El capitalismo es el fundamento prioritario de las políticas de los partidos: de la Izquierda, de la Derecha, Nacionalista y Sindical, en España; y ello puede hacer tambalearse seriamente la estructura democrática, e incluso puede llegar a dañar el auténtico concepto de democracia; concepto que está basado en el gobierno de todos: a través de las urnas y de los representantes libremente elegidos. Cuando esto se tergiversa y los representantes políticos, toman los votos conseguidos como victorias personales y con esas victorias compran "hipotéticas acciones" para adquirir "capital"; un capital para su lucro personal, lucro que en la mayoría de los casos se obtienen a costa y en perjuicio de todos los ciudadanos. Mi visión personal es que la presencia del capitalismo, ese capitalismo sanguinario que nos invade, es cada vez mayor y que enriquece más y más a los ricos y sume en la pobreza y la miseria a un gran número de ciudadanos; ciudadanos que paso a paso se van convirtiendo en "escoria" social, mientras que los ricos atesoran y atesoran, creando paraísos fiscales y esclavizando a los más desfavorecidos; y en este entramado se va constituyendo además una clase media inestable, débil e insegura, con menos recursos cada día y con menos dominio: en las finanzas, en la cultura y en la sociedad, al estar amenazados por el poder político y por el poder financiero. Y para terminar: o espabilamos o nos espabilan. Nos espabilan, pisando quizás nuestras cabezas con la fuerza que les dan nuestros propios votos. España necesita una regeneración política seria, una regeneración democrática audaz.
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