El Rey, otro que enseña a “irse a tiempo”

La noticia del lunes, sin duda, es la de la abdicación del Rey. Se esperaba. De hecho, hace un par de meses, hubo guardia en las redacciones de periódicos por el chivatazo de la abdicación. Pero la retirada se iba retrasando.

Unas veces por los escándalos cortesanos de la familia real; otras por la salud del Rey y otras por la propia salud del país. No parecía llegar la hora. En La Zarzuela, Felipe y la Reina insistían. El libro de Pilar Urbano, tras la muerte de Adolfo Suárez, molestó y mucho en los aposentos reales. Parecía como si todo se confabulara para retrasar esta abdicación, pensada hace más de un año.


Un gesto, sin duda, elegante. Será un balón de oxígeno para el Gobierno. Se había ido diciendo que la abdicación se produciría en momentos de poca convulsión institucional y de aceleración económica. Si la Zarzuela lo ha tenido en cuenta, Rajoy lo usará como arma electoral. Hay brotes verdes y las instituciones están maduras. Este será el mensaje a transmitir. Otra cosa es que sean verdad ambas premisas.


Una nueva etapa para la Corona, cuando la Corona solo es un símbolo. Una etapa importante en momentos en los que quienes hicieron la Transición van muriendo y los elefantes de otros sectores mediáticos, económicos, sociales y políticos se van retirando.


Una nueva etapa para un modelo de Corona y de Monarquía que auspiciará, sin duda el cambio en algunos de los artículos de la Constitución. La sucesión. Una mujer puede ser Reina. Si no se cambia el texto constitucional… lo tendrá complicado la hija de Felipe y Leticia.


Habrá tiempo para el análisis, pero ahora es el momento de mirar atrás y agradecer.


Lo hago con aquella homilía del cardenal Tarancón en la Iglesia de los Jerónimos de Madrid, en el momento de su coronación.


El cardenal había olvidado las gafas para leer. Eso le hizo forzar la vista y el gesto hasta el punto que parecía estar regañando y dando recetas al joven Rey.


Así lo vio una izquierda mosqueada. Pero el cardenal madrileño, a los pocos días, después de aquella homilía, cuyo texto había sido escrito con la ayuda del entonces director de Vida Nueva, Jose Luis Martín Descalzo, explicó que no estaba la Iglesia recetando al Rey, sino pidiéndole lo que todos deseaban:


Majestad. Sea usted el Rey de todos los españoles.


Frase titular e histórica en momentos difíciles.

Queda, por lo tanto, el agradecimiento a Juan Carlos I y los mejores deseos para Felipe VI.


Escrito por Juan Rubio,en Vida Nueva



10:50:00 a.m.

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