puerta que tocó aquel menesteroso recibió el nombre de “el portal del ángel”.

Santa Zita murió el 27 de abril de 1278 y de inmediato su fama de santidad se extendió en todo el país y más allá de sus fronteras. Sus restos reposan hoy en la capilla de Santa Zita de la Iglesia de San Frediano, en Lucca (Italia).

Si quieres saber más sobre la vida de Santa Zita, te recomendamos este artículo de la Enciclopedia Católica’: https://ec.aciprensa.com/wiki/Santa_Zita.

Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DisablePlease Enable Javascript To See All Widget