¿Los resultados de la oración son fruto del efecto placebo?

La oración desempeña un papel importante en los procesos de enfermedad y curación, ya que algunos estudios han demostrado que muchas personas entienden la enfermedad y su tratamiento como una experiencia espiritual

Mucho se ha estudiado sobre los posibles efectos de la oración en la vida de las personas. La neurociencia y los investigadores de todo el mundo ya han descrito cambios de comportamiento, cambios en el estado de ánimo e incluso modificaciones estructurales del tejido neuronal en practicantes de determinadas actividades espirituales.

En este contexto, la oración desempeña un papel importante cuando se trata de los procesos de enfermedad y curación, pues algunos estudios ya han demostrado que muchos individuos entienden la enfermedad y su respectivo tratamiento como una experiencia espiritual (fuente).

Estos estudios y la evidencia científica han llevado a investigadores de todo el mundo a estudiar los efectos de la oración en el proceso de curación, investigando posibles cambios en el resultado de las enfermedades mediante la comparación de grupos de pacientes que tienen o no prácticas religiosas o espirituales.

Los resultados de estos estudios son a veces divergentes y muy difíciles de analizar con rigor científico, debido a las dificultades para estructurar el estudio y a que no existe un protocolo o una práctica estandarizada en los grupos que practican oraciones en las más diversas manifestaciones religiosas. Sin embargo, incluso con estas dificultades, algunos hallazgos son bastante curiosos, como la activación de regiones cerebrales (corteza prefrontal y corteza cingulada) durante las actividades religiosas, que conducen a estados emocionales específicos como la reducción del estrés, la ansiedad, una mayor sensación de vínculo social, la mejora de la resiliencia, entre otros.

Sin embargo, los críticos de estos estudios intentan justificar estos hallazgos atribuyendo los resultados de la oración al efecto placebo.

Efecto placebo

El efecto placebo se produce cuando un paciente, que no está recibiendo ningún tratamiento médico o farmacológico, cree que está recibiendo un tratamiento real, y de esta forma se producen reacciones neuroquímicas en el organismo que conducen a una mejoría de los síntomas e incluso a la curación de ciertas enfermedades.

Este fenómeno (efecto placebo) se observó en los primeros estudios para desarrollar nuevos medicamentos.En aquella época, los científicos ofrecían a la mitad de los pacientes un comprimido que contenía un nuevo medicamento para una enfermedad específica, y a la otra mitad un comprimido idéntico hecho de harina (sin ningún efecto en el organismo); ninguno de los dos grupos sabía si estaban tomando el medicamento o la harina. Sorprendentemente, algunos de los pacientes que recibieron la harina mostraron los efectos del medicamento que creían estar tomando.

Aún no se sabe muy bien cómo funciona el efecto placebo, pero se cree que puede ser el resultado de algunos factores como la «expectativa» y el «condicionamiento»; en otras palabras, la creencia del paciente de que el tratamiento será eficaz puede crear esperanzas positivas, lo que conduce a un estado mental y emocional favorable y, en consecuencia, a una respuesta condicionada, que culmina en la curación de la enfermedad.

Estas expectativas pueden liberar sustancias químicas en el cerebro, como endorfinas y dopamina, que se asocian con el bienestar y el alivio del dolor, entre otras cosas. Otras posibles explicaciones son la «interacción social» y la «confianza», ya que la confianza en el profesional sanitario puede aumentar la creencia del paciente en el tratamiento, potenciando el efecto placebo.

Fe e intercesión

Ahora bien, teniendo en cuenta que la fe es fuente de confianza y genera expectativas, estos investigadores escépticos en el ámbito religioso no habrían estado del todo equivocados al atribuir los resultados de la oración al efecto placebo, razón por la cual aún hoy sus preguntas se toman en serio, lo que obliga a los investigadores a ser más rigurosos en sus estudios e investigaciones.

¿Cómo pueden los científicos disipar este factor de confusión? ¿Los efectos de la oración se deben o no al efecto placebo? Para responder a estas preguntas, se propuso una idea de estudio: evaluar los resultados de la oración de intercesión.

enfermedad enfermo

Jacob Lund | Shutterstock

Se han llevado a cabo distintos estudios en los que se ha evaluado a pacientes de distintos hospitales tratados por las mismas enfermedades o sometidos a procedimientos similares (cirugías, implantes de catéteres, etc.). Se dividió a los pacientes entre los que recibirían oraciones de intercesión de otras personas y los que no. De este modo se minimizaría la interferencia del efecto placebo, ya que el paciente se encontraría a menudo en una posición completamente neutra o pasiva en relación con su tratamiento (posiblemente la terapia o el procedimiento realizado en el hospital requiriera que el paciente estuviera en coma inducido o con ventilación mecánica), lo que no permitiría una actitud mental positiva, y mucho menos el desarrollo de expectativas o condicionamientos.

Investigación

Una interesante publicación en la revista JAMA del Dr. Willian S Harris es un ejemplo de estos estudios. Se evaluó a más de 900 pacientes ingresados en una UCI coronaria. A estos pacientes se les dio una puntuación durante su hospitalización (referida a complicaciones, necesidad de procedimientos, complicaciones), recibiendo la mitad oraciones de intercesión y la otra mitad no (el detalle interesante es que los pacientes no sabían que estaban recibiendo tales oraciones). Sorprendentemente, el grupo que recibió oraciones obtuvo puntuaciones significativamente mejores, lo que sugiere que la oración puede ser un recurso adicional para complementar el tratamiento médico estándar.

Se han publicado muchos otros estudios con resultados interesantes. Una simple búsqueda en los motores de búsqueda con la expresión «Efectos terapéuticos de la oración intercesora» basta para proporcionarnos algunas decenas de estudios, con resultados que van desde efectos claramente positivos y verificables de la oración intercesora hasta resultados no concluyentes o poco concluyentes, según la forma en que se haya estructurado la investigación.

De este modo, podemos concluir que aún es demasiado pronto para que la ciencia, con todo su rigor metodológico (y sus limitaciones para medir objetivamente los efectos y acontecimientos subjetivos), dé una respuesta definitiva sobre la eficacia de la oración.

Sin embargo, los resultados observados en estos estudios permiten concluir que, en diversas situaciones, se observan efectos positivos y que estos efectos no son simplemente el resultado del efecto placebo.

Así pues, el final de esta discusión queda en la intimidad y la creencia de cada individuo: aceptar y tomar posesión de una herramienta más (la oración) para ayudar en la experiencia de hacer frente a la enfermedad, o simplemente despreciar este recurso.

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