Ciudad del Vaticano, 29 julio 2013 (VIS).- “Marcho con el alma llena de recuerdos felices... En este momento comienzo a sentir un inicio de saudade (melancolía) Saudade de Brasil, este pueblo tan grande y de gran corazón... Saudade de la esperanza en los ojos de los jóvenes del Hospital San Francisco. Saudade de la fe y de la alegría en medio a la adversidad de los residentes en Varghina... Gracias por la acogida y la calidez de la amistad que me han demostrado. También de esto comienzo a sentir saudade”.
Así se despidió ayer tarde el Papa Francisco de Brasil. Durante la ceremonia de despedida que tuvo lugar en el aeropuerto Galeao/Antonio Carlos Jobim el Santo Padre dio las gracias a la presidenta de la nación Dilma Roussef “por haberse hecho intérprete de los sentimientos de todo el pueblo de Brasil hacia el Sucesor de Pedro”, a los obispos y sus colaboradores, a los voluntarios, a los periodistas, a todos los que de una forma y otra habían participado en la organización y la acogida de la Jornada Mundial de la Juventud y a cuantos habían rezado para que la JMJ de Río de Janeiro fuera “una verdadera experiencia de crecimiento en la fe”.
Pero los grandes protagonistas de estos días han sido los jóvenes .”Yo seguiré alimentando una esperanza inmensa en los jóvenes de Brasil y del mundo entero -afirmó el Papa- Por medio de ellos, Cristo está preparando una nueva primavera en todo el mundo. Yo he visto los primeros resultados de esta siembra, otros gozarán con la abundante cosecha.... Muchos de ustedes han venido a esta peregrinación como discípulos; no tengo ninguna duda de que todos marchan como misioneros. Con su testimonio de alegría y de servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor. Demuestran con la vida que vale la pena gastarse por grandes ideales, valorar la dignidad de cada ser humano, y apostar por Cristo y su Evangelio”.
Por último, antes de embarcarse, Francisco recordó su visita al santuario de Aparecida, donde rezó por “la humanidad entera y en particular por todos los brasileños” pidiendo a María que reforzase la fe cristiana, que forma parte “del alma noble de Brasil, como de tantos otros países, tesoro de su cultura, voluntad y fuerza para construir una nueva humanidad en la concordia y en la solidaridad”.
“El Papa se va, les dice “hasta pronto”, un “pronto” ya muy nostálgico (saudadoso) y les pide, por favor, que no se olviden de rezar por él. El Papa necesita la oración de todos ustedes. Un abrazo a todos. Que Dios les bendiga”.
A las 19,00 (hora local) el avión del Santo Padre partió de Río de Janeiro y, después de once horas y media de viaje, aterrizó esta mañana en el aeropuerto romano de Ciampino a las 11,30. Desde allí se trasladó en coche a la basílica de Santa María la Mayor para dar las gracias a la Virgen a la vuelta del viaje, como ya hizo, antes de su partida y después de rezar ante la imagen de María, regresó siempre en automóvil al Vaticano.
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